jueves, 28 de febrero de 2008

Defender la Alegria



Defender la alegría
26 de febrero de 2007.

Me acuso de creer que otro mundo es posible, que no es necesario que sigamos inventando guerras de sufrimiento, horror y muerte, para controlar países a los que les corre petróleo por las venas.
Me acuso de estar convencida de que en la vieja Europa tienen un sitio los jóvenes africanos, que buscan en nuestras ciudades las oportunidades que les expropiamos cuando su tierra fue sometida a expolio por los países de la Unión.
Me acuso de admirar a las mujeres que vienen de la nueva América a cuidar a las personas mayores de nuestros pueblos, y a pesar de soportar jornadas de veinticuatro horas diarias, durante trescientos sesenta y cinco días al año, por seiscientos euros, cama y comida, todavía son capaces de sonreír mirando al pasado y al futuro.
Me acuso de firmar manifiestos y apoyar campañas que exigen a los gobiernos un mayor compromiso ético, técnico, político y económico, para invertir en cooperación internacional, aunque eso pise los juanetes de las leyes del libre mercado.
Me acuso de tener fe en las investigaciones con células madre y embrionarias, porque las personas afectadas de parkinson, esclerosis o alzheimer también tienen derecho a reivindicar calidad de vida.
Me acuso de solidaridad con los profesionales de la medicina que creen que los seres humanos tenemos derecho a una muerte digna, y en los momentos de agonía irremediable nos socorren con la sedación.
Me acuso de saber que el vientre de una mujer es el nido más perfecto y seguro para que un hijo o hija se desarrolle hasta el momento de su nacimiento, pero también sé que si ese óvulo fecundado no es deseado, es la mujer y solo ella quien debe decidir sobre un aborto.
Me acuso de creer en el amor, en un amor libre entre un hombre y una mujer, entre una mujer y una mujer, entre un hombre y un hombre, porque este bello sentimiento ilumina cuanto toca, y me niego a escuchar a los macarras de la moral que lo enfangan todo con su mirada sucia.
Me acuso de mirar con recelo a quienes imparten justicia, porque me parece injusto que al que roba un banco lo encierren en prisión y que, acogiéndose a defectos de forma, dejen libres a los “Albertos”, porque pudiera parecer que supuestamente“los ricos” nunca lloran.
Me acuso de temer no vivir lo suficiente para ver los marcadores de víctima de violencia machista a cero patatero, cuando hemos enterrado cinco en esta semana.
Me acuso de detestar a quienes usan armas para imponer su voluntad, me da igual que se envuelvan en banderas o en papel de religión, y para no ser su igual, refuerzo a quienes abren puertas y ventanas al aire fresco del diálogo y la negociación, por eso no censuro que mi gobierno se siente en una mesa con ETA o convoque un Encuentro de Civilizaciones.
Me acuso de hablar conmigo misma esperando poder hablar con la Diosa algún día, y mientras tanto, libro mi particular batalla para que no se use el nombre de Dios en vano.
Me acuso de pagar impuestos, en la seguridad de que son necesarios para que se produzca una justa redistribución de la riqueza, y de esta forma garantizar que sea reconocida a toda persona el derecho a la educación, a la asistencia sanitaria, al transporte público, a la cultura, a los servicios sociales, a las pensiones, a las prestaciones por desempleo y a una información de calidad.
Me acuso de despreciar a quienes, defendiendo lo contrario, después reclaman con gesto agrio que el estado les garantice buenos y eficaces servicios públicos.
Me acuso de vivir con la esperanza de que algún día seamos capaces de construir una sociedad de mujeres y hombres trabajadores, pacíficos, inteligentes, solidarios, libres e iguales.
Y acusándome de todo lo anterior y de más cosas que aquí no caben, no pido perdón, ni lo espero. Porque la redención tendrá lugar el próximo día 9 de marzo cuando, en el ejercicio de mi derecho y obligación ciudadana, deposite el voto en la urna. Entonces me reconciliaré conmigo misma y con la comunidad. Porque defenderé la alegría del pasmo y las pesadillas, de los neutrales y de los neutrones. Y siguiendo con Benedetti te digo: “Con tu puedo y con mi quiero/ vamos juntos compañero,/ la historia tañe sonora/ su lección como campana,/ para gozar el mañana/ hay que pelear el ahora”
Votaré con ilusión renovada para que José Luis Rodríguez Zapatero vuelva a ser el presidente que gobierne España.

Un viaje,un cuadro, una historia














Un viaje, un cuadro, una historia.

19.12.07

Acabo de regresar de Madrid. Me gusta viajar a la capital del reino en los días previos a la Navidad, porque esta ciudad, cosmopolita y acogedora, rebosa vitalidad. Es cierto que me siento feliz en ella por mi condición de viajera en tránsito, porque sé que sólo voy a estar unos días, porque es tiempo de ocio no sujeto a agenda, porque mis sentidos tienen orden de seleccionar solamente lo bello y agradable de todo aquello que perciban, y porque mi disposición es la dar una oportunidad a Navidad como espacio para renacer.
Visitamos”Roma, S.P.Q.R”, en el Centro de Exposiciones Arte Canal del Paseo de la Castellana. Oportunidad maravillosa de realizar un recorrido histórico que se inicia en un minúsculo asentamiento cuando corría el siglo VIII antes de Cristo, y que llegaría a convertirse en un Imperio. Didácticamente nos acerca a la religión, la sociedad, la economía, la arquitectura, el paisaje, el urbanismo, los juegos, los espectáculos, las fiestas, la vida cotidiana, el ejército, o su forma de afrontar la muerte. Muestra esculturas y objetos procedentes de diferentes museos de España, Italia y Croacia que son un regalo para comprender de donde venimos y quienes somos.
Tuvimos otra cita en el Museo del Prado. Por un lado quisimos comprobar el resultado de la mayor ampliación del Museo en sus casi doscientos años de historia, realizada por el arquitecto navarro Rafael Moneo, inaugurada en octubre con una imponente selección de pintura española del siglo XIX. Y por otro visitar “Fábulas de Velázquez”, extraordinaria exposición que te recomiendo encarecidamente. En ella, en una sala dedicada al desnudo, y flanqueado por "Venus recreándose en la música" de Tiziano, y "Las tres Gracias" de Rubens, se encuentra “La Venus del espejo”
Se considera una de las obras maestras, no sólo del autor, sino de toda la pintura europea del siglo XVII. Aborda un tema mitológico. El niño representa a Cupido, símbolo el Amor, que sostiene un espejo ante la Diosa Venus, la belleza. Llama la atención como el Amor tiene las manos atadas con una cinta rosa, lo que parece aludir a una metáfora por la que el amor sería preso de la belleza, que desdeñosa sólo se contempla a sí misma, símbolo de vanidad. Pero al representar el rostro de la Venus difuminado, Velázquez plantea un ingenioso reto a quienes contemplamos su obra, y con mucha ironía, deja que cada cual cree con su imaginación el rostro definitivo de la mujer del espejo. La figura femenina representa, por tanto y simultáneamente, a Venus, a la Vanidad, una versión del narcisismo femenino y el autoconocimiento del personaje, vinculado con lo corporal, ya que según personas expertas en óptica por la posición del espejo, lo que se debería ver es el sexo de la dama.
Así era el arte del siglo XVII, expresaba un juego intelectual en el que eran coparticipes, en igual medida, quien creaba y quien se deleitaba en la contemplación, entablando un dialogo del que no se eliminaban reflexiones científicas sobre la percepción y la verosimilitud, ni reflexiones filosóficas sobre la identidad, el mito y la tradición cultural y estética, anterior y contemporánea.
Recordé que la primera vez que vi esta pintura fue en la Nacional Gallery de Londres (que es su propietaria). Me interesaba la anécdota que lo liga a la historia del feminismo, porque el 10 de marzo de 1914 Mary Richardson, una sufragista inglesa perteneciente a la Unión Social y Política de Mujeres, sacó una pequeña hacha y arremetió contra la Venus causándole varias heridas. Richardson, que no era ninguna jovencita, justificó su acción diciendo:”He tratado de destruir el cuadro de la mujer más hermosa de la historia mitológica, como protesta porque el Gobierno esté destruyendo a la señora Pankhurst, que es el personaje más hermoso de la historia Moderna” Se refería, naturalmente, a la aguerrida sufragista británica quien, en su lucha para la consecución del derecho a voto de las mujeres, fue encarcelada varias veces y alimentada a la fuerza durante sus huelgas de hambre. Siempre me he preguntado la razón por la que provoca más indignación la destrucción de una obra de arte que la agresión violenta contra seres humanos. Lógicamente cuando salí de la Nacional Gallery me dirigí a Westminster, en “Victoria Tower Gardens” hay una sencilla estatua en bronce, que representa a Emmeline Pankhurst de cuerpo entero, serena, consciente, sabedora de que luchó y ganó, por ella y por nosotras.
Por un viaje y una historia, nació mi pasión por la Diosa que pintó el genial sevillano Diego Velázquez.

Cosas que hacen que la vida valga la pena

















Cosas que hacen que la vida valga la pena
7.2.2007

A lo largo de una vida, aunque no sea espectacularmente larga, experimentamos momentos de tristeza, de esa que es profunda y que nos interroga por la esencia de nuestra existencia.
Esta sensación la provoca unas veces el amor que salta por la ventana; otras los sueños que se esconden en el fondo del arca; en ocasiones el reflejo del espejo que hiere; las pesadillas que se meten en la cama buscando llamas bajo el colchón; o los días que apuñalan el calendario. Hay momentos en los que los labios olvidan el dulce sabor de los besos; en los que la mirada se queda ciega de celos; en los que las yemas de los dedos buscan desesperadamente un centímetro de piel conocida que acariciar; en los que aspiramos hondamente el aire que nos rodea para recuperar el perfume de su presencia; en los que deseamos que el oído se envuelva en el timbre de voz que nos serena, pero solo escuchamos silencio…
Se agudiza el estado de ánimo abatido cuando entra en escena la enfermedad. Se produce entonces la lamentable simbiosis entre el cuerpo alterado y el espíritu afligido. Para superarlo se pueden hacer dos cosas, la primera rescatar las razones por las que la vida merece la pena; la segunda, abrir puertas y ventanas, de par en par, para que se renueve el aire, y la intrusa se sienta invitada a abandonarnos. Nunca es tarde y nuestra voluntad es una poderosa aliada.
Respecto a las cosas que hacen que la vida valga la pena, te propongo que las pronuncies casi sin pensar, las escribas y después reflexiones sobre ellas. Yo suelo dejarlas entrar en mí sin obligarlas a pedir permiso y sin tener que rellenar interminables formularios para poder concederles carta de ciudadanía.
Me gusta el olor de la tierra en una tarde de lluvia; la sonrisa de luna en cuarto creciente del menor de mis hijos; la sopa de ajo; una ducha caliente cuando estoy tensa; ver a mi madre haciendo magia en la cocina; los amigos y amigas que resisten el paso del tiempo y le dan cuerda a mi corazón; un jarrón rebosando aromáticas y delicadas freesias; asistir al milagro de la vida en el vientre de una mujer; masajes en mi espalda; peregrinar a San Andrés de Teixido; la puesta de sol en invierno; el crepitar de los troncos en la chimenea de la cueva; granadas con yogurt natural azucarado; conversar con hombres inteligentes y sensibles; buscar información en viejos periódicos; conocer al menos un lugar nuevo cada año; bailar oyendo latir el otro corazón; hacer queimada; ver amanecer después de compartir colchones en el suelo con mis cuatro hermanas; enviar tres rosas el día veintidós de enero; una copa de vino de Oporto; sentir las olas del mar en mis tobillos; pasear con mi padre la ruta de los volcanes; las fiestas del pijama en vacaciones; leer poemas en mi sillón de madre; contemplar el rostro de Alejandro cuando escribe canciones; el jamón serrano; reunirme con mujeres para conspirar; hacer muñecos de nieve; otear el valle desde el Cerro de la Bala; el color amarillo de los ginkgo biloba en otoño; mis suavísimas bufandas, símbolo de sororidad; la acogedora cama tras un día duro de trabajo; el olor de la ropa recién planchada; una fuente de cerezas; las fiestas de Carnaval; la delicadeza de las manos de Fernando cuando acarician; el calendario con las fotos de la familia que hace mi hermano en Navidad; mojar pan; compartir el paraguas; un café “paliqueado”; escuchar a mi abuela cantar el día de su cumpleaños; que me cuenten cuentos; las casas de muñecas; escribir con animo de generar polémica; ver en el cine “pastelosas” películas de amor; subir con mi sobrino José Luis en la escoba de la ratita presumida y volar por la placeta; abrir las puertas de mi casa a quienes quiero y hacer juntos un arroz; el sonido del arpa y de la gaita; verificar que mis hijos han aprendido a volar libres; escuchar la historia de Guadix de labios de mi suegro; ver a los pájaros hacer sus nidos en los cantaros de mi pared; los besos de ida y vuelta; el chocolate caliente; descubrir como se anuncia la primavera en las yemas de los lilos; saber que hay gente dispuesta a luchar desinteresadamente por los demás; las chuletas de cordero hechas sobre brasas de sarmientos; conseguir terminar cada semana esta colaboración; decir te quiero y poner la mesa para dos, entre otras cosas.
Deberíamos hacer una pintada en los muros del polideportivo:!Se acabo el ser cobarde!!Ahora toca ser feliz!

Apuntes para una biografía de José Requena Espinar (II)



Apuntes para una biografía de José Requena Espinar (II).

25.04. 2007.


Ya hemos dicho que José Requena Espinar nació en los últimos años del reinado de Fernando VII. Para entonces se había producido el desplome del Imperio Colonial español (finiquitado en 1824) del cual solo se conservará Cuba y Puerto Rico hasta 1898. Se producirá en Granada la ejecución de Mariana Pineda por orden del rey, cuando nuestro protagonista aun no ha cumplido los tres años, y este hecho se recordará con insistencia en su vida de estudiante en la capital. Un año después muere el rey en septiembre de 1833 y el país queda divido en dos bandos enfrentados ideológicamente que protagonizarán la primera guerra civil del siglo XIX, la Guerra Carlista.
Al reinado de Fernando VII le sigue un período llamado de “Regencias”, ya que la princesa Isabel era solo una niña, y serán otras personas las encargadas del gobierno del país. Primero lo hará su madre Maria Cristina, entre 1833 y 1840; después tomará el relevo el general Baldomero Espartero entre los años 1841 y 1843.
Doña María Cristina impulsará el proyecto de división provincial planteado por el ministro granadino Javier de Burgos, miembro del primer gobierno de la regencia que presidía Cea Bermúdez, un hecho de relevante importancia para Guadix, porque con él se iniciará un imparable proceso de decadencia social, política y económica de la ciudad, y por extensión de la comarca, al perder el protagonismo que tenía como corregimiento.
Me preguntaba como una persona, que había vivido tiempos revueltos y tan cambiantes, se habría posicionado ante ellos, cómo habría construido su personalidad social y política, y procuré buscar las respuestas.
Cuando José Requena Espinar funda el periódico “El Accitano” en 1891, en su primer número hace la siguiente afirmación:
“Nuestro periódico no es político, porque no debe serlo, y porque este terreno es un terreno escabroso y resbaladizo en las poblaciones de corto vecindario que se encuentran alejadas y distantes de los centros de compacta y numerosa población”
Pero esta es solo una declaración de intenciones de cara a la galería, y una forma de tranquilizar a quienes, conociéndole, tengan intención de leer su publicación semanal. Profundizando en las páginas del mismo encontramos información más precisa. Así en el siguiente párrafo extraído del artículo Alma Grande que firma Jesús Pleguezuelos, el 12 de mayo de 1907, nos queda constancia de cuales eran las aspiraciones de nuestro protagonista y la capacidad que tenía para seducir a quienes le escuchaban:
¡Como se deleitaba mi espíritu, asistiendo al grandioso desfile de sus ideales, evocados en su propia alma por la mágica varilla de su genio sublime. Cómo me embriagaba la dicha, viendo desaparecer las fronteras y agrandarse la patria hasta ocupar todo el globo; y ver como se dilataban y extendían los vínculos de la fraternidad hasta convertir en una familia la humanidad entera, y desaparecer los ejércitos, y romperse las cadenas; y rasgarse las tinieblas del espíritu, y suprimirse los códigos; y enseñorearse del mundo todo, a la paz, asistida de la fraternidad y del amor, sin otra ley que la caridad, sin otra fuerza que la inteligencia, sin otras armas que la razón!.!Utopías! ¡Sueños de poeta! ¡Ideales de visionario! Seanlo enhorabuena; pero ¡como gozaba con ellos aquél genio sublime; conjunto armónico de apóstol, filosofo y poeta, y como transmitía a los que admirándole le amábamos, la fe de sus convicciones, el fuego de sus entusiasmos juveniles!
El 11 de febrero de 1873 la Asamblea Nacional (Congreso y Senado) asume todos los poderes y declara como forma de gobierno de la nación la Republica. Son las Cortes monárquicas paradójicamente, las que proclaman la I República en un país que necesita modernizarse con urgencia. Los votos que definen la solución republicana son de 258 a favor y solo 32 en contra.
Pero el nuevo poder legalmente constituido era extremadamente frágil. Tiene que enfrentarse, sin apoyo de bases sociales, a la estructura de un estado conservador, una aristocracia que no se resigna a la pérdida de sus privilegios, un ejército moderado con militares que no son leales, unas arcas exhaustas, una guerra carlista, la tercera (1872-1876), la guerra de Cuba y los cantonalismos que surgen en el sur y suroeste del país. Las derechas están desconcertadas, pensando en soluciones de fuerza y la izquierda burguesa y liberal, con el poder nominal en las manos, pero sin base social.
Fue este año muy rico en experiencias para Requena, y ser candidato en este proceso electoral fue una de ellas. En El Accitano número 741 aparece una nota necrológica en la que se recuerda al concejal del ayuntamiento de Granada, don Andrés Osorio Martínez. Este caballero fue secretario del municipio de Iznalloz, muy conocido en Guadix en los días de los graves acontecimientos políticos de 1873, y por esta nota tenemos conocimiento de la lucha electoral para Diputados de las Cortes Constituyentes entre don Antonio Sánchez Yago y José Requena Espinar.
Sobre esta experiencia para ocupar un puesto en la Congreso, hace algunas reflexiones en las páginas de El Accitano durante el año 1905, en un artículo largo titulado Paralelo que, por su extensión, se publicará en dos números consecutivos. El hecho de que lo recuerde, viene motivado por la similar situación política que se esta produciendo en ese momento en Guadix. Se disputa la elección del diputado de la zona de Guadix-Iznalloz. Treintaitaidos años antes él había sido elegido por el Comité Central Republicano como candidato.
La ciudad de Guadix, la de Iznalloz y todos los pueblos de los dos distritos judiciales votaron mi candidatura por una inmensa mayoría.
Llegó el día del escrutinio. Los caminos estaban tomados. En ellos se despojó a una pequeña parte de los secretarios de todo cuanto traían, incluso las actas, siendo heridos y maltratados por una horda de caribes. Los que pudieron escapar entraron en Guadix como matuteros por trochas y veredas desconocidas. En mi casa depositaron treinta y cinco actas, las cuales conservo para curiosos que quieran verlas. Los aporreados, los heridos, eran aposentados en el hospital de sangre que establecido en la casa que hay frente a la catedral, en el que vive hoy el honrado propietario don Felipe Sánchez Juárez, donde había continuamente dos médicos de guardia. Se celebró el escrutinio. Fue proclamado representante en Cortes por Guadix-Iznalloz don Antonio Sánchez Yago.
Lo sentí, verdaderamente lo digo, por la sangre que corrió. Si el cauce se hubiera abierto a mis ojos con antelación al día señalado para las elecciones, de seguro que retiro mi candidatura.
¿Y que hice yo entonces? Quedarme en mi casa. No viví con bufonadas y ridiculeces que de nada hubieran podido servirme después de aquel sacrificio cruento que hicieron con los míos un Gobierno republicano y un municipio monárquico.
Para José Requena cuando se pierde una batalla electoral, lo mejor es resignarse ante esa situación, y no remover situaciones dolorosas que solo conducen a un aumento de la frustración personal. Pero, pese a la gran decepción, sigue adelante con sus ideas y sus sueños.
En los primeros días del mes de Julio de 1873 la ciudad de Granada comienza a prepararse para las elecciones municipales que tenían que celebrarse a mediado el mes, y que finalmente no se celebraron por los acontecimientos que se precipitaron para dar lugar a la proclamación de “El Cantón Granadino”.
Mientras, en la ciudad de Acci, se editaba “El Faro de Guadix”, una publicación semanal que veía la luz cada domingo. Lo dirigía José Alsacio. Será este periódico el que más información nos aporte, y el que confirme la implicación política de Requena con el proyecto republicano. En un breve bajo el titulo “Última hora” del 6 de julio de 1873,leemos:
Se han recibido órdenes de Sr. Gobernador de la Provincia, mandando se complete el actual Municipio interino, de esta localidad con doce individuos que le faltan; y son estos de la fracción del Sr. Requena; cuya orden no se ha cumplimentado hasta ahora ignoramos la causa.
En el número siguiente, de 13 de julio, en la sección “Revista de la semana”,que firma José María Ortiz, se nos proporciona la siguiente información:
El jueves después de mil peripecias, que sería prolijo enumerar, tomaron posesión de sus cargos los señores D. Francisco Rodríguez Casas, Alcalde Presidente, D. José Sánchez Ballesteros, primer teniente de Alcalde, y D Rosendo Peinado, D. Wenceslao Canovas, D. Pascual Paredes, D. Andrés Alcalde, D Juan Antonio Varón Ballesteros, D. Juan de Dios Berbel, D. Ramón Ruiz, D Manuel Romero y D. Juan P. Hernández Haro, como concejales.
Pero serían como las nueve y media de la noche cuando se rompió el fuego entre las dos partes; colisión que pudo haber traído más funestas consecuencias que las acarreadas- dos heridos, que hasta ahora se sepa- sin la oportuna intervención de la benemérita Guardia Civil, y gracias a las acertadas disposiciones del Sr. Comandante de la misma, La Rada, y a la perfección y bizarría con que las puso en práctica el caballero Teniente del cuerpo D. Pedro Vélez y Vidal.
Ayer salieron de esta ciudad a disposición del Sr. Gobernador de la provincia los ex alcaldes S.S. Honrubia y Gómez, custodiados por 25 Guardias Civiles de caballería.
Ha regresado a esta ciudad nuestro particular amigo el Sr. D. José Requena Espinar.
El mes de julio fue tremendamente cálido en todos los aspectos y la vida política accitana no podía ser menos, por eso en el tercer número de “El Faro” se nos facilita una interesante y definitiva información respecto a la filiación política de Requena:
Ayer empezaron las elecciones municipales en esta localidad, sin hacer nadie contra a la candidatura federal de la fracción del Sr. Requena, pues que la que se dice de igual procedencia y que capitanea el Sr. Honrubia se ha abstenido, haciendo lo propio la Radical y la Conservadora, que han cumplido así con los acuerdos de sus respectivos partidos.
Nuevamente en el número del día 27 descubrimos una información vital para entender la fervorosa militancia republicana de Requena:
Si la anterior semana fue animada y divertida, no le ha ido a la zaga, antes por el contrario, ha sido más retozona la que ya nos esta diciendo ¡abur!. Repiques de campanas, colgaduras, iluminaciones, fuegos artificiales, música, etc. Todo esto con motivo de la proclamación del Cantón Granadino, del que esta ciudad forma parte.
Para ubicar este dato en un contexto claro, hay que explicar que el día 29 de junio se había proclamado en Granada la República Federal, y apenas veinte días más tarde, el 20 de julio, se constituía el Cantón Federal Granadino. Requena se encontraba muy ligado al movimiento republicano por lo que impulsó la adhesión de Guadix al Cantón, y pagó de su dinero los festejos con que se celebró aquella declaración en la ciudad.
En este mismo sentido se manifiesta, años después, el hijo de un íntimo amigo de José Requena, Jesús García-Varela López-Argüeta, que participaba en esos encuentros de jóvenes en el Paseo de la Catedral, en su artículo “Cosas que pasaron” y que firma el 27 de abril de 1907.
Su vida preñada de aventuras, curiosísima para los aficionados a la Historia íntima de rivalidades y tumultos, en aquellos sucesos del 73.
-Don José diga algo de cuando era árbitro del Cantón Accitano…
-Gobernador prudente, dirás, rectificaba, mantenía de mi peculio la guardia nacional…y ocurrió…
entonces sus ojos infantiles, bondadosos, serenos, se ponían tristes viendo algo fatídico que ocurrir pudo; a pesar de los buenos deseos de hombres de buena voluntad…
Las funestas consecuencias que tuvo en su vida personal la decisión de comprometerse en política y luchar abiertamente por transformar la convulsa sociedad en la que le tocó vivir, las encontramos en algunas referencias que se publicaron en “El Accitano”, escritas por personas que estuvieron muy próximas a él.
Aureliano del Castillo y Beltrán fue su amigo y colaborador. Había nacido en Jerez del Marquesado, era un célebre escritor, poeta y crítico de arte conocido en el mundillo literario de la época como “Teloncillo”. Colaborador de “La Crónica de Guadix”, de “El Defensor de Granada”, “El Imparcial” y “El Globo”, nunca dejó de hacerlo en “El Accitano”. Escribe el 29 de abril de 1907:
De bastante buena posición hasta su perfecta madurez, tomó a la sazón parte activa en la política, quizá de manera deslucida, y desde luego desmedrada, consagrándoles sus actividades, que habría empleado mucho mejor en el terreno literario; pues a decir verdad, no había nacido Requena mas que para el cultivo de las amenas y bellas letras. Esta errada determinación, y la rueda de la fortuna, contribuyeron sin duda a traerlo a situación poco desahogada; pero desde entonces, bien puede asegurarse de cierto, que comprendió perfectamente su verdadera vocación literaria, a lo que dedicó con toda la fuerza de su voluntad, fundando “El Accitano”
En una colaboración que firma Juan Aparicio Peral plasma la visión política que de Requena tiene y hasta que punto llegaba su altruismo:
Le veo comprometiendo posición, nombre, riqueza, por otro ideal: la redención del pueblo; pretendido, agasajado, con porvenir brillante, rehusando todo lo que no encarne alguna grandiosa concepción de lo suprasensiblemente bello.
Se produjeron algunos oscuros sucesos de engaños y deslealtades en ese tiempo que llevaron a Requena a la ruina económica y a ser condenado a muerte. Es un hecho que aun estoy documentando, pero sí sabemos que recayó sobre él condena de pena capital que le fue condonada , aunque no pudo librarse del exilio, probablemente en África.
Algo intuimos en el artículo que firma Jesús Miranda Muñoz, que en ese momento era Presidente del Liceo accitano, y que años atrás había sido el encargado de escribir la sección “Reflejos de la semana” en el periódico local “El Eco Accitano”, reproduce algunas de las íntimas conversaciones que había mantenido con Requena y que nos ayudan a seguir dibujando su ser político. Lo escribe en un tren viajando desde la estación de ferrocarril de Almería hacia Guadix, el 10 de mayo de 1907 dice:
¡Pecados de D. José... Imputarle cuantos queráis: yo puedo aseguraos que ninguno de ellos le ha cerrado las puertas del Cielo! ¡Y pobres de nosotros, si las hubiese encontrado entornadas siquiera! ¿Habéis tenido alguno tantos estímulos para los grandes pecados, el homicidio, por ejemplo, como acosaron la fortaleza moral de don José? Oídle: “Pero hijo, que inocentes o que ignorantes deben ser estas criaturas. ¿Qué adelantaría yo con matar a ese hombre? Dicen que soy un cobarde porque no lo he matado, dime tú para que se necesita más valor en ciertas ocasiones ¿para matar o para no matar? Y además ¿que me ha hecho ese hombre para que lo mate?. Mire usted que empeño, que majadería, ¡que lo mate, Dios!. Te digo que jamás he sido tan feliz como ahora; que mi felicidad casi comenzó con mi pobreza; que hasta debo agradecerle el haberme dejado pobre. ¿Es posible la felicidad completa en esta vida? No, ¿verdad?. Pues si yo conservara mi fortuna es indudable que me agobiarían otras penas, y entre la de haber perdido aquella y la de que se hubiese muerto alguna de mis hijas, que son ángeles o mi mujer que es una santa, no hay para que decirte lo contento que estoy con mi escasez”.
Su esposa Ernestina Alarcón, fue para él su constante apoyo, y le proporcionó la paz y la felicidad que, constituían para él, junto con sus dos hijas Ernestina y Elisa, su mayor tesoro. Pero una de las tareas más importantes que hubo de desempeñar, esta leal compañera, fue la de recomponer las redes de relaciones sociales de su familia. Para ello fue generosa con su tiempo y su trabajo, con lo que consiguió que su casa fuese un importante centro de reunión para las buenas gentes de la ciudad, y organizaba con cierta frecuencia veladas musicales y literarias, a las que era un honor ser invitada.
En los últimos años Requena padeció una enfermedad reumática que lo mantenía recluido en su casa durante la fría estación invernal. Pero cuando las lilas y los almendros florecían, comenzaban sus paseos por la ciudad. El anuncio de la primavera era un acontecimiento para los jóvenes guadijeños con curiosidad intelectual, que al verlo abandonar las oficinas de “El Accitano” le saludaban y junto a él se dirigían, en apretado grupo a los asientos de piedra del paseo de la Catedral. Allí improvisaban tertulias que eran prácticamente interrogatorios dirigidos al que los jóvenes consideraban un libro abierto. Requena que disponía de esa energía motor llamada por el filósofo Letamendi “eterno infantil”, que le procuraba una alegría dulce y una enorme paciencia, compartía con aquella arrolladora juventud cuanto había vivido, visto y leído.
Espero haberte ayudado a descubrir a este personaje por el que yo siento una ternura infinita. Por mi parte seguiré intentando completar las lagunas de estos apuntes biográficos, con la intención de lograr que se haga definitivamente justicia con el padre del republicanismo accitano.

Apuntes para una biografía de José Requena Espinar (I)



Apuntes para una biografía de José Requena Espinar (I)
18 de abril de 2007.

Este año se cumple el primer centenario de la muerte de un accitano al que admiro profundamente y que ejerce sobre mí una atracción extraordinaria. José Requena Espinar se ha ido haciendo presente ante mí desde que empecé a dedicar horas a leer “El Accitano”, un periódico semanal que era de su propiedad y al que dedicó muchos de sus esfuerzos.
Su personalidad se fue dibujando poco a poco, y he sentido desde entonces la imperiosa necesidad de perfilar su biografía para incorporarla al plantel de accitanos ilustres que han pisado esta tierra, sin pena ni gloria, y con el que la ciudad ha cometido una ignominia. Tenía la intención de haberla terminado para esta fecha pero no ha sido posible, así que he realizado una muy breve aportación que se publicará en dos números en espera del texto definitivo.
No he podido saber la fecha exacta de su nacimiento, pero calculo que sería entre el año 1828 y 1829, ya que su partida de defunción nos informa de que nos dejó el 24 de abril de 1907, a los setenta y ocho años de edad, en su domicilio situado en la Plaza de Villa Alegre.
Vino al mundo en el seno de una familia acomodada que despertó en él la necesidad de estudiar, y que no escatimó recursos para que su educación fuese lo más amplia posible. El por su parte puso gran interés y esfuerzo.
Estudió en el Seminario de San Torcuato, en ese tiempo inicia sus relaciones de amistad con Pedro Antonio de Alarcón, (desde este momento sus vidas tendrían muchos paralelismos y momentos comunes), y ambos se aproximan a quien es la máxima referencia cultural de la ciudad Torcuato Tarrago y Mateos, por el que ambos, unos años más jóvenes que el que consideran su maestro, sienten gran admiración. Les apasiona el trabajo que viene realizando Tárrago junto a Gumersindo García Varela y José María Casas Miranda, tanto en “La Tertulia” como en El Pósito. Pero no son los únicos, con ellos se agregan a este grupo José María Ramírez Aguilera y Enrique López Argüeta que con el tiempo sería cuñado de Alarcón.
En el año 1843 está estudiando interno, en un colegio de primera enseñanza en la calle Cárcel Baja de Granada, bajo la dirección de Miguel Urbina, en el que se daba la doble condición de pedagogo y de Capitán de Granaderos de la Milicia Nacional. El día 26 de mayo de este año, el batallón de Asturias que tenía su guarnición en la ciudad, seguido de la milicia y apoyado por el pueblo granadino, se levantaba a favor de la Reina Isabel, contra el Regente General Espartero, proclamando su independencia del Gobierno de Madrid y constituyéndose en Junta Provincial, siendo la segunda ciudad de España que lo hizo. El General Espartero ordenó acabar este levantamiento y envió para ello una división al mando del General Álvarez, que inició las operaciones de sitio de la Ciudad, que se preparó para su defensa, levantando la bandera en la Torre de la Vela de la Alhambra, y haciendo tocar repetidamente su campana, negándose la Junta a entregar Granada. El General Álvarez, fue relevado por el Gobierno al comprobar que era incapaz de tomar la Ciudad, por el General Van Halem, que estrechó el cerco, ante lo que la milicia y el pueblo se dispusieron, para resistir el asalto, tomando para ello posiciones. Nos cuenta el propio Requena, en un artículo que publica en la “Revista Alhambra” una anécdota que se produce en los revueltos tiempos que se viven en la capital de la provincia, al decidir Vam Halem avanzar sus posiciones de Alfacar y Viznar:
“De pronto por el pasante Pérez Ibáñez se nos ordenó coger unas pequeñas espuertas, bajar a la calle, llenarlas de piedras y subirlas a la torre donde el señor Pugnaire, taquígrafo, tenía la curiosidad o la afición de cuidar águilas. Decir las penalidades que sufrimos los arrapiezos, el mayor de trece o catorce años, con el trabajo de aquel día holgaría para nuestros lectores, y los que no sabíamos tener en nuestras manos más que libros de gramática y ortografía, convertidos de pronto en peones de albañil!, en fin, las torres se llenaron de piedras, la calle Cárcel Baja quedó desempedrada y nuestro asombro en aquel infausto día era ver a mujeres y hombres en las cercanas azoteas, meter lumbre a las calderas que contenían aceite y otras materias resinosas para arrojarlas sobre los soldados de Espartero, en el momento oportuno”.
Nos descubre la gran vergüenza que sintió al comprobar que otros niños les observaban a ellos desde los balcones vecinos, y como viéndoles trabajar y sudar, comenzaron a burlarse de ellos y a arrojarles las vainas de las habas verdes que comían, probablemente lo que más le hirió fue que entre ellos estuviesen las hermanas Sofía y Felisa de Bermosilla y Meléndez, hijas de los Condes de Río Molino. A la primera, Sofía, se la llevó a Francia otra granadina, Eugenia de Montijo, para que la acompañase pero también para librarla de las pretensiones románticas del general Serrano. Más adelante Requena recuerda a un buen grupo de sus compañeros en el internado:
“Mosquera que después llegó a ser un gran fotógrafo; Plácido Francés que logró ser un ilustre pintor; Atanasio de los Ríos un joven de Torvizcón que pasaba noches en claro estudiando la lección y jamás supo una siendo el más estudioso de todos; Antonio Mesía era hijo del Marqués de Caicedo, malogrado joven, y después hizo las delicias del Liceo en todos los géneros de declamación siendo niño mimado de los socios del Pellejo, sociedad que tenía su teatrito y sus reuniones en la Carrera del Darro, en la casa del médico homeópata Flores; nuestro vecino Pablo Jiménez, muerto ha poco, el introductor en grande escala en Granada de las gaseosas y del hielo artificial; el que luego fue el pintor García, cuyos padres tenían un establecimiento en el mismo local, o sea el mismo sitio, en donde hoy se ha edificado el de los señores López Hermanos; los Céspedes, los que habitan por medio siglo la casa antigua, sobre cuyo solar se ha levantado el Café Colón, familia que con la de Santos, su vecina, no desperdició una bala de las muchas que se disparaban desde el antiguo Convento del Carmen, en los infinitos pronunciamientos de aquella época; Saravia era el habitante de la casa de los cuernos porque, en el patio y los cenadores, tenían los padres clavadas multitud de cabezas de ciervos con astas descomunales y coincidencia extraña, después llegó a casarse con “la Jabonera”, apodo de una muchacha tan bella como alegre que hizo sus primeras exhibiciones en aquellos casuchos que hay pegados a la espalda de la iglesia de San Pedro, antes de desembocar la Carrera del Darro en el Paseo de los Tristes, muchacha que de la jabonería pasó a ocupar casa solariega, a mandar doncellas y lacayos, y a disponer de trenes que mal arrastraban por la Carrera y Paseos de la Bomba”
En otro número de la misma revista publica otro artículo en el que vuelve a sus recuerdos en este colegio una vez terminadas las revueltas y con la ciudad retomando el pulso de la normalidad. Nos describe al profesor Francisco Urbina y como la paz de la ciudad se tornó conflicto en el centro, y como los juegos que cambiaron a partir de esa experiencia: .
“Grueso, mofletudo, de respetable edad, bonachón, complaciente con todos y no se nos olvidará jamás su manía higiénica de no comer higos ni brevas cuando las ponían de postre diciendo siempre ¡Hijos míos aun no es tiempo de comer fruta de ruta, no ha llovido todavía!
Y si la alegría ocupó su turno en el colegio, con la vuelta de los externos renació la guerra interior y particular nuestra, pues a causa de los bélicos hábitos que los niños habían presenciado durante el sitio, los antes juegos de trompa, del volante, del pique, de la pelota, fueron abandonados para jugar a soldados, convirtiendo todo el papel que podíamos haber a las manos en gorros de papel con descomunales borlas, en morricones, en viseras de cartón y plumeros de colores, comprando también sables de madera y alguno que otro fusil de hojalata, sin olvidar la cartuchera y las correas que se cruzaban por el pecho”
Más adelante cursó la carrera de Derecho, consiguiendo ejercer como abogado de los Tribunales de la Nación, y trabajando en la fundación del Colegio Profesional de Abogados en la Ciudad de Guadix, de lo que ya he escrito en un artículo reciente.
En la capital tuvo una intensa vida social. Estando muy ligado a los hombres que componían “La Cuerda”, aunque no voy a detenerme en este tema, porque ya he publicado en Wadias-Información un artículo sobre estas relaciones. Aunque sí insistiré en algunas afirmaciones de personas muy allegadas a Requena que afirman que fue unos de sus miembros, como el joven accitano Jesús García-Varela López-Argüeta, participante en las improvisadas tertulias que se formaban alrededor de Requena en los bancos de piedra del Paseo de la Catedral, quien sentencia en su artículo “Cosas que pasaron”, firmado el 27 de abril de 1907:
”Su vida preñada de aventuras, era curiosísima para los aficionados a las letras, por haber sido uno de los nudos que formaron la tan celebrada Cuerda Granadina”.
En su constante ir y venir de Guadix a Granada, Requena mantenía contacto con los muchachos de “La Tertulia” que querían triunfar en el mundo de las letras. Y empezaron a fraguar la idea de contar con un periódico para poder sacar adelante sus proyectos. Pero tenían el gran inconveniente de no contar con una imprenta en la ciudad. Fue Torcuato Tarrago quien les sacó las castañas del fuego, utilizando sus contactos en la ciudad de Cádiz, allí encontraron un socio que les permitió fundar “El Eco de Occidente”, en el que los jóvenes literatos accitanos comenzaron a publicar sus trabajos. Y este fue el primer contacto de Requena con los periódicos. Después colaborará en otros proyectos editoriales de la ciudad como “El Porvenir” y “El Eco Accitano”, que le llevarían a fundar su propio periódico “El Accitano”. También mantendría sus aportaciones a la edición granadina de “El Eco de Occidente” durante las cuales tuvo oportunidad de conocer a una mujer muy importante en su vida Enriqueta Lozano.
En Granada estuvo muy vinculado al Liceo, ya que prácticamente asistía a todas sus sesiones literarias. El carácter de esta institución se apoya en la creencia de que el progreso social está íntimamente ligado al progreso de las artes, y en esto creía firmemente Requena. El Liceo puesto de nuevo en marcha en 1847 era según los cronistas de la época, el centro del saber, de la elegancia y de los honestos recreos del pueblo granadino. En sus salones del antiguo Colegio de San Miguel, o más tarde en los de la calle Duquesa y en los del convento de Santo Domingo, el Liceo llevaba la iniciativa cultural de la ciudad. En número 23 de “El Accitano” Requena nos informa:
“VIAJERO. Hemos tenido el gusto de saludar a nuestro antiguo amigo y compañero en la Academia de Ciencias y Literatura del Liceo Artístico y Literario de Granada, don José García, que se encuentra accidentalmente en esta como administrador general del señor marqués de Heredia, a evacuar asuntos interesantes al caudal de dicha casa”.
Y en el mismos periódico del día 6 de noviembre de 1898 se dice que Requena es el más antiguo profesor de la Academia de las Ciencias y Literatura del Liceo Artístico y Literario de Granada.
En varias ocasiones se desplazó a Madrid siguiendo los pasos de Tarrago y Alarcón y para palpar de cerca la intensa vida cultural de la capital. No es fácil seguirle en estos viajes pero si hemos podido encontrar referencias de su gusto por la Zarzuela y la fascinación que sintió por la actriz italiana Adelaida Ristori, nacida en 1821. Hija de pobres y mediocres actores, a los quince años formaba parte de una buena compañía de verso y a los veinte ya obtenía sus primeros éxitos en algunas ciudades italianas. Su hermosura y su talento le cautivaron. Pero también descubrir en esta mujer su faceta de activista política en contra de la pena de muerte; partidaria de la república; políglota que dominaba perfectamente el español, el ingles y el francés, lenguas en las que interpretaba sus obras cuando así se requería por el público. Llegó a conocerla por mediación de Pedro Antonio de Alarcón en el año 1857, en el teatro de la Zarzuela de Madrid. Se cuenta la anécdota de que en ese momento se había condenado a muerte a un soldado porque agredió en legítima defensa a un sargento. Aquella noche, la Reina Isabel y el Duque de Valencia asisten al teatro de la Zarzuela a una representación de la Ristori. Varios periodistas y poetas entre ellos Alarcón y Requena se presentan en el aposento de la actriz para solicitar de ella el ruego de intervención ante la monarca. Y la artista tiene en esa ocasión el más hermoso de sus éxitos, ya que logra convencer primero a Narváez y luego a la Reina para que otorgaran un indulto al reo.
En el año 1859 se produce un acontecimiento que va a influir decisivamente en su vida, se trata de la Guerra de África. Pero de esto, de su agitada vida política y de otros aspectos de su vida trataremos la semana que viene.

domingo, 24 de febrero de 2008

Coleta de Lara, la matrona de La Calahorra


Coleta de Lara, la matrona de La Calahorra.
19.2.2008.

El hecho de que sea pública mi afición por los datos históricos relacionados con las mujeres de la comarca, inspira a algunas personas el deseo de regalarme copias de documentos que despiertan mi curiosidad y que dirigen mi atención a la lectura de libros de temática de lo más variado. Contraigo con ellas deuda de eterna gratitud.
En mis manos tengo un auto criminal fechado en diciembre de 1796, cuyo original se encuentra en el Archivo de Protocolos Notariales de Guadix. Relata que en la villa de La Calahorra un mozo soltero llamado Antonio de Reyes ha seducido y violado a Luisa Ximénez “de estado honesto y soltera” Como consecuencia la muchacha queda embarazada “con nota y escándalo” En opinión del abogado de los Reales Consejos y Regente de la Real Jurisdicción ordinaria del Marquesado Nicolás Mariano de la Bodega, el hecho se ve agravado por los intentos del mozo de inducir a la mujer “a que se valiese de bebidas para abortar; a cuyo fin el mismo Antonio de Reyes en diversas ocasiones le ha presentado los simples necesarios” La información llega a conocimiento del abogado “por repetidos avisos reservados” y para asegurar el embarazo de la muchacha manda que “se ponga este auto por cabeza del proceso, y se reciba inmediatamente declaración a la expresada Luisa Ximénez sobre si positivamente se halla embarazada y qual es su causante, y que la reconozca Coleta de Lara única matrona desta villa” Se pide también que se indague sobre los reos y cómplices de estos delitos, que se les ponga presos y se proceda al embargo de sus bienes. De todo ello da fe el notario Ramón Moreno del Castillo.
Siendo muchos los enfoques de este auto, el que quiero destacar hoy es la presencia de Coleta de Lara, la matrona.
Para empezar me llama la atención su nombre, porque Coleta es popular en Francia, y comenzó siendo el diminutivo de Nicolle, que aquí traducimos como Nicolasa. Procede del griego Nikolaos y significa “la que lleva al pueblo a la victoria” su onomástica se celebra el 6 de diciembre. También he podido saber que Coleta fue una monja francesa del siglo XIV, que llegó a santa, y que reformó la Orden de las Clarisas.
Nuestra Coleta ejercía un oficio del que se tienen datos en todas las civilizaciones. Si bien sus orígenes se remontan a la prehistoria, encontramos los primeros documentos escritos fechados en el siglo XIII, Alfonso X "El Sabio" señalaba en las Siete Partidas que la partera debía ocuparse de la atención a la gestante y al niño recién nacido y enumeraba las cualidades que debía reunir. En 1498 los Reyes Católicos promulgaron una Pragmática que regulaba el ejercicio profesional de las matronas a cargo del Real Tribunal del Protomedicato, que debía examinarlas, hubo muchas críticas a este procedimiento, por lo que finalmente las comadronas ejercieron libremente hasta 1750. En este año Fernando VII promulga una Real Cédula en la que se obliga a la partera a pasar un examen para poder ejercer. Para ser admitida a examen tenían que acreditar documentalmente limpieza de sangre, tanto de ella como de sus padres y abuelos; haber practicado al menos dos años el oficio, y ser de buena vida y costumbres. Con estos datos ya podríamos obtener el perfil de nuestra protagonista de hoy Coleta de Lara.
El Real Tribunal del Protomedicato aprueba en 1794 el reglamento de estudios de matrona en las que se recogían, entre otras obligaciones de la aspirante, el que fuera casada y tuviera permiso del marido para ejercer, además de saber administrar correctamente el bautismo de urgencia.
No se conoce más normativa sobre las matronas hasta la Ley de Instrucción Pública propuesta por el Ministro Claudio Moyano en 1857, que define a la partera como “la mujer práctica en el arte de partos o que ejerce en virtud de título”, se crea en este momento la titulación de Matrona ó Partera. Como dato curioso te diré que en España ha sido un oficio exclusivo de mujeres hasta 1980, cuando se suprime la limitación de acceso a los estudios de Matrona, a los varones ATS y Diplomados en Enfermería.
En Guadix a mediados del siglo XX ejercieron las matronas “Carmelilla”, muy popular a pesar de que nadie conoce su apellido; Luisa Jiménez; Rosario García Leyva, y Piedad Lechuga, que yo sepa. Desde hace más de veinte años es Águeda Llamas quien prepara a las mujeres de nuestra comunidad para el momento del parto. Este artículo está dedicado a todas ellas por los cuidados que nos han prestado y que nos prestan.

sábado, 16 de febrero de 2008

Somos mucho más que dos










Somos mucho más que dos.
11. 2. 2008.
Hoy nuevamente estoy contemplando el anochecer desde mi ventana, y veo pasear en la calle a una joven pareja, van cogidos de la mano, la luz roja del semáforo les detiene en el paso de peatones, no desperdician el instante, se abrazan, se envuelven dulcemente entre apasionados labios y excedentes ropas. Me invade una especial alegría al comprobar que el amor esta en cada esquina, y te encuentro en la sonrisa de esos enamorados.
Siento una paz de almíbar mirando la Luna, atraviesa mi ventana y de pronto tu imagen se refleja en esa luz que se derrama sobre mi cama. Viene acompañada del viento cálido de estas extrañas noches de febrero, abro la ventana y dejo que me acaricie suavemente como si fueran tus manos. Vuela mi mirada por el manto de terciopelo azul buscando alguna estrella fugaz, pero esta noche solo parpadean las pilotos intermitentes de los aviones. Es, sin embargo, el deseo de besarte el que pasa por mi mente, a gran velocidad.
Es en estos momentos cuando quisiera haber escrito el diccionario de tu cuerpo para “desdudar” los sentimientos y sensaciones que no se nombrar. ¿Cómo escribo el bienamado diptongo de tus piernas? ¿De qué manera trazo la admiración de tus labios cuando sonríen? ¿Dónde coloco la onomatopeya “miau” que se me escapa del estomago, cuando usas tus dedos para hacer cosquillas?¿Podrían ser la conjugación de un verbo, todas las caricias de tus manos todas? Las palabras se espesan en lo umbroso de tu pelo. Es entonces cuando quiero dominarlas, poseerlas para lograr escribir un poema que nazca como jacinto del limo de mis sueños, pero se me resisten y no lo consigo.
A pesar de esto no me rindo, y puedo decir que te admiro desde lo más profundo de mis entrañas, es una admiración desbordada que tiene un dobladillo de ternura. Tus “misterios” y tus cosas, me intrigan, me interesan y te observo mientras discurres y discutes hablando del mundo y sus problemas. Me he acostumbrado a tus pasos y a tu particular sentido del humor. Me gustan tu piel, tus miedos, tus deseos y tus ganas de vivir, aunque algunas veces tenga que arrastrarte por encima de las nubes, para que juntos veamos la luz. Y sé que lo que siento es amor.
Sí, sé que a veces arrollo tu tranquilo vivir, pero es que mi amor es así, como una cascada que se desmelena en blanco, como un verso perdido en el azul callejón del deseo, como una fresia roja que intenta enredar sus raíces en la brisa, como un pequeño velero ante la inesperada tempestad de grises, como el chupito de carnaval arco-iris que te ofrezco por febrero, como la íntima lluvia de nubes de algodón rosa, como la música plateada en la copa de la acacia, como la huella de mis labios en la curva de tu hombro moreno, como el dulce aroma del jazmín y la madreselva a la luz de Luna en las noches de verano, como un vertiginoso acantilado dorado desde el que se divisa la línea del fin del mundo, como las brillantes estrellas fugaces…
Sé que mis manías, mis batallas y mi risa hacen girar tu corazón y sus planetas. Y es entonces cuando necesito tu voz para leer lo que escribo, tus manos para sentir mi piel, tus ojos para buscar nuevos enfoques en la vida y tu aliento para percibir un mundo acogedor. Porque tus labios saben denunciar la injusticia, tus manos son solidarias, tu mirada siembra futuro, y tu respiración me da vida. Sabes sacar a flote mis tragedias, te remangas y las remedias. Por eso le robo a Benedeti sus versos: Y porque amor no es aureola/ ni cándida moraleja/ y porque somos pareja/ que sabe que no está sola/ te quiero en mi paraíso/ es decir que en mi país/ la gente vive feliz/aunque no tenga permiso./ Si te quiero es porque sos/ mi amor, mi cómplice y todo/ y en la calle codo a codo/ somos mucho más que dos.

¡Carnaval ha muerto! ¡Viva Carnaval¡



¡Carnaval ha muerto! ¡Viva Carnaval!

12.2.2008.

El domingo pasado escuchaba la radio al tiempo que maquillaba mi rostro para asistir a los Carnavales de Alhama de Granada, donde es espectacular la animación de la “Fiesta de Piñata” Me sorprendió desagradablemente escuchar, en el programa de la Diócesis Guadix-Baza, una crítica a la extensión de los días de carnaval que hacemos en nuestra sociedad. El locutor parecía desconocer que el “Domingo de Piñata” es una propina para quienes debemos resignarnos a que la fiesta de Carnaval agonice y muera. Pero tras la primera impresión, tomé conciencia de que su principal atractivo era precisamente el sabor agridulce de la trasgresión y el desafío, que era lo que provocaba la queja de la voz masculina de la radio. Es cierto que con ella asistimos a la muerte definitiva del carnaval, una muerte anunciada el “Miércoles de ceniza” y que se consuma rotundamente hasta el año próximo, pero como toda muerte que anuncia resurrección, la despedida se convierte en otra fiesta.
No pude por menos que recordar como las fiestas de Carnaval nunca han sido del agrado de las autoridades religiosas, porque en el fondo son un triunfo de lo carnal sobre lo espiritual, de lo pagano sobre lo cristiano. En Guadix, desde los tiempos del Obispo Rincón, las contrarrestaban con un Triduo de Carnaval en la Catedral, donde también se exponía al Santísimo durante los tres días de la fiesta con la finalidad de frenar tanta irreverencia.
Aun sonrío yo sola cuando recuerdo la escena que se produjo mediado el mes de enero en la puerta del Teatro Mira de Amescua. Allí coincidí con Pura Delgado y Antonio Marín, que tienen en común haber asumido la responsabilidad de la Concejalía de Cultura de Guadix, me dirigí a ambos para preguntarles si les gustaba el cartel del Carnaval. Me miraron con sorpresa y quisieron saber en donde estaba porque no lo habían visto. Les llevé hasta la cristalera de la puerta principal del teatro y les señalé uno. Nos reímos mucho porque lo que se anunciaba era la presentación del cartel de Semana Santa para el día 26 de enero.
Eso si era una trasgresión del calendario lúdico-festivo que nadie ha criticado, porque desde mi punto de vista la Semana Santa está tan fuera del control de la jerarquía eclesiástica, como la Navidad, de la que se ha apoderado El Corte Inglés trasladándola al mes de octubre.
Este año nuestros carnavales han estado un poco sosos, seguramente será para evitar una hipertensión en las arterias de nuestra comunidad. El acto que más gente congregó fue el festival infantil del primer día de febrero, el viernes, con los payasos de La Banda que los niños y niñas conocen por los programas de televisión de Canal Sur. Lamentablemente después del esfuerzo realizado por padres y madres que vistieron a sus criaturas de los tipos más increíbles y bellos, salieron a la calle y no había ni un triste altavoz con música que les permitiese jugar, bailar y divertirse, tomando la Plaza para lucir su nuevo aspecto y personalidad. Yo disfruté viendo a jovencísimos espadachines y bucaneras, maravillosas princesas, personajes salidos de todos los cuentos infantiles, mariposas y flores, superhéroes como Batman y Superman que eran perseguidos por la Lara Croft y Carrie Giver, magos y brujas, payasas y mimos, teléfonos móviles y cámaras fotográficas, era como mirar por un caleidoscopio, porque a cada parpadeo había cambiado el color y la forma de lo que veías. Pero duró poco, porque no estaba previsto que la fiesta siguiese en la calle. Y es que yo estoy convencida que el Carnaval de Guadix tiene que ser un festival de desfiles de disfraces y bailes en las callejeros, que es lo que siempre ha sido.
Las personas mayores, me refiero a las que tienen más de sesenta años, no encontraron su sitio en la improvisada y pobre programación de la ciudad, pero también tuvieron su fiesta, porque desde el Centro de Día de Mayores se formó una comparsa que ha participado en “Carnaval 2008” organizado por la Delegación de Igualdad y Bienestar Social de la Junta de Andalucía, en el Suspiro del Moro, el día 7, que era jueves.
Guadix fue protagonista, porque el Cartel y el Libreto de las Comparsas mostraban la composición realizada por Alejandro Hernández “File” sobre una fotografía de la exposición “Fantasía de Carnaval” que organizó la Asociación de Mujeres “Cuatro Veredas” en el patio central del Ayuntamiento en enero de 2005, para homenajear a la diseñadora Antonia Lubian. Ella, que permanecerá siempre en la memoria de los carnavaleros y carnavaleras de la ciudad, estuvo presente durante toda la celebración porque desde distintos puntos de la provincia venían personas luciendo en sus solapas las máscaras de lentejuelas que ella puso de moda.
“Las muñecas de Guadix” causaron sensación porque el tipo que eligieron fue el de una simpática criatura de trapo con enormes trenzas de lana, gorrito y vestido azul.
Era fantástico ver como ocupaban el escenario Antonia Martínez, Carmen Iborra, Pepita Sánchez, Angustias García, Dulce Jiménez, Encarna Jabalera, Rocío Alarcón, Josefa Zamora, Adora Hernández, Araceli Plaza, Carmen Gámez, Dolores Martínez, Remedios Serrano, Rosa Arenas, Eloisa Santisteban, Encarna Sánchez, Antonia Hernández, Ana Ruiz, Valeriana Muñoz, y el único muñeco Pedro Hernández. Les acompañaban con sus instrumentos de cuerda, los músicos Agustín Hernández, Ramón Martínez, y José Expósito, ataviados con chisteras y antifaces y siempre bajo la atenta mirada de la Trabajadora Social del centro Cecilia Barranco.
Cantaron sus coplillas, que este año ha escrito Javier de Carmen, en las que reivindicaban los juegos tradicionales como complemento de las modernas Wii y las Play Station. Colocaron también la frase del año, en el mundo de habla hispana, la del Rey Juan Carlos ante el maleducado Hugo Chávez que interrumpía insistentemente el discurso del Presidente de España, Rodríguez Zapatero “¿por qué no te callas?” Finalizaron cuando el aire se llenó de piropos a la ciudad de Guadix, que decían sentir en su piel, y que a mí me erizaron el vello de la nuca. La sala explotó en aplausos y mi corazón en emoción.
Para quienes no tengan muy claro los ritmos del calendario festivo diré que Carnaval depende directamente de Semana Santa. La una y la otra son fiestas lunares que se ajustan al primer plenilunio de primavera. El domingo siguiente a esta Luna LLena, la iglesia fija el Domingo de Ramos. Cuarenta días antes de ese domingo se sitúa el Miércoles de Ceniza, fiestas religiosas que delimitan la Cuaresma cristiana. Y el jueves anterior a este ceniciento día, es Jueves Lardero, día en el que se realiza el Pregón de Carnaval, por tanto el momento en que da comienzo esta fiesta que tanto me apasiona. El "Jueves Lardero " tiene su origen en la Edad Media, y aparece referido en “El Libro de Buen Amor” de Juan Ruiz, Arcipreste de Hita en el siglo XIV, con el episodio de la batalla entre Don Carnal y Doña. Cuaresma, que narra la guerra entre los placeres de la carne propios del carnaval, y la abstinencia propia de la Cuaresma.
Desde este momento empiezo a prepararme para el próximo Carnaval, y para evitar las prisas e improvisación de este, te informo que el 25 de febrero de 2009 será Miércoles de Ceniza. ¡Carnaval ha muerto! ¡Viva Carnaval!

domingo, 10 de febrero de 2008

Vomitan las aguas del mal




Vomitan las aguas del mal
16 de Febrero de 2004.

Al acostarme, lo último que veo desde la cama, antes de dormir, es la torre de la Catedral. Esta edificación ejerce sobre mí una inexplicable atracción. Hay algo en ella que me obliga a observarla con detenimiento.
Así es como han aparecido ante mis ojos unos seres increíbles, que siempre han estado ahí, pero de los que no he sido consciente hasta hace unos meses.
Cuando has detenido tu mirada en las puertas, en las columnas, en los capiteles, en las imágenes, subido al campanario y al Sagrado Corazón, inicias el descenso y entonces, por encima de las vidrieras, surgen las gárgolas, monstruos que sobresalen de la piedra con expresión torturada, canalones que abren de par en par la boca con mueca de dolor y vomitan las aguas del mal, o que las hacen circular sobre sus lomos y sus cabezas.
Permanecen asidas al alero del tejado con una fuerza sobrehumana que les ha permitido soportar movimientos sísmicos; guerras contra propios y extraños; cinco siglos de vértigo producido por la altura; castillos de fuegos artificiales al finalizar la Feria; salidas y entradas de la Virgen de las Angustias y San Torcuato; repicar de campanas; toneladas de indiferencia… y a pesar de todo siguen haciendo su trabajo: lanzar el agua de lluvia lejos de las paredes de piedra para prevenir el daño y la erosión.
¿Pero por qué los artistas que trabajaron en la Catedral no pusieron cañones, como los que observamos en la fachada principal, en todo el perímetro? ¿Por qué concibieron en su imaginación a estos seres que después tallaron en la piedra, con habilidad, los maestros canteros?
He contado veinticuatro, unas parecen animales como perros, leones, dragones, murciélagos, cabras, ranas… y otras representan seres indescriptibles. En la fachada de Santiago podemos ver catorce, hay una pareja sobre la puerta que recuerdan a peludos borregos y doce en un nivel superior que cubre toda la calle, resultando muy llamativas las de monos con ojos huecos y los jabalíes con colmillos afilados. Siete más las divisamos desde el Callejón de Palacio, me impresiona la que representa un hombre deforme, probablemente porque cuando se talló estaba vigente la creencia medieval de que la apariencia fea y la enfermedad eran causadas por seres demoníacos. Hay tres sobre la fachada de San Torcuato, donde se anotan ausencias (desconozco si por deterioro o porque nunca estuvieron allí).
Dicen que las gárgolas son utilizadas para marcar los límites del suelo santo. Representan las fuerzas de los dioses antiguos convertidos en demonios, a quienes se reconoce su poder, se admira y respeta, pero al mismo tiempo se les esclaviza como guardianes del templo de la fe católica. Se les condena así a proteger, desde el exterior, un recinto al que jamás podrán acceder.
También hay quien piensa que fueron incorporadas para comunicar ideas y contar historias de la Biblia a la gente que no sabía leer.
Por otra parte los hay que sugieren que las gárgolas representan almas condenadas por sus pecados que han sido alejadas eternamente de la iglesia. Se las ha convertido en piedra para advertir a otros sobre lo que les podría suceder si no siguen las leyes del todopoderoso.
En cualquier caso son mucho más que elementos decorativos. El simbolismo de las gárgolas nos habla de un mundo imperfecto; de un porvenir desconocido que nos asusta; nos recuerda que el dios católico está dentro; que las diosas están fuera; que la maldad nos ronda, nos observa y nunca se encuentra suficientemente lejos; y que la paz entra en la iglesia cuando el sol atraviesa las vidrieras, el sonido del órgano realiza el exorcismo y las voces de los escolanos elevan al cielo lo mejor de cada persona en una oración.
Hoy quiero invitarte a que las observes, las conozcas, les pongas nombre, y escribas alguna historia en las que sean protagonistas indiscutibles. Ellas te están esperando desde su condena a cadena perpetua, sufriendo la constante agresión de las obstinadas palomas. Te miran sin que tú te des cuenta con la inquietante serenidad de sus ojos fríos y sus cuerpos pétreos, al menos hasta la media noche, en la que el rayo de luna, les devuelve un soplo de vida.

Copulacion demoniaca




Copulación demoníaca.
17.7.07
En el año 1484 el Papa Inocencio VIII, el impulsor de la Inquisición y valedor de Torquemada, publica “Summis desiderantis affectibus” conocida como “Bula sobre brujas” en la que afirma que los brujos y brujas practican la fornicación con el diablo: “Un gran número de personas de ambos sexos, descuidando su salvación y alejándose de la fe católica, tienen relaciones carnales con el diablo en figura de varón (íncubo) o de mujer (súcubo)”. En su exposición resulta llamativo el que los diablos se ajusten, a la hora de elegir postura para copular, a la concepción teológica de la posición normalizada en el acto sexual: los diablos yacen encima y las diablesas debajo.
Fuente principal para la esta bula es la idea que tiene Tomás de Aquino acerca de la copulación satánica con los diablos “suprayacentes” (ellos) y “subyacentes” (ellas), en la explica cómo, en contra de su naturaleza estéril, el diablo puede procrear. La teoría tomista sobre la transmisión del semen es la siguiente: un único y mismo demonio puede procurarse semen masculino copulando en forma de mujer (como súcubo, es decir, subyacente) con un varón, y a continuación, en figura de hombre (como incubo, es decir, suprayacente) traslada a la mujer ese semen en el acto sexual. Tomás no llega a tratar detalladamente cómo este semen que el diablo se ha procurado de un varón mantiene su actividad procreadora hasta que tiene lugar la copulación con la pecadora. Pero para eso está “El Martillo de brujas”, obra de dos dominicos a los que no quiero nombrar, que llenará esa laguna: para la transferencia del semen, los demonios disponen de un termo especial que lo mantiene activo.
A los autores de este texto les preocupa la cuestión de por qué las mujeres tienen más relaciones sexuales con los diablos con figura de varón, y por tanto por qué hay más brujas que brujos. Esta cuestión les ofrece la oportunidad de desarrollar su visión de la mujer, uniéndose así al coro teológico eclesial de difamadores de la mujer, que son legión en la tradición católica.
Tiran del aristotélico mayor contenido de agua de las mujeres, que nos hace inconstantes y nada fiables. Citan a Crisóstomo:”¿Qué otra cosa es la fémina sino la enemiga de la amistad, un castigo inevitable, un mal necesario, una tentación natural, una desdicha deseable, un peligro doméstico, un daño que divierte, un defecto de la naturaleza pintado con bellos colores?” Para estos dos sádicos las mujeres siempre somos culpables porque tener voz y utilizarla, y lucir una larga cabellera son evidencias de la concupiscencia carnal insaciable, que hace que haya más brujas que brujos.
Está claro que con todos estos cuentos, chinos o no, siempre han querido controlar la sexualidad de las mujeres, y aquellas que trasgredían la norma y ponían en riesgo el orden que ellos habían establecido, se convertían en un peligro que era eliminado en un juicio por brujería.
Esto que te cuento viene al caso, porque el otro día estuve en la Catedral, y me acerqué a ver las esculturas que flanquean el interior de la Puerta de San Torcuato. Hace un año te hablaba de Daimón y Morgana, que es como llamo a la pareja de la Puerta de Santiago.
Ya habrás supuesto que esta vez, he identificado a la nueva pareja como una súcubo a la que llamo Jezabel y un íncubo al que le he dado el nombre del demonios más bello, atractivo y vicioso de los que se conocen Belial.
Me ha dado por imaginar que quienes diseñaron nuestro templo conocían bien todas esas historias de posesiones demoníacas que eran la comidilla de las gentes en la Edad Media, y quizá los colocaron en este ángulo oscuro para que no fuesen muy evidentes, pero que al mismo tiempo nos recordaran que el demonio siempre nos acecha, y a poco que nos descuidemos podríamos tener un encuentro carnal, aunque fuese sin nuestro consentimiento.
Probablemente cuando Ifigenia de los Reyes (siglo XVIII), describió al íncubo con el que realizó copulaciones demoníacas, se estaba refiriendo a Belial: un hombre guapo, fuerte, autoritario, con poder para volar y hacer volar a las personas, de aparecer y desaparecer sin perder la presencia, de una sexualidad poderosa que a ella le produjo gran excitación, y muy interesado en el coito.
Por tu propia seguridad deberías mirar para arriba cada vez que traspases las puertas mencionadas de la Catedral, tanto al entrar como al salir, y no pierdas de vista a Daimón, a Morgana, a Jezabel o a Belial.

Soñé en una noche fría



Soñé en una noche fría.
5.2.2008
Hace años escribía que en una noche fría soñé que, por obra y gracia de las ninfas de las fuentes, todos los baños de nuestra comarca recuperaban su antiguo esplendor…. Así que cuando MariÁngeles Lázaro me comunicó que, desde la asociación a la que pertenecemos, dedicada a la Conservación del Patrimonio de Guadix y Comarca, se había programado una conferencia con el título “El baño árabe de Aldeire. Nuevas aportaciones desde la arqueología”, pensé que las ninfas se habían puesto manos a la obra. En realidad no eran ellas, pero sí el equipo de arqueología que había realizado las excavaciones. En los salones del Liceo intervenían Antonio López y Ángel Rodríguez Aguilera.
El público llenó el local, prueba inequívoca de que, a pesar del fútbol y del carnaval, cuando un tema interesa, la ciudadanía acude, aunque es bien cierto que algunas personas deseamos poseer, en ese momento, el don de la ubicuidad.
El baño árabe de Aldeire (siglo XII-XIII) forma parte del conjunto de baños del Marquesado del Zenete, territorio donde existen un importante número, algunos conservados en buen estado, al haber sido embutidos en construcciones posteriores que los han protegido. Seguramente el hecho de que los pueblos del Marquesado dispusieran de continuo caudal de agua proporcionado por los pequeños ríos que los atravesaban, y que garantizaba el abastecimiento de los baños, incentivase la construcción de un buen número de ellos en esa zona.
La población morisca de ese tiempo, se identificaba por sus arraigadas costumbres, una de las que más costó eliminar a la Inquisición fue el uso de estos baños públicos, por la importancia que tenía en las prácticas religiosas, sociales y culturales. Para erradicarlos, se ordenó su destrucción en toda la provincia de Granada, y como la norma tiene una excepción que la confirma, el Marquesado del Zenete lo fue, ya que al tratarse del señorío del hijo del Cardenal Mendoza, este proporcionó protección a la población hasta su expulsión en 1568. Desde entonces el baño que nos ocupa se convirtió en un espacio doméstico y de cuadra.
Hoy sigue siendo una propiedad privada, su dueño es, al parecer, una persona con sensibilidad por el patrimonio que desea rehabilitarlo para instalar en él un espacio expositivo con una buena colección de piezas de cerámica decorativa de época nazarí. Mantiene negociaciones con la administración autonómica de Cultura, y no parece que la cosa este bien encaminada, aspecto este bastante preocupante, porque no sería la primera vez que la mastodóntica burocracia eterniza proyectos ilusionantes.
Nos contaron que el baño de Aldeire constituye un ejemplo típico de baño público rural, de pequeñas dimensiones y estructura sencilla. El equipo de arqueología ha documentado que está constituido por tres naves paralelas y contiguas, de planta rectangular, orientadas de este a oeste, que se corresponden con las salas fría, templada y caliente. Los muros del baño son de mampostería y pizarra, unidas con mortero de cal y arena. Las bóvedas son de medio cañón de ladrillo (solo se conservan en las salas templada y caliente). Lumbreras o lucernarios cuadrados dan luz a las dependencias. El baño tenía además vestuario, pilas de agua caliente y caldera para calentar el agua, además del horno y la leñera.
Mostraron las fotografías del sistema de pilares sobre los que asentaba el pavimento original del baño y que permitía crear una cámara subterránea para el paso del aire caliente que caldeaba el suelo y la estancia, completado por medio de la circulación de agua procedente de la sala caliente (en la que se descubre la misma estructura) El circuito de agua era conducido por medio de canalizaciones internas, y el exceso de calor y/o vapor se eliminaba por medio de dos chimeneas abiertas en el muro.
La sala caliente es la de mayores dimensiones (3,25 por 9 m) presentando en el fondo tres espacios de tendencia cuadrangular: las de los extremos (2,10 por 2,70m) servían para albergar las pilas de agua caliente y la central (2,70 por 2,70 metros)para la estructura de combustión.
Mientras escuchaba pensé en el Alfaquí llamado Alí Aben Chapela, que era natural de Aldeire. El señor del Zenete, Rodrigo de Vivar, hijo del Cardenal Mendoza, lo designó en 1491 como su hombre de confianza para que se ocupase, en lo civil y lo criminal, de todos los problemas que se originaran entre los naturales del Marquesado. Me pregunté, si aquel musulmán, que al convertirse al cristianismo se bautizó Rodrigo Abenchapela, estaría rondando las excavaciones y se ofrecería como mediador para que mi sueño se hiciese realidad.

domingo, 3 de febrero de 2008

Exposición de parto



Exposición de parto.
28-01-2008

La historia de las mujeres y la maternidad tiene encuadernadas páginas muy negras, y hoy vamos a recordar una institución que nació para hacerse cargo de las consecuencias de la doble moral y la hipocresía social que se ha vivido en nuestra ciudad, como en muchas otras, y con la que dudo que hayamos terminado.
En el verano de 1805 abre sus puertas en Guadix “La Casa de Misericordia”, también conocida como “hospicio” en un amplio edificio situado en la calle de la Gloria, que funcionaría hasta mediado el siglo XIX.
En ella tenían cabida tanto las criaturas huérfanas como las provenientes de familias paupérrimas y por supuesto los niños y niñas expósitos. Así se denominaba a los bebes a quienes sus madres no tenían más opción que desamparar depositándolos en las puertas de las iglesias, casas particulares u otros lugares, unas veces porque carecían de facultades o medios para criarlos, otras porque peligraba su reputación, y siempre con la esperanza de que alguien se apiadaría y los recogería para criarlos.
He consultado el “Diccionario razonado de legislación y jurisprudencia” escrito por Joaquín Escriche en 1874, y por él se que a esta acción se la denominaba “exposición de parto” y estaba tipificada como delito, abarcando el abandono un recién nacido e incluso el de niños o niñas que, aunque no tuviese la condición de recién nacido, no dispusiesen de la capacidad de sobrevivir por si mismos. Si el bebé moría en la calle, porque nadie lo recogiese, quien lo había expuesto sería condenado a muerte. Por otra parte, también era castigada con rigor la persona que materializase la exposición en plena noche o en lugar oculto. El castigo podía suavizarse si se notificaba el abandono de forma inmediata, de palabra o por escrito, al párroco o a la autoridad.
Si en la puerta de una familia honrada, aparecía un niño o una niña en exposición de parto, podían quedárselo, siempre y cuando se lo notificasen al eclesiástico más próximo para recibir su autorización, que a su vez debía dar cuenta a la casa de expósitos y vigilar el trato y la educación que aquella personita recibía. Quienes se quedaban el bebé eran los prohijantes y desde entones la criatura pasaba a ser prohijada.
La ley decimonónica protegía a estos niños y niñas, considerándolos como legítimos a todos los efectos, llegando incluso a declararlos exentos, cuando delinquían, de las penas de vergüenza pública, azotes y horca, imponiéndoseles los castigos previstos para las personas privilegiadas, porque se pensaba que algunos de aquellos querubines pudiesen ser hijos de familias ilustres. Tan es así que el que se refiriese a alguno con el nombre de borde, ilegítimo, bastardo, espurio, incestuoso o adulterino, debía retractarse judicialmente y pagar multa.
Pero volvamos a la “Casa de Misericordia”, en ella trabajaban (dependiendo de los recursos económicos de los que dispusiese en cada momento) un director, un capellán, un contador y secretario, el tesorero, el ecónomo, el maestro de fábrica, el maestro de primeras letras, el maestro sastre y el portero cocinero. Deliberadamente he dejado para el final el puesto que ocupaba una mujer, el de “rectora y maestra de niñas” a quien se encomendaba la tarea de enseñar a las hospicianas a coser, hilar, tejer, bordar, al tiempo que se empleaba en cuantas tareas fuesen necesarias para la organización del trabajo. Por todo ello le pagaban 30 reales mensuales, y en especie una ración mayor de hospiciana diaria. La señora que ejerció estas funciones en 1808 se llamaba Juliana de Eras. Ella estaba a cargo de “la miga” (así llamaban a la escuela para niñas) y se dedicaba en cuerpo y alma a las 16 chiquillas, todas menores de 9 años, que se le habían encomendado.
En ese tiempo algunas mujeres realizaban un trabajo muy interesante, eran las “amas de prevención” que recibían y cuidaban a los pequeños y los alimentaban ayudadas por leche de cabra y algunos jarabes mientras se encontraban “amas de leche” que los tomasen a su cargo, una vez comprobada su salud y sus buenos hábitos higiénicos para amamantarles, a estas últimas también se llamaban “amas de cría”.
A pesar del funcionamiento de esta institución no se pudo evitar un importantísimo número de muertes entre la infancia abandonada en los pueblos de la diócesis, en los primeros meses de su brevísima vida.
Si te interesa el tema te remito a uno de los libros del que he obtenido la información “El Hospital Real de la Caridad y el Hospicio Real” de los autores Antonio Lara Ramos y Santiago Pérez López.