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miércoles, 2 de octubre de 2013
noche de estrellas
Noche de estrellas.
30/7/2013.
Hay una actividad que me apasiona y me produce una sensación de paz y bienestar increíble, y a la que no puedo dedicar el tiempo que deseo, lamentablemente. En estas cálidas noches veraniegas, busco mi tumbona playera, la colcha de retazos que hizo mi madre para mí, y me tumbo a mirar al cielo. Puedo pasar horas y horas mirando el parpadear de las estrellas y la luz fija que emiten los planetas. Intento descubrir las constelaciones y aprender el nombre de las estrellas que las forman…Y mientras hago esto siempre me sorprende el encendido brillo de una estrella fugaz, que me permite formular un deseo. La única cosa que no puedo hacer es contar estrellas, mi abuela me advirtió, cuando yo era una niña, que de hacerlo me saldrían verrugas. Ella sabía que es casi inevitable contarlas en algún momento, por eso también me enseñó un remedio casero para eliminar esas pequeñas tumoraciones: cubrirlas con una gota de resina blanca del tallo de un higo verde.
Mi abuelo mucho más pragmático me decía: no va a pasarte nada por contar estrellas, eso de las verrugas es una historia heredada de las madres judías perseguidas en la España cristiana, les decían eso a sus hijos para que no se les reconociese por su costumbre de buscar la primera estrella de la noche, así les preparaban par saber el momento preciso en el que comenzaba el año judío, en que celebran la fiesta austera de Rosh Hazaña.
Por estas enseñanzas de mi abuela y mi abuelo, que eran la cara y la cruz de una misma realidad, he tenido la certeza desde mi infancia, de que el conocimiento se adquiere sumando las versiones que nos aportan quienes nos rodean y que serán diferentes dependiendo de quien lo describe y su bagaje cultural.
En cualquier caso la inmensidad del cielo oscuro y las mágicas luces que en él se encienden me seducen. Al contemplarlo pienso en cuantas personas, desde que el mundo es mundo, las han buscado para orientarse en la noche, para marcar el rumbo de la navegación, los veo componiendo figuras con los grupos de estrellas y creando leyendas para recordar las rutas a seguir.
El próximo fin de semana, concretamente el viernes día nueve, quiero subir a Jerez del Marquesado a disfrutar de la VI Edición de Noche de Estrellas, que desde el Camping de La Lomilla promete acercarnos a este fascinante mundo. Además podremos disfrutar de “la lágrimas de San Lorenzo”esa deliciosa lluvia de Perseidas ¡Pon rumbo a las estrellas! ¡Las tienes tan cerca!
martes, 22 de abril de 2008
Los ojos de la ciudad



Los ojos de la ciudad.
12 de diciembre de 2005.
Cuando Fernando y yo compartimos una tranquila y fría tarde de invierno, sentados en las viejas mecedoras frente al cálido fuego, con una copa de oporto y escuchando fados de la mozambiqueña Mariza, volvemos a Lisboa por el efecto del olfato, el gusto y el oído. Es impresionante el poder evocador que tiene nuestra memoria asociada a los sentidos.
La capital lusitana es un cúmulo de influencias y de contrastes que conviven de forma armoniosa. Es luminosa, acogedora y estimulante. Se ha acurrucado para dejar que el Tajo, transformado en Atlántico, la acaricie. Sabedora de su belleza, se repliega coquetamente, dando lugar a siete colinas coronadas por miradores para dejarse observar.
Es luminosa, con una luz especial, a veces brumosa y otras limpia como el rostro de una niña. Los rayos del sol aparecen y desaparecen en cada esquina, se reflejan en las hermosas fachadas de los edificios engalanados de azulejos. Las calzadas de adoquín, que alfombran el centro urbano, brillan con la humedad. Las aceras, decoradas de mosaicos blancos y negros, ofrecen destellos espectaculares. También el “Mar de Paja” se enciende en los atardeceres con brillos dorados. Lisboa resplandece, no importa la hora del día que sea, porque responde al estímulo del sol y al de la luna.
Es acogedora porque pervive en ella el encanto de las ciudades pequeñas. Quienes la habitan hacen gala de un carácter apacible y atento, se tiene la sensación de que se deleitan con cada minuto. De su calidad como anfitriona nos hablan las personas angoleñas, cabo-verdianas, guineanas... que se trasladaron a ella proporcionándole riqueza multicultural.
Es estimulante porque posee múltiples personalidades, diferentes pero no contradictorias, sino generadoras de la belleza de la complejidad.
Cualquier dirección que tomemos ofrecerá un delicioso paseo y con él la fotografía. Ropas tendidas cual velas marineras al viento, casas de tejados naranjas y ocres, balcones de hierro forjado y paredes pintadas con tonalidades seductoras. Mi hermano nos invitó a fijarnos en las ventanas porque son los ojos de la ciudad, y en Lisboa están pintados, siempre hay una línea de color que los enmarca y embellece.
En 1755 hubo un fuerte temblor de tierra, que casi la destruyó, especialmente afectada resultó A Baixa, que fue reconstruida por el Marqués de Pombal con un plan urbanístico lineal y paralelo que le proporciona carácter. Actualmente es una zona amplia, elegante y monumental que se dedicada al comercio tradicional. El poeta Pessoa escribió en este barrio parte de “El libro del desasosiego”.
Decidimos coger el tranvía número 28, tan romántico y evocador, que sube por callejuelas serpenteantes y estrechas, en algunos puntos parece que fuera a besar las casas. Me gustó pasear por el barrio medieval de A Alfama, de casas diminutas, aromas de barbacoa y gente bulliciosa en las puertas. Conserva el aspecto del asentamiento morisco que fue y, siguiendo la propuesta de Saramago en “Viaje a Portugal”, me dejé llevar respondiendo a la llamada de cada esquina, de cada tramo de escaleras y a la mirada curiosa de los gatos que se asomaban por las pequeñas ventanas.
Cuando visito una ciudad suelo acercarme a alguno de sus camposantos, me aporta información sobre su forma de entender la vida y la muerte. Fuimos al Cemitério dos Prazeres, un bellísimo parque del siglo XIX que pone de manifiesto la ironía nostálgica del pueblo luso, al parecer tomó su nombre del titulo de un fado, y en él enterraron con honores a la mujer que mejor los cantó, Amalia Rodrigues.
Visitamos el Chiado que siempre ha estado asociado a tertulias culturales y políticas. En una librería de viejo, en la Rua dos Negros encontré “O chapeu de tres bicos” de Alarcón que ya forma parte de mi colección. Para celebrarlo fuimos al local A Brasileira, de estilo Art Nouveau en la Rua Garret. En su terraza la escultura de Pessoa nos contemplaba. Pedimos la clásica bica, cada sorbo de café era un placer que tenía el regusto que sólo la historia puede poner en el borde de una taza. En ese preciso instante se oía a Mariza: las cosas vulgares de la vida no dejan saudade, solo los recuerdos que duelen o hacen sonreír.
Lisboa es un lugar muy especial donde puedes perderte, o encontrarte, que tu sabrás lo que te conviene, si deseas huir de los convencionalismos de estas fechas.
12 de diciembre de 2005.
Cuando Fernando y yo compartimos una tranquila y fría tarde de invierno, sentados en las viejas mecedoras frente al cálido fuego, con una copa de oporto y escuchando fados de la mozambiqueña Mariza, volvemos a Lisboa por el efecto del olfato, el gusto y el oído. Es impresionante el poder evocador que tiene nuestra memoria asociada a los sentidos.
La capital lusitana es un cúmulo de influencias y de contrastes que conviven de forma armoniosa. Es luminosa, acogedora y estimulante. Se ha acurrucado para dejar que el Tajo, transformado en Atlántico, la acaricie. Sabedora de su belleza, se repliega coquetamente, dando lugar a siete colinas coronadas por miradores para dejarse observar.
Es luminosa, con una luz especial, a veces brumosa y otras limpia como el rostro de una niña. Los rayos del sol aparecen y desaparecen en cada esquina, se reflejan en las hermosas fachadas de los edificios engalanados de azulejos. Las calzadas de adoquín, que alfombran el centro urbano, brillan con la humedad. Las aceras, decoradas de mosaicos blancos y negros, ofrecen destellos espectaculares. También el “Mar de Paja” se enciende en los atardeceres con brillos dorados. Lisboa resplandece, no importa la hora del día que sea, porque responde al estímulo del sol y al de la luna.
Es acogedora porque pervive en ella el encanto de las ciudades pequeñas. Quienes la habitan hacen gala de un carácter apacible y atento, se tiene la sensación de que se deleitan con cada minuto. De su calidad como anfitriona nos hablan las personas angoleñas, cabo-verdianas, guineanas... que se trasladaron a ella proporcionándole riqueza multicultural.
Es estimulante porque posee múltiples personalidades, diferentes pero no contradictorias, sino generadoras de la belleza de la complejidad.
Cualquier dirección que tomemos ofrecerá un delicioso paseo y con él la fotografía. Ropas tendidas cual velas marineras al viento, casas de tejados naranjas y ocres, balcones de hierro forjado y paredes pintadas con tonalidades seductoras. Mi hermano nos invitó a fijarnos en las ventanas porque son los ojos de la ciudad, y en Lisboa están pintados, siempre hay una línea de color que los enmarca y embellece.
En 1755 hubo un fuerte temblor de tierra, que casi la destruyó, especialmente afectada resultó A Baixa, que fue reconstruida por el Marqués de Pombal con un plan urbanístico lineal y paralelo que le proporciona carácter. Actualmente es una zona amplia, elegante y monumental que se dedicada al comercio tradicional. El poeta Pessoa escribió en este barrio parte de “El libro del desasosiego”.
Decidimos coger el tranvía número 28, tan romántico y evocador, que sube por callejuelas serpenteantes y estrechas, en algunos puntos parece que fuera a besar las casas. Me gustó pasear por el barrio medieval de A Alfama, de casas diminutas, aromas de barbacoa y gente bulliciosa en las puertas. Conserva el aspecto del asentamiento morisco que fue y, siguiendo la propuesta de Saramago en “Viaje a Portugal”, me dejé llevar respondiendo a la llamada de cada esquina, de cada tramo de escaleras y a la mirada curiosa de los gatos que se asomaban por las pequeñas ventanas.
Cuando visito una ciudad suelo acercarme a alguno de sus camposantos, me aporta información sobre su forma de entender la vida y la muerte. Fuimos al Cemitério dos Prazeres, un bellísimo parque del siglo XIX que pone de manifiesto la ironía nostálgica del pueblo luso, al parecer tomó su nombre del titulo de un fado, y en él enterraron con honores a la mujer que mejor los cantó, Amalia Rodrigues.
Visitamos el Chiado que siempre ha estado asociado a tertulias culturales y políticas. En una librería de viejo, en la Rua dos Negros encontré “O chapeu de tres bicos” de Alarcón que ya forma parte de mi colección. Para celebrarlo fuimos al local A Brasileira, de estilo Art Nouveau en la Rua Garret. En su terraza la escultura de Pessoa nos contemplaba. Pedimos la clásica bica, cada sorbo de café era un placer que tenía el regusto que sólo la historia puede poner en el borde de una taza. En ese preciso instante se oía a Mariza: las cosas vulgares de la vida no dejan saudade, solo los recuerdos que duelen o hacen sonreír.
Lisboa es un lugar muy especial donde puedes perderte, o encontrarte, que tu sabrás lo que te conviene, si deseas huir de los convencionalismos de estas fechas.
Nosotros, los huesos que aquí estamos...




Nosotros, los huesos que aquí estamos…
27.11.07
La Asociación de Desarrollo Rural Comarca de Guadix ha sido seleccionada, de entre todos los grupos que trabajan en España, gestionando los Planes Leader Plus, para representar al país en la Conferencia Europea celebrada en la ciudad portuguesa de Évora, y esto es muy importante, sobre todo si tenemos en cuenta que solo en Andalucía trabajan cincuenta grupos.
Es difícil que aun no sepas lo que es Leader, por si acaso, te lo explico brevemente. Con este nombre se conoce las sucesivas iniciativas de desarrollo rural de la Unión Europea. Tiene como finalidad el fomento de estrategias originales de desarrollo sostenible y de calidad. Está destinada a la experimentación de nuevas formas de valorización de patrimonio natural y cultural, de mejora del empleo, y de la calidad de organización de las comunidades rurales. Pone un énfasis especial en la utilización de nuevos conocimientos y tecnologías, en la puesta en valor de los productos locales, en la fuerza vertebradota de las asociaciones y en la colaboración de proyectos interterritoriales y transnacionales.
A esta asociación pertenecen la practica totalidad de los ayuntamientos de la comarca, la Diputación Provincia, entidades financieras, federaciones de cooperativas agrarias y de trabajo asociado, empresarios y empresarias organizadas en asociaciones, o a titulo personal, sindicatos de clase y agrarios, asociaciones juveniles, culturales, deportivas, de personas con discapacidad y de mujeres. Puedes comprobar que estamos ante la asociación más potente y vertebradota de la comarca. Preside su Junta Directiva, la alcaldesa de Gorafe Belén Navarro, uno de sus vicepresidentes es el alcalde de Guadix Santiago Pérez, y el gerente es Juan José Manrique.
En el equipo de cinco personas que se eligió para participar en la conferencia internacional, estábamos la Presidenta de la asociación, el gerente, el vicepresidente Francisco Pleguezuelos que pertenece a la Asociación Intersectorial de Empresarios, el empresario del Valle del Zalabí Manuel Aranda, y yo que representaba a la Federación de Mujeres Sulayr. Los trabajos previos a la conferencia los coordinó el experto en desarrollo rural Paul Soto, que se desplazó desde Bruselas para ayudarnos. Nuestra misión era explicar la estrategia definida para abordar los problemas de la comarca, y cómo lo estamos haciendo, a fin de servir de ejemplo a los países que se incorporaron en la última ampliación. Para ello solo había dos horas, por lo que tuvimos que trabajar duro en el uso de los tiempos. Creo que el resultado fue magnífico, así nos lo hicieron saber el observador norteamericano, y el relator húngaro que nos acompañaban. El Director General de Desarrollo Rural del gobierno de Andalucía dijo sentirse orgulloso de haber apostado por Guadix, al igual que el representante del Ministerio de Agricultura del gobierno central. Pero para mí lo verdaderamente satisfactorio fue la reacción de los dos presidentes anteriores de la Asociación, el alcalde de Gor Francisco Porcel y el que ha sido alcalde de Guadix Antonio Avilés, visiblemente emocionados al terminar el acto. Y por supuesto el abrazo cariñoso de los hombres y mujeres que nos acompañaron.
La noche anterior, el Ayuntamiento de la ciudad de Évora, nos invitó a cenar en un lugar encantador en el corazón del casco antiguo. Para llegar paseamos por delante de las murallas infranqueables y del precioso acueducto iluminado. Mientras esperaba a una amiga que se retrasó, porque en su mente había dibujado planos equivocados, me quedé sola y bajo una Luna casi llena, estaba extasiada en la contemplación del Templo de Diana, una construcción romana del siglo II. Resultaba muy evocadora la presencia de las esbeltas columnas corintias desafiando a la noche. Pude imaginarme a la Diosa rodeada de las mujeres que solían cazar con ella, probablemente bajo aquella misma luz de plata.
Évora posee calles serpenteantes y estrechas cargadas de historia, fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1986. La ciudad vieja queda arracimada murallas adentro, trenzando una compleja tela de araña en cuyo centro está la “Praça do Giraldo”, rodeada por cafés, tiendas y librerías. Durante bastante tiempo fue espectadora atónita de las aterradoras piras que levantaba la Inquisición para ejecutar a sus víctimas, afortunadamente hoy huele al carbón que lentamente dora el corazón de las castañas y las envuelve en su blanca ceniza.
Pero hubo cosas que me impresionaron con gran intensidad, como la Capilla de los Huesos, que tiene sus paredes cubiertas por cinco mil calaveras y muchos miles de tibias, y que en el dintel de acceso tiene escrito: Nosotros, los huesos que aquí estamos, por los vuestros esperamos. Pero mi espacio se acaba, así que te lo contaré otro día, lo prometo.
27.11.07
La Asociación de Desarrollo Rural Comarca de Guadix ha sido seleccionada, de entre todos los grupos que trabajan en España, gestionando los Planes Leader Plus, para representar al país en la Conferencia Europea celebrada en la ciudad portuguesa de Évora, y esto es muy importante, sobre todo si tenemos en cuenta que solo en Andalucía trabajan cincuenta grupos.
Es difícil que aun no sepas lo que es Leader, por si acaso, te lo explico brevemente. Con este nombre se conoce las sucesivas iniciativas de desarrollo rural de la Unión Europea. Tiene como finalidad el fomento de estrategias originales de desarrollo sostenible y de calidad. Está destinada a la experimentación de nuevas formas de valorización de patrimonio natural y cultural, de mejora del empleo, y de la calidad de organización de las comunidades rurales. Pone un énfasis especial en la utilización de nuevos conocimientos y tecnologías, en la puesta en valor de los productos locales, en la fuerza vertebradota de las asociaciones y en la colaboración de proyectos interterritoriales y transnacionales.
A esta asociación pertenecen la practica totalidad de los ayuntamientos de la comarca, la Diputación Provincia, entidades financieras, federaciones de cooperativas agrarias y de trabajo asociado, empresarios y empresarias organizadas en asociaciones, o a titulo personal, sindicatos de clase y agrarios, asociaciones juveniles, culturales, deportivas, de personas con discapacidad y de mujeres. Puedes comprobar que estamos ante la asociación más potente y vertebradota de la comarca. Preside su Junta Directiva, la alcaldesa de Gorafe Belén Navarro, uno de sus vicepresidentes es el alcalde de Guadix Santiago Pérez, y el gerente es Juan José Manrique.
En el equipo de cinco personas que se eligió para participar en la conferencia internacional, estábamos la Presidenta de la asociación, el gerente, el vicepresidente Francisco Pleguezuelos que pertenece a la Asociación Intersectorial de Empresarios, el empresario del Valle del Zalabí Manuel Aranda, y yo que representaba a la Federación de Mujeres Sulayr. Los trabajos previos a la conferencia los coordinó el experto en desarrollo rural Paul Soto, que se desplazó desde Bruselas para ayudarnos. Nuestra misión era explicar la estrategia definida para abordar los problemas de la comarca, y cómo lo estamos haciendo, a fin de servir de ejemplo a los países que se incorporaron en la última ampliación. Para ello solo había dos horas, por lo que tuvimos que trabajar duro en el uso de los tiempos. Creo que el resultado fue magnífico, así nos lo hicieron saber el observador norteamericano, y el relator húngaro que nos acompañaban. El Director General de Desarrollo Rural del gobierno de Andalucía dijo sentirse orgulloso de haber apostado por Guadix, al igual que el representante del Ministerio de Agricultura del gobierno central. Pero para mí lo verdaderamente satisfactorio fue la reacción de los dos presidentes anteriores de la Asociación, el alcalde de Gor Francisco Porcel y el que ha sido alcalde de Guadix Antonio Avilés, visiblemente emocionados al terminar el acto. Y por supuesto el abrazo cariñoso de los hombres y mujeres que nos acompañaron.
La noche anterior, el Ayuntamiento de la ciudad de Évora, nos invitó a cenar en un lugar encantador en el corazón del casco antiguo. Para llegar paseamos por delante de las murallas infranqueables y del precioso acueducto iluminado. Mientras esperaba a una amiga que se retrasó, porque en su mente había dibujado planos equivocados, me quedé sola y bajo una Luna casi llena, estaba extasiada en la contemplación del Templo de Diana, una construcción romana del siglo II. Resultaba muy evocadora la presencia de las esbeltas columnas corintias desafiando a la noche. Pude imaginarme a la Diosa rodeada de las mujeres que solían cazar con ella, probablemente bajo aquella misma luz de plata.
Évora posee calles serpenteantes y estrechas cargadas de historia, fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1986. La ciudad vieja queda arracimada murallas adentro, trenzando una compleja tela de araña en cuyo centro está la “Praça do Giraldo”, rodeada por cafés, tiendas y librerías. Durante bastante tiempo fue espectadora atónita de las aterradoras piras que levantaba la Inquisición para ejecutar a sus víctimas, afortunadamente hoy huele al carbón que lentamente dora el corazón de las castañas y las envuelve en su blanca ceniza.
Pero hubo cosas que me impresionaron con gran intensidad, como la Capilla de los Huesos, que tiene sus paredes cubiertas por cinco mil calaveras y muchos miles de tibias, y que en el dintel de acceso tiene escrito: Nosotros, los huesos que aquí estamos, por los vuestros esperamos. Pero mi espacio se acaba, así que te lo contaré otro día, lo prometo.
martes, 15 de abril de 2008
Fantasmas en la muralla de Mirambel


Fantasmas en la muralla de Mirambel.
21 de mayo de 2007.
Provista de mochila y cámara fotográfica he decido comprobar que la provincia de Teruel existe. Llegar lleva su tiempo, pero conviene disfrutarlo mientras vamos desconectando de nuestras rutinas cotidianas y preparamos cuerpo y mente para nuevas experiencias.
Durante unos días hemos recorrido la ciudad de las bellas torres mudéjares declaradas Patrimonio de la Humanidad, del torico y la estrella, de los amantes que desgraciadamente se escatimaron un beso y hemos conocido su patrimonio paleontológico visitando el parque temático “Territorio Dinópolis” donde vimos de cerca los dinosaurios; paseamos por Albarracín, alta como un nido de águilas, ciudad mágica declarada Monumento Nacional, para hacerle un regalo a nuestros sentidos y escuchar la leyenda de la Torre Blanca; en Aliaga “donde la tierra se retuerce” caminamos por su Parque Geológico en el que comprobamos como Gea, la Diosa Tierra “se abrió en canal mostrando impúdica sus entrañas. De sus pliegues brotó sangre y carbón. El hombre bebió su sangre, sembró y vio crecer en ella el alimento, y con el carbón ardiente movió formidables ingenios de metal...” y así nos invitaron a dirigimos al Centro de interpretación de la Minería de Santa Bárbara, que evidencia como un templo puede cumplir varios objetivos simultáneamente (aunque dudo que Rouco Varela le diera el visto bueno); nos encontramos en nuestro paseo con los caballeros Hospitalarios de la Orden de San Juan de Jerusalén, que vestían manto negro con Cruz de Malta blanca y lucharon en estas tierras contra el infiel, nos aproximamos a ellos en Villarroya de los Pinares. Entramos entonces en una comarca que para mí ha sido una revelación “El Maestrazgo” Pio Baroja asegura que “es una comarca aislada; una plataforma alta, erizada de montes como conos truncados, verdaderos castillos naturales, limitada por los antiguos reinos de Cataluña, Aragón y Valencia y extendida hasta el mediterráneo” Sus pueblos tienen sonoros nombres y ecos medievales: Fortanete, Iglesuela del Cid, Tronchón, Allepuz, Pitarque, Bordón…
Cantavieja es uno de ellos, todo su casco antiguo fue declarado Conjunto Histórico Artístico, en ella se asentaron los caballeros del Temple que la convirtieron en cabeza de los siete municipios que componen la Baylía que lleva su nombre. Se hizo conocida cuando el General Ramón Cabrera “El tigre del Maestrazgo” la convirtió en capital del Carlismo en Aragón fortificándola, y construyendo un hospital, una fabrica de armas y una imprenta. Ahora se pueden saber estas y otras muchas cosas en el Museo de las Guerras Carlistas, que también visitamos.
Un panorama encantador se ofrece a nuestra mirada cuando descendemos por la carretera, un paisaje que cautiva y que nos lleva a Mirambel.
Siempre señorial y un tanto entregada al sueño de los siglos, es lugar de poesía y silencio. Quienes la visitamos por vez primera, nos asombramos ante el color de los lienzos de la muralla medieval, donde los muros se conservan de forma impecable, con su torre templaria de planta circular dorada con pátina de siglos. Accedimos al pueblo atravesando el hermoso Portal de las Monjas que nos sorprendió por su espléndido trabajo en forja y celosía. Y durante el relajado paseo que iniciamos por la calle Mayor vimos el antiguo Convento de las Madres Agustinas Descalzas, el hermoso templo anejo a la esbelta torre campanario, las casonas, los aleros de madera, los tejados y su fuente-abrevadero-lavadero que visitamos casi a oscuras.
Después de cenar dimos otro paseo, recuerdo las risas mientras cazábamos(fotográficamente) sombras de fantasmas en la muralla, sin saber aun que las gentes del lugar cuentan la historia del capitán Montpesar y de la priora sor Juana de la Cruz (a quien en su vida civil se llamaba Carmen Abarca). Mediado el siglo XIX vivieron una historia de amor imposible, y por aquellos lares aseguran que algunas noches se les ve juntos como sombras. Si te intriga puedes leerla en "La Venta de Mirambel" en la que se describe la vida de la localidad en plena Guerra Carlista, su autor es Pio Baroja, que durante unos meses vivió en esta localidad turolense.
Llegamos allí al atardecer cuando el día parecía morir inundando el cielo de sangre, en esa hora mágica en la que el sol se retira dejando paso a la maravillosa noche primaveral. Por eso no pudimos visitar el Museo Arquitectónico del Maestrazgo del que dispone la villa. Reiniciamos el camino cuando se desperezaba el astro rey, y Mirambel brotaba de la oscuridad bajo un cielo azul de cristal, así que me animo a pensar que es una invitación para volver. Callejear por Mirambel fue una delicia.
jueves, 3 de abril de 2008
Caminando ante el mar de nubes


5 de agosto de 2006.
La vida nos ofrece instantes preciosos y precisos que dejan una profunda huella en nuestra existencia. He podido volar sobre las nubes, andar sobre lava de volcanes y ver como el mar organiza sus propias fiestas, y eso me permite sentir.
La capacidad del ser humano para inventar artilugios que le permitan vencer las resistencias de la naturaleza me impresiona y en algunos momentos provoca en mi cierta desazón. Cuando subo a un avión, por más que me expliquen los efectos Venturi y Magnus, me cuesta comprender que algo tan pesado, que transporta cientos de pasajeros y montones de kilos de equipaje, pueda ascender miles de metros y desplazarse miles de kilómetros. Igual ocurre cuando utilizo como medio de transporte un barco, no me cabe duda de que el principio de Arquímedes es la teoría por la cual el flotador destinado a navegar nos desplaza sobre el mar, pero cuando veo cargar en sus bodegas autobuses y camiones, me quedo perpleja. Consigo reponerme y decido dejar para mentes más científicas todas esas elucubraciones, al fin y al cabo yo soy de letras y es evidente que no me apasionaban las tortuosas clases de matemáticas, física, química y tecnología, aunque siempre procuré cursarlas con aprovechamiento.
Inicio la travesía entre las islas de Tenerife y La Palma, serán poco más de dos horas. El barco de la compañía Fred Olsen ha sido bautizado como Benchijigua Express, en homenaje a un bonito lugar de La Gomera. Veo como rompen las olas, igual que las horas del día, y en su vaivén se reflejan espumas de historias y misterio, trayendo a mí antiguas leyendas. Así recordé la contada por Hesíodo sobre el nacimiento de la “surgida de la espuma”. Después de que Crono cortase los genitales con una hoz a Urano, su padre, y la sangre y el semen de éste cayesen al mar, donde empezaron a hacer espuma, nació de ella Afrodita, ya adulta, adornada con la sonrisa y la dulzura y siendo la diosa del amor y la belleza. También pensé en Ulises y sus marineros arribando a la isla Eolia, donde su dueño y señor, Eolo los recibió con celebraciones y festejos, y decidió ayudarles a regresar a Itaca, impulsando sus naves con vientos favorables. Regaló a Ulises el Odre de los Vientos. un valioso presente que le ayudase a llegar hasta Penélope. Le advirtió que nunca lo abriese, porque en él estaban atrapados todos los vientos desfavorables que desencadenarían violentas tempestades. Sólo en casos muy precisos y de manera muy cuidadosa podría luchar contra la calma marítima. Ulises y sus hombres se embarcaron de nuevo y pudo más la curiosidad que los consejos. En medio de la noche, la marinería, entreabrió la boca del odre y, de repente, se desató tan feroz tormenta que puso en riesgo su viaje. Me pregunto por qué cuando se habla de persona curiosa que destapa desgracias siempre se habla de Pandora y no de estos curtidos hombres de mar.
Al día siguiente hicimos una ruta de senderismo que nos llevó al Parque Nacional de la Caldera del Taburiente, allí nos encontramos con el fenómeno que provocan los vientos alisios, que procedentes del Nordeste llegan a La Palma tras un largo recorrido marítimo, en el que se cargan de humedad en las capas inferiores, formándose nubes bajas que no cubren los puntos más elevados de la isla, pudiendo disfrutar desde las cumbres de la espectacular visión del "mar de nubes". Esa belleza me deja sin palabras, me provoca una confusión infinita, porque la naturaleza posee un poder inquietante, que me hace consciente de mi limitada fortaleza. Mi padre va unos pasos por delante y de pronto veo en él a “El caminante ante el mar de niebla” un cuadro del paisajista romántico alemán Friedrich. Nadie ha sabido pintar la soledad del ser humano ante el mundo como él, reflejándolo en un gesto que no vemos porque está mirando lo mismo que nuestros ojos, es una metafísica visión del drama de la existencia humana que nos convierte en creadores de caminos, como escribió Machado, en busca de ese sitio en donde nuestra esencia reencontrada se funde con lo absoluto. Deseo seguir los pasos de mis padres reivindicando nuestra militante categoría de caminantes legítimos y libres.
Disfrutados los días de descanso y sabiendo que todo final es un comienzo, retorno a la península, donde sigo amando sin miedo la vida, donde añoro volver a perderme en mi mar de nubes tanto como temo no encontrar un mar de olas que me llame con el rumor de bellos cuentos.
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