Mostrando entradas con la etiqueta Semana Santa. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Semana Santa. Mostrar todas las entradas

martes, 14 de abril de 2009

Diosa Isis







DIOSA ISIS
30.3.09

Por ser nuestra ciudad un cruce de caminos, hemos recibido múltiples influencias de cuantos pueblos han pasado por ella. Los aspectos relacionados con la religiosidad no han sido una excepción.
Por eso en nuestro intento de que la historia recoja la mitad que siempre ha olvidado, nos ocupamos de colocar los focos de la actualidad sobre una pieza perdida durante mucho tiempo, hasta que la magia de la arqueología la sacó a la luz en Guqdix. Se trata de un pedestal descubierto en el año 1623. Ese tesoro formó parte de las posesiones el Marqués de Estepa, pasó después a manos del Duque de Alcalá, y finalmente se sumó a las propiedades del Duque de Medinaceli, que lo donó en 1953 al museo arqueológico de Sevilla, donde se conserva actualmente.
Se procedió a traducir su inscripción. Así supimos que el pedestal servía de base a una escultura de la Diosa Isis; que es uno de los más importantes monumentos isíacos del mundo romano; y que fue mandado realizar por Fabia Fabiana, una rica propietaria, culta y emprendedora, seguidora y devota de la Diosa. Se relata la importante donación de plata para la construcción de la imagen de Isis, además de la necesaria para la elaboraciòn de una diadema, unos pendientes, un broche y anillos para los dedos pequeño, corazón y anular. Todas estas piezas estaban delicadamente enriquecidas con perlas y piedra preciosas, como las esmeraldas. Pero no era bastante, según el critierio de Fabia Fabiana, para honrar a Isis, por lo que además le regalaba una gargantilla realizada con cuatro sartas de treinta y seis perlas y dieciséis esmeraldas; pulseras para los tobillos; y adornos para las sandalias.
Investigaciones posteriores verificaron que en nuestra colonia se rendía culto a esta deidad de origen oriental, que era venerada en Egipto desde el III milenio antes de Cristo, y que fue introducida en Roma un siglo después a finales del siglo II, gozando de gran popularidad.
Isis era una Diosa bastante compleja, unificadora de todos los aspectos de la feminidad. Ella junto con su hijo Horus, era adorada de forma individual y fuera de los rituales del Estado. Se trataba de un culto de trasfondo erótico, revestía un cierto papel transgresor y antiromano, por lo que estaba mal visto por los tradicionalistas. Proyectaba una imagen igualitaria y liberadora de la mujer, y esto convirtió a muchas mujeres en sus fieles devotas. Las sacerdotisas encargadas del templo y del culto solian ser extranjeras.
Isis es una madre virgen que engendró, junto a Ra (dios del Sol) a Horus para que hiciera justicia y destruyese al maligno.
En Egipto las representaciones de Isis eran ataviadas con lujosos vestidos y adornadas con profusión de joyas. En nuestra ciudad era evidente que se seguía el mismo ritual, ya que la pieza museística mencionada hace referencia a la donación de numerosas joyas. Y así lo evidencia también la inscripción funeraria de Livia Calcedonia hallada en Guadix, en la que se declara devota de Isis y pide ser enterrada con un collar de perlas y veinte esmeraldas en la mano derecha, siguiendo el modelo de la venerada Diosa.
Sabemos que el Viejo Testamento prohibe realizar y adorar ídolos e imágenes talladas de cuanto hay en los cielos, la tierra y las aguas subterráneas, y también postrarse ante ellas o darles culto (Deuteronomio5), por lo que la única explicación que podemos dar a la vulneración de la ley, sacando imágenes en procesión, es la influencia de la tradición religiosa pagana.
En los Hechos de los Apóstoles se relata una visita de San Pablo a Efeso y el jaleo que se montó cuanto el apóstol predicó sobre un solo Dios y la prohibición de imágenes. Los artesanos clamaron al cielo para evitar que se fueran al traste su cultura, dando vivas a la Diosa. Estaba claro el sentimiento de la sociedad pagana hacia su reina celestial.
Precisamente en Efeso en el año 431 se celebró un concilio que presidió Cirilo de Alejandría. En él se instituyó como dogma de fe el papel de María como "Madre de Dios". A pesar de ello, el culto a Isis perdudaría todavía cien años más, hasta el 535 en que Justiniano aboliría el último culto de la religión pagana: el de la Diosa Isis.
En el proceso de cristianización de la sociedad romana, existen crónicas que nos cuentan como las personas ya bautizadas no abandonaban el culto a la "Isis Madre de Dios", y para no destruir sus imágenes les cambiaban el nombre, apoyandose en el dogma de la Virgen María.
En nuestra ciudad, cada Semana Santa sacamos a nuestras vírgenes en procesión a cuál más bella; cada una es capaz de despertar los más profundos e intensos sentimientos; engalanadas con sus mejores ropajes y alhajas; perfumadas de flores, incienso y cera que arde; seguidas de camareras austeras y elegantes, y este bello cuadro, envuelto por las notas de distintos instrumentos musicales. Y siempre que las veo me pregunto si alguna ellas será Isis.
Para hacer justicia a nuestra historia, el Ayuntamiento de Guadix, dedicó a la Diosa Isis una avenida, que simbólicamente une las avenidas de Mariana Pineda y la de Venus de Paulenca, y que abraza el Caño de San Antón. Allí hay una referencia a Netón, al igual que en el pedestal dedicado a Isis; y cuando se restauró, la escultora Mari Angeles Lázaro, realizó un bajo relieve que representa a la Diosa con sus alas desplegadas.
Ahora el Ayuntamiento para seguir haciendo justicia a nuestra historia, debería encargar una replica del pedestal de mármol que hay en Sevilla, una escultura que represente a Isis y colocarlo en la avenida que la honra.
Nadie debería escandalizarse porque son muchos los caminos que nos conducen a la verdad y al encuentro con la idea de la divinidad, y ya san Juan nos advertía que "ni su voz habéis oído jamás, ni visto su aspecto".

martes, 7 de abril de 2009

Escuchar el silencio




Escuchar el silencio
20.4.2003.


En Semana Santa desconecto del trabajo, de los estudios y de prácticamente todo tipo de compromisos y dedico la noche para salir a ver las procesiones que despiertan en mi sentimientos muy contradictorios.
Por un lado descubro un muestrario muy variado de cultura popular: mantos delicadamente bordados con hilos de oro y plata; encajes confeccionados con maestría que son absolutamente frágiles; la orfebrería de los varales, las ánforas, la candelería y los jarrones; los adornos florares que llenan de sutiles aromas y color las calles accitanas; la música (unas veces de capilla, otras de banda de cornetas y tambores, algunas de agrupación musical) que vuelve cada esquina dejando que sus notas se deslicen en nuestros hogares evocando bellas imágenes, me emociona especialmente la Banda Municipal de Guadix; las mujeres con vestidos de luto, con tejas, mantillas y collares de perlas, tan elegantes y formales; los y las penitentes con sus túnicas, capirotes, capillos, capas, cíngulos, velas y penitencias a cuestas; las esculturas de esas imágenes que buscan y consiguen estremecernos con su perfección y cuando pasan cierro los ojos para escuchar el esforzado caminar de los costaleros y costaleras.
Por otro lado no puedo evitar sentir que esta manifestación religiosa es de una gran crueldad, vemos a un hombre joven que ha sido torturado y que finalmente morirá. Le acompaña una madre rota, que llora, que sufre, que abraza al hijo intentando devolverle la vida. Y cuando a esto añades tantas escenas de dolor como vemos cada día por conflictos bélicos, catástrofes naturales, accidentes de carretera, atentados terroristas, maltrato familiar... me siento mal.
Hay algunas cosas que me compensan de esas malas sensaciones. Todos los "lunes santo" un grupo de amigos y amigas, respondiendo a la llamada de Salva, subimos a la Alcazaba para encenderla y poner un bonito marco al paso del Cristo de la Misericordia. Para trabajar no necesitamos linternas, la luna que está creciendo nos ilumina. A pesar del frío y la humedad que nos cala las botas, los calcetines y los pantalones, subimos y bajamos de los torreones colocando las antorchas que encenderemos cuando Tati nos de la señal. Al recibirla nos dividimos por parejas, una persona lleva la mecha y otra el bote de gasolina, esta última empieza su trabajo y quien porta la llama camina con una distancia de seguridad para evitar accidentes. Poco a poco la fortaleza se ilumina y quienes allí estamos nos sentimos satisfechos de contribuir a que un paso tan austero luzca con tanto esplendor.
Me gusta ver el barrio de cuevas que rodea la Ermita Nueva solamente iluminado por el claro de luna, escuchar el silencio que rompe el ladrido de los perros, observar Sierra Nevada apareciendo como un espíritu blanco que abraza los cerros de Guadix y mirar al cielo para realizar un pacto con las estrellas que nos permita estar en la Alcazaba el año que viene.
Pero como no todo es perfecto me permito recordar al Ayuntamiento, que esa ruina de castillo que compraron para que la ciudad y el mundo la disfruten, está en unas pésimas condiciones. Les recomiendo que visiten las fortalezas de Almería y Málaga, tomen nota y se pongan en contacto con la Consejería de Cultura y la Universidad para definir, cuanto antes, un plan de actuación que nos permita a los que ahora tenemos cuarenta años, verla rehabilitada y hermosa antes de morir.

domingo, 5 de abril de 2009

Noventa y nueve nombres.







Noventa y nueve nombres.
12.4.2004


El equinocio de primavera nos trae, con su primera luna llena, la Semana Santa, y ya que ha terminado me embarga la nostalgia por lo que supone en el despertar de los cuerpos y de las almas.
Te confieso que para mí está muy ligada a la cocina. Hay tres postres que desde la infancia nos han ayudado a desarrollar el gusto, la vista y el olfato. En todos intervienen la leche, el azúcar y la canela, sin lugar a duda los sabores y olores de estos días de pasión. El arroz con leche desprende un suave aroma al cocer lentamente con palos de canela y cáscara de naranja, e invade todas las estancias de la casa, esperando transformarse en un delicioso manjar que entrará en nuestro cuerpo de forma cálida y reconfortante. Las torrijas, para las que usamos rebanadas de pan duro, mojadas en leche, pasadas por huevo batido y fritas en abundante aceite de oliva, para finalmente emborrizarlas en una mezcla de azúcar y canela, y que me recuerdan los cerros arcillosos cuando sobre ellos se desliza silenciosamente la luz del sol que se acuesta, ese ocre brillante y dulce es otro premio para nuestra vista y nuestro paladar. Pero es la suave crema que se logra con leche, canela, yemas de huevo, azúcar y harina de maíz finamente molida, la que más me agrada, esas natillas imprescindibles para gozar de un excelente estado de ánimo por su olor, su textura y su sabor.
Pero los olores también están en la calle. Especialmente en los desfiles procesionales, por el fragante humo del incienso quemado, que esparcen con armoniosos movimientos los incensarios; por la lenta combustión de los cirios que adornan los candeleros de los pasos y que llevan en la mano, durante su lento caminar, los hombres y mujeres que hacen penitencia; y finalmente por el delicado perfume de las flores que embellecen los pasos.
He tenido la oportunidad de estar en el sito adecuado en el momento oportuno. El viernes amaneció lloviendo con furia. Como mi familia política se ha criado en la calle de la Concepción y le tienen gran devoción a la Virgen de los Dolores, decidimos ir hasta la iglesia. El trono estaba delicadamente adornado, como de costumbre, con bellísimas creaciones de flores blancas, había rosas, lilium, calas y diminutas malvas que se conocen como flor de cera.
Poco a poco, la imagen empezó a representar a las mujeres del mundo. A madres, hijas, hermanas, nietas, esposas, novias, abuelas y amantes que lloran por el injustificable sufrimiento de los suyos. En el corazón rojo bordado sobre el cielo oscuro de la toldilla, apareció la profunda herida que causan las guerras, los atentados, la violencia... Sus manos entrelazaban los instrumentos que causan dolor como queriendo mitigarlo con el calor de su amor... Pero por su sereno rostro se deslizaban las lágrimas de la impotencia... De pronto empezó a sonar "Encarnación Coronada" en el pequeño templo donde estábamos apenas cien personas, atronó el maravilloso hacer de la Banda Municipal de Guadix, me estremecí hasta la médula, y mis ojos empezaron a derramar lágrimas, miré a mi alrededor buscando consuelo, pero los jóvenes, los hombres y las mujeres que me rodeaban tenían los ojos ardiendo y las mejillas húmedas... decidí que lo mejor era dejar que el llanto siguiera su curso... Volví a sus manos y reparé en el delicado pañuelo, estaba claro que no se iba a dar por vencida, con aquel trocito de esperanza blanca con encajes, enjugaría su llanto y el nuestro... De su antebrazo izquierdo colgaba un rosario y de mi corazón brotó la imagen de las mujeres iraquíes, que vestidas como ella de negro, con un manto cubriéndoles la cabeza, tendrían en sus manos el rosario musulmán de noventa y nueve cuentas con el que estarían recordando los noventa y nueve nombres de Alá, en un intento de que este devuelva la cordura al mundo.
Respiré profundamente y agradecí que no hubiese entre nosotros ningún hombre santo, ni del dios de los cristianos, ni del dios de los judíos, ni del dios de los musulmanes, que echase a perder con palabras vacías el momento de íntimo encuentro con nuestra propia alma.


Semana Santa




Semana Santa.
18.3.2002.

Me gusta pasear de noche por la ciudad, son muchas las razones, pero especialmente destacaría que me apetece hacerlo sin el ruido de camiones, coches, motocicletas y aparatos de música a todo volumen. Guadix es una ciudad absolutamente silenciosa y solitaria cuando recibe a la luna.
La tenue iluminación del astro de la noche compite con el esplendor de la luz de los escaparates. No lo hace sin embargo con las farolas de las calles que en más de un caso parecen seres agonizantes, quizá solidarizándose con el Cristo crucificado que los próximos días paseará por los corazones de mucha gente.
Pero permíteme que vuelva a los escaparates. Hay uno que me llama poderosamente la atención. Se encuentra en la calle Doctor Tena Sicilia. Si alguna vez perdiera la orientación temporal y no supiese en que día vivo, solo tendría que acercarme a él y saldría inmediatamente de dudas.
Hace poco más de un mes estaba lleno de máscaras, pinturas para el rostro y el pelo, vestidos que te permitirían ser otra persona, sombreros, pelucas, zapatones, guadañas, artículos para gastar bromas... ¡era el carnaval!
Este mes se pude ver una maniquí vestida de camarera, pero no de las que sirven en las cafeterías, bares, restaurantes o heladerías, sino de las que acompañan las imágenes de las Vírgenes de Semana Santa. Que por cierto, una camarera era la mujer de mayor respeto de entre toda la servidumbre en las casa nobles, y en las casas reales era la que tenía más autoridad de entre las que servían a la reina, en la española debía de ocupar el puesto una dama con el titulo nobiliario de Grande de España.
El traje de la modelo es enteramente negro, con adornos de lentejuelas del mismo color, la falda está cuatro dedos por debajo de la rodilla y es de manga larga y sin escote. Lleva medias de cristal negras y está descalza. En la cabeza una preciosa mantilla sobre peineta de carey, que se luce más porque el brazo derecho de la joven está apoyado sobre la cadera y eso permite observar los detalles. En la mano izquierda lleva un rosario de cuentas de cristal transparente.
En general la propuesta de la tienda es la que más se ajusta al protocolo de vestuario de una camarera. Para salir en procesión tal y como manda la tradición, las faldas no pueden ser ni más cortas ni más largas, con mantilla no se deban llevar trajes de chaqueta ni abrigos, nada de pantalones y por supuesto negro riguroso y elegante. A la mujer del escaparate le faltan unos guantes y tener bien puesta la mantilla.
Yo nunca me he puesto mantilla, pero conozco una dulce y encantadora dama verdaderamente experta en este arte. Muchas de las mantillas que se pasean por Guadix han pasado por sus manos. Ella conoce la técnica y los trucos que le enseñó su madre y tiene el estilo que se sigue en Córdoba y Sevilla y que varía un poco del de Granada y de Jaén. Antes de colocar esta sofisticada prenda hay que preparar una base, con dos pequeñas peinetas, cuatro dedos por debajo de la coronilla de la cabeza. Sobre ellas se colocará la peineta grande, que se fijará al cabello con horquillas, intentando asegurar bien las púas que quedan en la parte más baja. Seguidamente se coloca otra pequeña peineta por delante de la principal, tiene como finalidad evitar que con el peso de la mantilla se incline hacia delante. Llega la hora de colocar la delicada pieza de tul y la forma más segura de centrarla es pasar un hilván de hilo blanco. Una vez centrada se recogen unos pliegues por delante y otros por detrás con alfileres de cabeza negra. Los de atrás se dejan, porque será el broche el que los tape, los delanteros se retiran. Una vez puesta se ha de procurar que la mantilla no sobrepase nunca el bajo del vestido.
El escaparate tiene una buena muestra de mantillas españolas de tul, blonda y encaje negro. Unas están más trabajadas y hechas enteramente a mano y pueden costar de trescientos euros en adelante. Las hay más sencillas y confeccionadas a máquina y se pueden adquirir desde noventa euros. Sobre ellas hay collares, pulseras y pendientes de perlas, que como es sabido es el aderezo que mejor va con el negro.
Se pueden ver muchos modelos de peineta, todas de color carey pero con distintos tamaños y calados. Lo mismos ocurre con los rosarios que están expuestos sobre una tela de raso azul, los hay de plata, de cristal y de madera, y los precios van desde los seis a los treinta y nueve euros. Junto a ellos una selección de alfileres con forma de broche fabricados en rodio o chapados en plata o en oro que sirven para acoplar perfectamente la mantilla a la peineta por encima de la nuca (detalle que le falta a la muestra).
En los estantes de cristal veo guantes blancos y negros, cíngulos, y un puñado de botones de color rojo, negro, morado y amarillo para las túnicas de los hombres y las mujeres que se vestirán de penitentes.
El decorado termina con tres figuras de unos cuarenta centímetros que visten con capirotes y túnicas de distintas hermandades y un cartel oficial de la Semana Santa accitana, en esta ocasión una fotografía de Jesús Nazareno de perfil.
Supongo que este escaparate estará así hasta el mes de abril, en el que se llenará de primavera y de colores, y veremos a la protagonista indiscutible de esta pasarela con traje de flamenca, collares de colores, pulseras de aro, flores de tela en el pelo y mantón de Manila para marcarse unas sevillanas el Día de la Cruz.

Luz de Luna: Luar




Luz de luna: "luar"
28 de marzo de 2005.


Ya está menguando la maravillosa primera luna llena de la recién estrenada primavera. Por imperativos de calendario religioso, siempre coincide con la Semana Santa, y con la excusa de las procesiones, la ciudadanía toma la iluminada calle de esquina a esquina. Yo no voy a hablarte de estas manifestaciones populares, porque en el periódico contamos con la colaboración de un experto, mi colega y vecino de la página diecisiete Manuel Amezcua, al que aprovecho para agradecer el regalo que nos hecho esta año. El tiempo de Pasión tenía música, escultura, bordados, orfebrería, adornos florales, fervor cofrade… pero le faltaba poesía, y él la ha colocado delicadamente, con bellas palabras en el tibio aire, es una manera hermosa y creativa de realizar nuevas plegarias.
Entre la multitud, que se daba cita en la Plaza de la Catedral para ver los pasos por la tribuna oficial, encontré un sitio tranquilo y despejado: la verja del templo. Era viernes, mientras esperaba la llegada de la Virgen de la Soledad, me acomodé para mirar al cielo y contemplar La Luna. Ella me iba atrapando, me costaba trabajo apartar los ojos de su plenitud plateada, intentaba descifrar el mensaje que las sombras escribieron sobre ese bello rostro… ¿Qué fuerza es la suya que gobierna las mareas?¿Cual es su poder para que una preñada mida su gestación en ciclo lunar?¿Por qué la sangre menstrual abandona el cuerpo siguiendo sus ritmos?¿Cómo afecta a la mente humana?
Si te llevas un chasco estás a la luna de Valencia; si te distraes, estás en La Luna; si insultas a alguien a quien, por su posición, no le afectan los insultos estás ladrando a La Luna; si se te ocurre formular un deseo imposible de conseguir estás pidiendo La Luna; si mantienes un estado de dichosa felicidad con tu pareja estás viviendo una luna de miel; si la situación es la contraria será una luna de hiel… la luna, la luna, la luna… En ese momento llegaba "La Soledad", un hermoso y austero paso, que permite a María ser bañada por la luz, y que devuelve al cielo el brillo de una lágrima furtiva y el destello de las docenas de estrellas que adornan su manto oscuro como el cielo de la noche. Al ritmo de la música se mecía en su elegante y sereno caminar, y con aquellas notas mis ojos volvieron al firmamento.
Pensé que no conozco palabra en castellano que me permita nombrar la luz de luna. Sí la encuentro en la lengua de Rosalía, en Galicia la han bautizado como"luar". Me pasa igual cuando quiero nombrar el olor del mar, ese que me resulta tan agradable y evocador, entonces recurro al portugués, en el vecino país al aroma del agua salada le llaman "maresia".
Luna, una mujer sola que llora, la Diosa Madre relegada, imposibilidad de nombrar algunos conceptos… Mientras seguía con la mirada en el cielo y el corazón se estremecía con la música, en mi mente se escribió la palabra "sororidad". No te molestes en buscarla en el diccionario, la ha creado una señora y quizá jamás podamos encontrarla en textos oficiales. Es de Marcela Lagarde, antropóloga y profesora en la Universidad de Méjico. La construye con "sor" que es hermana. Sororidad es la solidaridad que se da entre mujeres, una hermandad que por encima de diferencias y antagonismos se decide a combatir las actitudes que devalúan lo femenino. Quienes la practican suman esfuerzos, voluntades, capacidades y pactan asociarse para potenciar su fuerza y así eliminar, de sus vidas y del mundo, la superioridad masculina, ejercida desde la prepotencia. La sororidad es, en sí misma, revolucionaria, porque trastoca un pilar patriarcal, el que prohíbe la alianza de las mujeres y estimula entre ellas la descalificación y el daño. No hay nada más dramático que ser herida por otras mujeres. Lograr la alianza y usarla para cambiar radicalmente la vida, es un camino real para ocupar espacios, lograr derechos, hacernos visibles, consolidar protecciones entre mujeres y eliminar el aislamiento, la desvalía y el abandono. Apoyadas unas en las otras, sin ser idénticas, sino reconociendo las diferencias, las mujeres podemos pactar entre nosotras y este acuerdo es indispensable para cambiar la correlación de poderes en la sociedad. Si no hacemos un esfuerzo por lograr la asunción generalizada de la sororidad, seguiremos recorriendo nuestro propio vía crucis, tomaremos un pañuelo en las manos, lloraremos y estaremos solas.