lunes, 20 de julio de 2009

La Primera Tiple y el Magistral.

La Primera Tiple y el Magistral.
6.7.2004.

La búsqueda constante de mujeres que debían haber dejado huella en nuestra comarca y que por el mero hecho de serlo se convirtieron en invisibles, me ha llevado hoy hasta una institución cultural que existió en la ciudad de Guadix entre los siglos XIX y XX: el Círculo Católico de Obreros del que fue iniciador el magistral Domínguez. En él se podía tomar café, ya que disponía de una zona de bar atendida por un repostero; jugar al billar; escuchar conferencias sobre temas muy variados o deleitarse en las representaciones de teatro, veladas musicales y recitales poéticos, que con cierta frecuencia se organizaban.
Disponía para ello de un Cuadro Artístico, compuesto por personas jóvenes con gran afición por las manifestaciones culturales, tan es así que bajo el cariñoso, ilustrado y entusiasta cuidado del Magistral pusieron en escena comedias, sainetes y dramas de autores locales. Pero lo más espectacular eran las zarzuelas, muy de moda en aquel momento, mereciendo críticas favorables los estrenos de “Bohemios” y “El niño judío”.
Pertenecían al Cuadro, Fernando Requena López, Rogelio Domínguez, Alfredo Baca, Eduardo Castillo, Carmelo Córdoba, José García Vergara, Luis Ortega, Torcuato Morera y Ruiz Ferrón, entre otros. Y un buen numero de mujeres, de las que podemos citar a Mercedes López “La Telarista”, Josefa Lechuga, María Virgili, Dolores Balboa, Eloísa Moreno, María Hernández, Estrella Párraga, Josefa Encinas y Angustias Buendía.
Destacó de entre aquel grupo una adolescente a quien llamaban Carmela “Caravaca”, en la que Domínguez supo ver una gran artista por sus dotes para la interpretación y por estar en posesión del maravilloso don de una voz excepcional. Trabajó duro con ella animándola y estimulando su capacidad de aprender cada día un poco más, debía adquirir la técnica necesaria para sacar el máximo partido a sus cualidades innatas y de esta manera ver realizado su sueño de ser cantante y actriz. Poco sabemos de su aspecto, pero si se ha escrito sobre la belleza de sus ojos, tan expresivos que una mirada transmitía un mar de sensaciones,
En los años veinte Carmen Iborra había ascendido vertiginosamente a las cumbres del teatro lírico, convirtiéndose en la primera tiple del “Reina Victoria” de Madrid, de donde pasó en muy poco tiempo al “Teatro Apolo”, la sala por excelencia, que se conocía por el sobrenombre de “la catedral”. Su voz y las magníficas dramatizaciones de sus personajes se hicieron populares en los ambientes artísticos madrileños. Y así, en muy poco tiempo, consiguió el aplauso y el cariño de la afición que la convirtió en una estrella. De ella se comentó que era tan honesta y trabajadora, que “en su camerino jamás hubo tiempo, ni sitio para secretos”. Supongo que esta afirmación se refiere más a su conducta sexual que a las intrigas políticas o económicas en las que hubiese podido participar.
En 1924 leemos en Nieve y Cieno una reseña: “En carta recibida de Madrid, nos participa la genial artista señorita Carmen Iborra, que el próximo verano organizará una velada teatral, destinando su ingreso integro para encabezar la suscripción con destino a una estatua que consolide la memoria del llorado Magistral”.
Manuel Serrano menciona la profunda admiración de aquella niña simpatiquísima por su maestro Domínguez, y la impresión que le produce su propuesta, llegando a plantearse si Guadix es una ciudad ingrata que tiene que esperar del arrojo de una accitana de adopción para dar este paso adelante. Es curioso observar como de Carmen Iborra, que siempre presumió de ser accitana, se evidencia en los escritos que solo lo era por residencia, como si se le quisiera negar la ciudadanía local. Aunque esto es algo que ocurre todavía, quienes se consideran “pata negra accitana” siguen mirándonos de reojo a los que, nacidos en otros lugares, llevamos años residiendo en la ciudad.
Nuestra protagonista de hoy, se retiró en el momento cumbre de su carrera porque decidió contraer matrimonio, y ya sabemos que en ese tiempo, no estaba bien visto que una mujer casada trabajase, y mucho menos en el mundo del espectáculo.
El ayuntamiento debería bautizar con su nombre alguna de las calles innombrables del “Barrio de Montecristo”, ya que en la parte correspondiente a “Cristo de los Favores” algunas placas destacan a coetáneos suyos, como el tipógrafo que también fue Jefe de la Policía Municipal Juan Ruiz Ferrón o el relojero y poeta Manuel Fernández Morera.
Considero que sería de justicia recordar a Carmen Iborra, la mujer que fue capaz de llevar el nombre y la esencia musical de Guadix hasta el mágico lugar donde solo brillan las estrellas.

domingo, 19 de julio de 2009

Educar.

Un poema de Gabriel Celaya






Educar

Educar es lo mismo que poner motor a una barca, hay que medir, pesar,
equilibrar... y poner todo en marcha.
Pero para eso, uno tiene que llevar en el alma:
Un poco de marinero.
Un poco de pirata.
Un poco de poeta
....y un kilo de conciencia concentrada.
Pero es consolador soñar
mientras uno trabaja

que ese barco, ese niño
irá muy lejos por el agua.
Soñar que ese navío llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes,
hacia islas lejanas.
Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca
en barcos nuevos seguirá
nuestra bandera enarbolada.

viernes, 17 de julio de 2009

Susurro de piedras en una noche de verano.




FAUSTINA Y MARCO AURELIO

(de jóvenes y de adultos)




Susurro de piedras en una noche de verano.
13 de julio de 2009

Los días de verano se hacen llevaderos con la llegada de la noche. Ella cubre la ciudad con su manto de terciopelo azul, que refresca y nos regala la luz de las estrellas y la Luna. Es el momento adecuado para pasear, y escuchar como las piedras hablan.
Empezaremos en la calle Ancha, localiza el edificio del Pósito, y en la pared encontrarás un escudo y debajo, una lápida con una inscripción. Fíjate en ella y te dirá “Dedicado a Faustina Augusta, hija de Antonino Pío, Augusto, la colonia Julia Gemella Acci” es el testimonio del homenaje que nuestra ciudad rindió a la Emperatriz Faustina “La Menor” allá por el año 147, cuando ella tenía 17 años. La placa que ves es una reproducción que los expertos fijan en el siglo XVIII. Ella se llamaba en realidad Annia Galería Faustina Minor y era la hija pequeña del emperador y de Faustina la Mayor.
Ahora vamos a la Catedral, por la fachada de Santiago aproxímate a la zona de la capilla de San Torcuato, casi a la altura de los ojos busca otra lápida gemela a la que acabamos de dejar, y en la que se lee el nombre de Aurelio. Escucha hablar a la piedra: “A Marco Aurelio Vero, hijo del César Augusto, cónsul por segunda vez, la colonia de Acci”
Ya tenemos a nuestros protagonistas. Faustina y Marco Aurelio fueron una pareja singular en la historia del Imperio Romano, y curiosamente Guadix los hizo suyos y nos los ha legado para deleite de cuantos disfrutamos conociendo a quienes nos precedieron.
Faustina nació en Roma en el año 130. Su madre provenía de una familia noble romana de origen hispano, era muy hermosa y conocida en Roma por su sabiduría. Su padre desempeñó con un sorprendente éxito los cargos de cuestor, pretor, y obtuvo el consulado. El emperador Adriano lo adoptó como su heredero y a su muerte le sucedió. Murió cuando Faustina tenía cuatro años. Era una mujer bella, alegre, inteligente, tenaz y valiente. Era un espejo en el que la niñas y jóvenes del imperio se miraban, de hecho en los ajuares funerarios hispanos se incluían pequeños bustos de terracota que la representaban, y que eran elementos de emulación del universo femenino que se deseaba.
Marco Aurelio nació el 26 de abril de 121 en Roma, hijo de Marco Annio Vero y Domicia Lucilla. Ella procedía de una rica y poderosa familia de rango consular, mientras que él era de origen hispano y había accedido al Senado Romano, ostentó el cargo de pretor y había muerto cuando su hijo tenía tres años de edad.
Sus historias se cruzan cuando el Emperador Adriano pide al padre de Faustina que adopte a Marco Aurelio para que pueda ser el sucesor de ambos en el futuro.
Era un guerrero y un intelectual. Sereno, discreto, viril y generoso al que gustaba la conversación franca. Fue considerado el último de los “Cinco Emperadores Buenos” de Roma y gobernó casi dos décadas hasta su muerte en el 180. El pueblo le apodó “El Sabio” y su legado se resume en “Meditaciones”, elogiada obra que trata del gobierno ideal.
En el año 145 se casaron él tenía 24 años y ella 15, y será un año después cuando Guadix les rinda homenaje, mucho antes de que Marco Aurelio fuese investido Emperador.
Durante treinta años de matrimonio tuvieron trece hijos. En un ocasión la Emperatriz parió gemelos, uno de ellos sería el Emperador Cómodo.
Comparten ampliamente la vida en todas sus facetas, lo que sabemos por las epístolas. Faustina acompañó a su esposo en las campañas militares, ganándose el favor de los soldados que la llamaban “Mater Castrorum” es decir, Madre del Campo de Batalla.
Sus relaciones conyugales estuvieron cargadas de ternura y complicidad. Marco Aurelio creía que su mujer era tan hermosa porque los dioses habían puesto en ella un toque divino. Rara vez la nombraba sin anteponerle el posesivo cariñoso de “mi Faustina”.
En una carta de Marco Aurelio escrita desde Halala, en la Capadocia, se lamenta “mi Faustina está mala; daréis otros mil sextercios a las vírgenes vestales porque rueguen a los dioses por ella”. Faustina murió a los 46 años de unas fiebres que solo duraron cuatro días. Fue embalsamada y llevada a Roma, y el Senado decretó su veneración en el catálogo de los dioses. Roto de dolor mandó levantar en su honor un templo en Halala, villa que se rebautizó como Faustinópolis. Él morirá atacado por la peste el 17 de marzo del 180 en Viena.

viernes, 10 de julio de 2009

Orson Welles, Guadix y el cine.



Orson Welles, Guadix y el cine.
5 de julio de 2009.

No fue entendido en su época, pero el transcurrir del tiempo ha permitido que se reconozca su genialidad. Será su ópera prima “Ciudadano Kane” la que, muchos años después de su estreno, lo haría pasar a los anales de la historia del cine como el director de la película más estudiada y analizada por la crítica y quienes aman el cine. Revolucionó todo un sistema de creencias estilística y sentó las bases del cine moderno tanto narrativa como visualmente.
Sabemos que Orson Welles pasó unos años en Europa, con largas temporadas en nuestro país, que llegó a conocer y a amar profundamente. Aquí se quedó embelesado con El Quijote escrito por Cervantes y soñaba con trasladarla a la gran pantalla. Y es aquí donde descubrimos su relación con Guadix.
Se había propuesto realizar un documental de treinta minutos basado en el dialogo sostenido entre el propio Welles y una niña llamada Dulcie en el que éste le explicaba en tono de cuento infantil las aventuras del ilustre caballero don Quijote y de su fiel escudero Sancho. Se fue a Méjico a acometer el rodaje, era 1957. Sin embargo la idea crecería y crecería, y lo que empezó como un simple documental acabó como una obra maestra inacabada y maldita de la que durante mucho tiempo nada se supo. En 1967 Orson Welles decía que su problema era que Don Quijote y Sancho tenían una vida propia que él, como cineasta, no podía detener, porque no eran marionetas; eran libres y curiosamente independientes. Para Welles don Quijote y Sancho eran las dos mitades de España. El hidalgo representaba el sueño español de la caballerosidad en toda su absurda maravilla. La locura llena de nobleza, de dignidad y de incorruptible galantería que iluminaba el carácter español. Su escudero era la tierra española misma, era todos los hombres que han vivido sobre ella desde que se aró por vez primera.
El documental solo era fiel a la novela cervantina en su espíritu. El proceso de adaptación no consistía en transcribir en imágenes lo que estaba escrito en un libro, sino construir sobre él una nueva dimensión que lo reinventase y actualizase. Y aquí está la clave, por la magia del cine, don Quijote y Sancho son trasladados a la España del siglo XX. Este planteamiento acercaba la realidad de don Quijote a la realidad cotidiana. El hidalgo ya no cabalgaba a Rocinante en la lejanía, sino que sus cruentas batallas las libraba en nuestros días.
Welles ensayó diferentes montajes pero ninguno le satisfizo. A su muerte, Jesús Franco se puso manos a la obra para recopilar los más de cien mil metros de película dispersos en diferentes países. Para el montaje, se valió de ciertas instrucciones que Welles había dejado escritas antes de su fallecimiento en 1985. El resultado fue una película “Don Quijote de Orson Welles” de 117 minutos que nos dan una muestra más que representativa de la tremenda calidad que atesora la cinta y que fue exhibida por primera vez en la EXPO 92 de Sevilla, y que se editó después en video. Toda una joya, en la que Guadix, y específicamente sus cuevas viven algo más de dos minutos de gloria, aunque eso sí, transformada por un momento en La Mancha. Un cartero lleva a Teresa Panza la primera y única carta que su marido Sancho le escribe. En ella le habla del cine. Y se ve una escena en la que Orson Welles aparece en la puerta de una de nuestras cuevas.
Pero no fue la única vez que estuvo por estas tierras. Durante varias semanas del mes de noviembre de 1968, se rodaron en nuestra ciudad diferentes escenas de la película Tepepa. La acción se desarrolla en el marco de la Revolución mejicana. Welles representa al coronel Cascorro. Se reconocen la Puerta Alta, la calle de la Fuente, el Caño de Santiago, la fachada de la iglesia, la plaza y la calle que desemboca en el Arco de San Torcuato. La censura eliminó unas escenas de la Plaza de Santiago en las que un obispo aparecía como testigo de una ejecución y aquella en la que un fraile con una cruz es rechazado por el guerrillero Tepepa. Es durante esta parte de la película que reconocemos al genial Orson Welles en Guadix. La música es de otro fuera de serie, Ennio Morricone. Así que puedes presumir de vivir es esta ciudad que “es de cine” y que ha sabido seducir a importantes protagonistas del séptimo arte.



domingo, 5 de julio de 2009

Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.





Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
30 de junio de 2009

La pantalla del teléfono móvil se enciende, el chivato dice que es Fernando, estoy aburrida de esperar un autobús urbano que no llega, así que me alegro de poder hablar con él. ¿Dónde estás? Me pregunta. En la calle, le contesto. Entonces te llamo luego, dice. No, cuéntame, insito.
Unas horas más tarde subimos al cementerio de Granada para despedir a mi compañero, mi amigo, mi confidente, mi Alcalde, a José Luis García Raya.
En la ceremonia civil, su hija tomó la palabra para recitar, emocinada y sacando fuerzas del fondo de su alma, el poema de Konstantínos Kaváfis, con cada verso pasaban fugaces por mi cerebro las experiencias vividas en común, que naufragaban entre lágrimas.
Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca/ debes rogar que el viaje sea largo,/ lleno de peripecias, lleno de experiencias.
Imposible mencionar siquiera los lugares que conociste, siendo viajero y no turista, mirando con curiosidad y aprendiendo a cada paso. Europa, América Central, América del Sur… Pero yo te veo en Galicia, en la Catedral de Santiago de Compostela. Tenía interés en que observases el botafumeiro en pleno vuelo. Al entrar, escuchamos la voz de Rouco Varela hablando de Guadix y de sus cuevas. Sorprendidos, prestamos atención, y supimos que se trataba de una ceremonia en recuerdo de Pedro Poveda. ¡Qué mágica coincidencia que ese día estuviera en la tierra meiga el Alcalde de Guadix!
No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes, ni la cólera del airado Posidón./ Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta/ si tu pensamiento es elevado, si una exquisita / emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo./ Los lestrigones y los cíclopes/ y el feroz Posidón no podrán encontrarte/ si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,/ si tu alma no los conjura ante ti.
Efectivamente, tu alma generosa no tenía ogros que la torturaran, y por eso el noble arte de la política tuvo en ti un intérprete leal, hábil en el diálogo enriquecedor, practicante del debate con argumentos, por eso pudiste ser diputado nacional, y eurodiputado, y asesor parlamentario de la ministra de Fomento Magdalena Álvarez, y sobre todo Alcalde de la ciudad en que naciste.
Debes rogar que el viaje sea largo,/ que sean muchos los días de verano;/ que te vean arribar con gozo, alegremente,/ a puertos que tú antes ignorabas./[…] para aprender, y aprender de quienes saben./ Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:/ llegar allí, he aquí tu destino.
Comprabas especias para seducirnos al condimentar tus ideas y alimentar nuestro cuerpo democrático. Por ti recuperé la creencia de que la politica es servicio honesto a la comunidad. Guadix Clásica para que bebiesen música nuestros corazones. Trabajo duro para fortalecer la musculatura de la ciudad y contagiar el orgullo de pertenecer a ella a todos los hombres y mujeres que la habitamos. Siempre en tus labios: Guadix, tan cerca. Quizá así convenciste al Rey y a la Reina Sofía para que nos visitasen.
Mas no hagas con prisas tu camino;/ mejor será que dure muchos años,/ y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,/ rico de cuanto habrás ganado en el camino.
Caminando es como dejaste amistad, confianza, muchos y muy buenos recuerdos en todas las personas que tuvimos la oportunidad de trabajar a tu lado, codo a codo en mil proyectos, decías que ese era parte de tu tesoro. Recuerdo cuanto disfrutamos al poner en marcha el consultorio médico y el “Centro Infantil Gloria Fuertes” en el barrio de las Cuevas.
Solo hacía tres días que me llamaste, querías que cenáramos juntos en tu casa de la playa. Para persuadirme dijiste: en media hora estás aquí, con la recién inaugurada autovía ya no hay distancias, sin duda tardarás más en encontrar aparcamiento en cualquier restaurante de Granada. Además, cocinaré para ti, y ya sabes que soy muy bueno entre fogones. Te enseñaré esas bellísimas caras que me hacen gozar del nuevo papel de abuelo. Luego pasearemos por la playa, y disfrutaremos de la Luna, de los secretos del mar y de la caricia suave de la brisa. Estabas feliz y efervescente. ¡Vale, vale! No insistas que ya estoy convencida. Antes de que termine el verano nos vemos. ¿Cómo que antes de que termine el verano? replicaste. ¿No puede ser antes de que termine este mes? Ya veremos, dije sonriendo, halagada por tu cariñosa insistencia…
No has de esperar que Ítaca te enriquezca:/ Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.