martes, 25 de marzo de 2008

Tu mano me sacó a escena por primera vez







Tu mano me sacó a escena por primera vez.
18 de septiembre de 2007.

Quieres que te cuente la razón por la que esa calle, que une de manera transversal la dedicada a Maria Zambrano con la que recuerda a Pedro de Mendoza, lleva el nombre de Margarita Xirgu.
Son varios los motivos por los que el Ayuntamiento de Guadix tomó la decisión de que esta extraordinaria actriz, nacida en Molins de Rei en julio de 1888, fuese homenajeada y recordada por la ciudad. Una de ellas es que su nombre está escrito con letras de oro en la historia del teatro mundial, siendo de las privilegiadas que recibió los dones de las musas Melpómene y Talía. Estrenó obras de los autores de teatro más importantes del país: Rusiñol, Machado, Unamuno, Casona, Alberti… Pero también de importantes autores extranjeros como Oscar Wilde o Albert Camus. Este último, que sería premio Nobel, la adoraba y cuando la dictadura de Perón la sancionó, en 1945, por la puesta en escena de una de sus obras,“El malentendido”, le escribe una carta“… quiero expresarle mi solidaridad y hacerle saber que para dar una expresión a la misma, me he negado a ir oficialmente a la Argentina y dar las conferencias previstas. Siento mucho que esta circunstancia me prive del placer de saludarla, pero si mi viaje a Brasil se realiza, trataré de llegarme hasta Buenos Aires, a titulo privado, para reunirme con ustedes, mis amigos. Mientras tanto le expreso, querida señora, mis respetuosos sentimientos y mi admiración”
Otra razón fue su ejemplar trayectoria vital y profesional. Margarita era hija de un matrimonio obrero que pasaba muchas necesidades, pero que no se resignaba ante esa situación. Su padre era sindicalista, republicano y autodidacta, un convencido de que la cultura debía ser el vínculo primordial del progreso social, por lo que reunía en su casa a compañeros de trabajo para leerles textos de Zola o de Galdós. Participaba en el Ateneo popular con un grupo teatro aficionado. En ese entorno Margarita recita sus primeros versos sobre la mesa del comedor y lee octavillas subversivas del movimiento obrero, consiguiendo los primeros aplausos. Con doce años, siendo aprendiza en un taller de pasamanería, le proponen interpretar la criada en “Don Álvaro o la fuerza del sino”, pese a las duras jornadas laborales y las muchas horas de ensayo, sin apenas tiempo para el sueño, ella recordará esos años como los más felices de su vida. Fue el primer contacto con la sería su profesión. En 1906 estrena el drama “Teresa Raquin” de Zola en la ciudad Condal y un crítico de La Vanguardia profetiza: “Barcelona cuenta desde anoche con una primera actriz indiscutible”. Se inicia así su brillante carrera. En 1936 deberá exiliarse, pero este gran golpe no la destruye. Inicia en distintos países americanos una labor pedagógica sin precedentes fundando Escuelas de Arte Dramático, organizando seminarios, conferencias, representaciones y ofreciendo a su alumnado la recompensa de pisar las tablas por primera vez, de su mano.
Esta fue quizá la razón que más pesó sobre mí a la hora de proponerla, porque a otro que tomó de su mano fue a García Lorca. De hecho Antonina Rodrigo define a Margarita como la actriz lorquiana y asegura que ellos constituyeron el ideal del binomio actriz-autor. Lorca vio en ella “a quien rompe la monotonía de las candilejas con aires renovadores y arroja puñados de fuego y jarros de agua fría a los públicos adormecidos por normas apolilladas”. Se conocieron en el verano de 1926 en el madrileño hotel Ritz. Ese día recibió Margarita el manuscrito de “Mariana Pineda” que se estrenaría el 24 de junio de 1927 en el barcelonés teatro Goya. Su colaboración sería continua desde entonces. Para la Xirgu escribió Federico “Yerma”, un drama íntimo que gira sobre el ansia de maternidad que la Madre Naturaleza se niega a complacer y que teje la tragedia en la angustiosa obsesión por la esterilidad. Se estrenó en Barcelona en 1934 y el público puesto en pie aplaudía negándose a abandonar el escenario. Federico salió a escena, dedicó palabras de elogio a Margarita y cuando al fin cayó el telón cogió las manos de ella y besándolas repetidamente decía: “Tu mano me sacó a escena por primera vez… Tú me diste la mano entonces y sigues dándomela”. Ninguno de los dos podía imaginar que sería la última vez que Lorca subiría a un escenario. Cuando dos años después lo asesinan, Margarita está en Méjico y al recibir la noticia hace un juramento: ¡! Federico, continuaremos juntos!! Y así fue hasta que ella falleció en Uruguay en 1969.