miércoles, 24 de marzo de 2010

HOMENAJE Y RECONOCIMIENTO A PATRO ORTIZ



HOMENAJE Y RECONOCIMIENTO A PATRO ORTIZ

TEATRO MIRA DE AMEZCUA
GUADIX 8 DE MARZO DE 2010


Ana María Rey Merino



Para mi ha sido un honor participar en el homenaje, que el Consejo Municipal de Participación de la Mujer de Guadix decidió ofrecer a Patro Ortiz Membrilla, primero porque es una mujer ejemplar, segundo porque mantiene un compromiso inquebrantable en la causa de la mujeres y finalmente porque es mi compañera en la Asociación de Mujeres Cuatro Veredas, es mi amiga en la vida, y es mi hermana en el corazón. Llevo años caminando a su lado y la he visto convertirse en la extraordinaria mujer que es. Por todo ello hoy escribo esta carta abierta para ella, y para que tu la conozcas.



Querida Patro:
Un buen día, que yo no sabría colorear en el calendario, descubriste que cada mujer tiene asignada un hada madrina. Ese ser maravilloso que siempre hemos creído que vive en los cuentos infantiles, pero que algunas ya sabemos que tiene su residencia en el circuito cerrado de nuestra sangre. El hada es una señora serena, bajita, gordita, viejecita, sabia, que solo aparece cuando nuestra vida naufraga en el mar de los problemas, bajo la tormenta de las preocupaciones. Si estamos tan agobiadas que somos capaces de gritar ¡BASTA! El hada toma cuerpo. Y tú descubriste que “Basta” es el nombre de tu hada madrina. Cuando somos capaces de pronunciarlo ella nos abraza, nos acaricia, nos estruja, nos hace sentir tan protegidas que entonces nos permitimos llorar a moco tendido hasta que nos quedamos vacías, ¡con el miedo que nos produce quedarnos vacías! Y es justo en ese instante en que tenemos la deliciosa oportunidad de llenarnos de cosas bonitas.
Entonces nos damos permiso para descubrir nuestras capacidades y para reconocer lo valiosas que somos. Eres una mujer sabia, y lo consigues cada día como resultado de esforzarte por conocer..
El día que conociste a tu hada, decidiste asistir a unos especiales cursos de matemáticas en los que aprendiste que una alegría compartida se multiplica por dos o por tres y que una pena compartida, como mucho, es media pena. Aprendiste que las sonrisas se multiplican cuando las dividimos entre las personas que nos rodean. Aprendiste, al sentir una gran tristeza, que el optimismo es el mejor remedio para seguir adelante. Aprendiste que una lágrima cargada de esperanza se transforma en un enorme río navegable hacía el futuro.
También hiciste un curso acelerado de meteorología y en el descubriste que para combatir los fríos del alma no hay nada como la dulce golosina del amor, ese que sientes por tus hijas e hijos. Supiste que para sobrevivir a una ciclogénesis explosiva no hay nada como las caricias del hombre que es tu compañero. Decidiste poner sobre tu casa un enorme paraguas que proteja a tu familia de las inclemencias meteorológicas, es de un material especial que convierte la lluvia de los problemas en carcajadas de amor, y los rayos y truenos de la enfermedad en un cascabeleo de fortaleza y esperanza.
No hiciste la zonga cuando se impartían clases de geología, y por ellas supiste que no hay que temer a la presión, porque es esa fuerza la que convirtió el carbón en diamante. Eso te ha permitido ser una mujer que sabe que quien tiene miedo y escapa es cobarde, que quien no tiene miedo deja de ser una persona cuerda, que quien tiene miedo y lo afronta es valiente, por eso siempre tomas a tus miedos por los cuernos, los mira a los ojos y los mantienes a raya. Demuestras que eres valiente cuando defiendes la verdad y rechazas la hipocresía, demuestras que eres valiente cuando reconoces tus propios errores, porque ver los de los demás sabe hacerlo cualquiera, y además eres benevolente con los errores que cometemos los demás, demuestras que eres valiente luchando a brazo entero por hacer realidad los valores en los que crees. Y por eso te admiro tanto, porque como mujer valiente que eres, sabe reírte incluso cuando tu corazón llora, porque no solo eres diamante, tu Patro, eres un brillante bien pulido.
Por supuesto has realizado cursos de lengua y literatura, y a la hora de poner tus conocimientos en práctica no escribes con tinta sobre papel, tomas en tus manos los folios, los pliegas, los cortas, y por sorpresa el papel blanco adopta la forma de una ranita que salta, o de un barco que navega, y aprovechas su presencia para contarnos bellísimas historias, sabedora de que la palabra es un arma potente, cargada de futuro y esperanza.
Conoce varios idiomas, pero no de los que separan a los pueblos y marcan fronteras. Conoces las lenguas universales que todas las personas del mundo hablan. Sabes que la sonrisa es el idioma de las personas inteligentes, y por eso tu sonríes con sinceridad y siempre nos contagias de ese virus que es imprescindible para mantener en forma el alma. También sabes que cuando el cuerpo no tiene modo de expresión para algo sublime, llora y cuando conoce la lágrima está listo para saber lo que es la alegría, por eso cuando nos ves tristes arrimas tu hombro y nos dejas llorar, tras la lágrima vendrá la risa.
Tu sabes lo que es la amistad , y eso es un riesgo, porque quien la conoce y la practica padece del corazón, es la consecuencia inevitable de entregar lo mejor de una misma sin condiciones, por eso el tuyo baila pasodobles y de vez en cuando sientes un zapateado en el pecho. Pero como la compañía de teatro que vimos en este mismo escenario el sábado pasado, tu le dices, quieto chaval, tango y olé.
Es un privilegio ser tu amiga, porque a las personas a las que quieres, y somos muchas, nos guardas bajo la llave de tu propia vida. Sin ti no es posible comprender la magia blanca que nos mece. Si tengo que definirte, sin dudar digo que eres como la fluorescencia de las luciérnagas, eres capaz de iluminar cuando todo se nos pone oscuro. Llegas y nos envuelves con tu luz, yo lo sé porque la tengo atrapada en los mensajes que me envías al móvil cuando estoy nublada, y no se si sabes cuanto bien me hace y cuanta fuerza me das. Tu eres una amiga que cuando nos coges la mano, acaricias nuestro corazón. Eres como la sangre que acude a la herida sin ser llamada, para protegernos de los peligros que nos acechan cuando somos más vulnerables. Contigo la amistad no es una palabra, es un hecho. Practicas el noble arte de la amistad en lucha, por la cual puedes herir y dejarte herir con la verdad antes de permitir que la mentira nos destruya.
Cuando conversamos ante una taza de chocolate, el universo de tus ojos, que habitualmente cuentan lo que has vivido, en ocasiones preguntan, y dicen quiero saber, quiero saber donde se encuentra toda la verdad, por qué los ríos ya no cantan, por qué la gente no sonríe, por que las guerras genocidas, por qué las mujeres torturadas, porque los niños maltratados, por que los viejos olvidados, por qué los sueños prohibidos…
Entonces eres consciente de que debemos bebernos las calles, porque es nuestra responsabilidad movilizarnos en la búsqueda de soluciones, y así conseguimos que esas tremendas injusticias se transformen en expresiones de nuestra esperanza.
Defiendes que el respeto es el poema de amor de la dignidad humana. Un valor que no se hereda, que es preciso adquirir. Dices que nunca se debe permitir que a una persona le pierdan el respeto, porque si esto ocurre luego es muy difícil poder recuperarlo,
Y esta es una de tus luchas, porque tu eres una pacífica guerrera y cuando te agota el combate no violento, miras al cielo estrellado, porque en el obtienes tu fortaleza.
Cuando pienso en ti regreso al color dorado de los cerros de nuestra cuevas, que tanto amamos, tu lo llevas en la sangre por tu padre y tu hermano que sabían picar las entrañas de la tierra para encontrar su corazón y permitir que nos proporcionase seguridad y calor a quienes buscamos el manto protector de la arcilla. Cuando pienso en ti de pronto puedo oler a romero, a tomillo, a madreselva, a hierbabuena… porque tu eres naturaleza evocadora de mil sensaciones placenteras.
Entre tu y yo hay algo más que complicidad, hay algo que escapa a la razón, entre tu y yo hay algo intangible y profundo que me mantiene a tu lado. Hay una línea que no sé escribir, hay algo capaz de latir con la fuerza de una locomotora de vapor y de transmitir una emoción sutil y cálida. Por eso me gusta caminar junto a ti, porque sin duda sabes sentir la vida palpitando en tu corazón cada mañana y te pido que nunca dejes que las alas de tu libertad pierdan una sola pluma, y siempre que alguien intente limitarla pregúntale, si te gustan mis alas ¿por qué te empeñas en cortarlas? Y recuerda siempre que no hay ni ley ni cárcel capaz de aprisionar los pensamientos, que son la esencia real de la libertad.
Yo se que de coraje se alimentan tus venas, que con tu corazón rebelde combates las penas, clamas y luchas por la justicia, eres una mujer con principios con la que se puede contar. Me emociona saber que eres capaz de perseguir imposibles hasta hacerlos realidad. Ten la certeza de que llegará el día con el que soñamos, porque nosotras sabemos que la noche de la injusticia se terminará y mientras tanto seguiremos avanzando, con la ayuda de los hombres que nos quieren y respetan, por un camino sin retorno hacia un nuevo mundo más justo, más solidario, más igualitario y en paz.
Sabes que es lindo ser mujer y andar sin apuros disfrutando del sol y los días nublados, gozar de la lluvia, respirar el aire puro, sentir la calma en los momentos agitados.
Quizás no seas perfecta, aunque lo pareces, pero no creas que te hace falta. Nos gustas como eres, te queremos por lo que eres.
Nosotras estamos cerca de ti, tejiendo redes de sororidad, y no dejaremos que el ruido de la lluvia nos aparte de ti.



miércoles, 3 de marzo de 2010

El trabajo de las mujeres accitanas en el siglo XX





EL TRABAJO DE LAS MUJERES ACCITANAS EN EL SIGLO XX .


Ana María Rey Merino



3 de marzo de 2010.

Durante los próximos seis meses Maribel Díez Jiménez, Licenciada en Historia y Sociología y yo que soy Diplomada en Trabajo Social y Licenciada en Antropología Social y Cultural estaremos implicadas en la ejecución de un proyecto que nos hace mucha ilusión, tanto por su objetivo como por la manera de trabajar que hemos elegido.
Queremos dinamizar el movimiento asociativo de Guadix y los anejos, para recatar las aportaciones de las mujeres al mundo del trabajo entre 1900 y 1975. Y nuestras principales aliadas van a ser las mujeres de las asociaciones, las responsables del Centro de la Mujer y el propio Ayuntamiento que nos ayuda.
El proyecto que presentamos es el estudio de los oficios y tareas realizadas por la población femenina accitana entre 1900 y 1975.
La idea surge de la convergencia de varias situaciones. Por un lado, de las contradicciones manifestadas en un seminario de historia de las mujeres sobre diferentes hechos históricos; por otro, de la necesidad de conocer en profundidad cuales han sido los espacios, las posturas, los roles, las fuerzas y las debilidades de las mujeres de Guadix en el siglo XX; y también realizar aportaciones ya que es patente la carencia o ausencia de testimonios documentales publicados y conocidos sobre como han vivido y percibido el entorno las mujeres accitanas.
Pretendemos observar el “lugar” de las mujeres en el contexto geográfico e institucional, centrándonos en las “funciones” de éstas dentro de la sociedad accitana, también su participación/responsabilidad como productora/perpetuadora del imaginario social, son estos los principales objetos de éste estudio.
El núcleo de la aproximación histórica nos gustaría que fuera el sistema de división sexual del trabajo y cómo éste ha afectado a los lugares y las funciones de las mujeres. Cuales han sido las pautas de comportamiento, en cuanto al trabajo público y privado, de las accitanas en un municipio mediano, de interior y con una fuerte representación de las fuerzas eclesiásticas.
Quisiéramos con éste trabajo de microhistoria, refutar el mito de que las mujeres o “no tienen historia” o han hecho pocos méritos para ser incluidas en el acervo histórico. Hasta hace pocas décadas, las mayoría de las mujeres han sido incluidas en la documentación histórica sin nombre propio, es decir, como hijas, esposas, madres “de”. Se ha considerado que la crianza de la prole y el cuidado de la casa eran las tareas predestinadas y apropiadas biológicamente para las mujeres. Pero estas tareas primarias no le han ahorrado otros muchos trabajos, ocupaciones, responsabilidades… carentes de reconocimiento social y económico y reduciendo sus recursos y oportunidades en la vida.
Dada la envergadura de la tarea que nos proponemos, somos conscientes que la ejecución de este proyecto precisa la concurrencia de varias concejalías. Proponemos que sean la de Igualdad, que se ocupa de la toma de conciencia del papel de las mujeres en la comunidad , y la concejalía de Participación Ciudadana, que tiene encomendada la labor de dinamizar el movimiento asociativo, parte importante del cual son las asociaciones de mujeres.


Queremos:
Identificar y clasificar la variabilidad de trabajos y ocupaciones que han realizado las mujeres en Guadix.
Mostrar hasta qué punto todos los trabajos hechos por las mujeres (producción, reproducción…) han permanecido ocultos a pesar de la relevancia en el desarrollo de la ciudad.
Conocer la movilidad femenina en los ámbitos rural y urbano a lo largo del siglo XX. Qué espacios han ocupado desde del punto de vista de la inclusión y/o exclusión.
Ver las contribuciones de las mujeres en el trabajo de las explotaciones rurales familiares y el rol que éstas han jugado en la diversificación económica, social y cultural de las áreas rurales.
Conocer la movilidad femenina en los ámbitos rural y urbano a lo largo del siglo XX. Qué espacios han ocupado desde del punto de vista de la inclusión i/o exclusión.
Conocer la movilidad laboral femenina y la relación con las diferentes etapas biológicas.
Comprender el uso del tiempo por parte de las mujeres.
Observar las salidas personales y/o laborales de los grupos de mujeres marginadas y marginales.
Acercarnos a las mujeres que han optado por ingresar en órdenes religiosas y ver las particularidades de su autonomía económica.
Buscar cuales han sido las forma de rebelión de las mujeres, si las ha habido, expresadas frente a las tradiciones, los roles sociales, familiares, profesionales, etc.
Ampliar las fuentes documentales del municipio, con la recopilación para el posterior análisis, de fotografías y documentos históricos valiosos, simbólicos y representativos.

Una de las posibles clasificaciones con las que nos gustaría abordar el trabajo femenino en los diferentes sectores económicos es la siguiente:
1. Trabajo familiar doméstico y de cuidado
2. Sector primario: campesinas y jornaleras
3. Sector secundario: trabajadoras de la confección (a domicilio, talleres…), manufacturación de productos agrícolas (azucareras, harineras…) y otras asalariadas
4. Sector terciario o de servicios: comerciantes, dependientas, maestras, sanitarias, artistas y artesanas, servicio doméstico, administrativas, telefonistas, guardabarreras, carteras, hosteleras….
El próximo día 8 de marzo, lo presentaremos con una aproximación a los primeros resultados que ha dado un mes de trabajo. Si te interesa, te esperamos en el teatro Mira de Amescua a las 6 de la tarde.

martes, 2 de marzo de 2010

Guadix,la ciudad musumana y sus viviendas.



Guadix, la ciudad musulmana y sus viviendas.
Ana María Rey Merino.
2 de marzo de 2010.


Encontramos la ciudad de “Wadi-as”en las descripciones de Idrisi y de Ibn Aljatib. El primero era geógrafo y la alusión a nuestra ciudad la hace en el siglo XII, y habla de una villa de mediana extensión, ceñida por murallas, en la cual se negocia mucho, está provista de agua en abundancia, y hay un arroyo, nos informa que está en el centro de una hoya muy bien comunicada con Baza, Jaén, Granada y Almería por caminos importantes donde cita otros centros de población y ventas para caminantes. Ibn Aljatib es un polígrafo granadino, y llama la atención sobre las fortificaciones incomparables de la ciudad, sus acequias, recuerda la fama de uno de sus castaños en cuyo tronco cabía un tejedor y su telar, es una ciudad populosa, dice que en ella siempre había camellos, que era una mansión buena para los hombres y para Dios, ubicada en un buen sitio, rica, poderosa, con minas de hierro, canales, arroyos, cercanías verdes, excelentes viñas, buena leche y rica en cereales.
Como todas las ciudades hispano-musulmanas de la Edad Media, alrededor de la fortaleza está la medina que es el núcleo principal de población. Prima el concepto de intimidad frente al de colectividad, la carestía del suelo debida al crecimiento constante y el que esta se encuentre limitada por murallas supone el sacrificio de la anchura en las calles y plazas. En ella están las viviendas, la Mezquita, los baños públicos, la Alcaicería, la escuela, la judería, la sinagoga y la segunda muralla con sus puertas. Fuera de este recinto se ubica el cementerio o “Maqaber” (de donde viene la palabra macabro), en la Placeta Osario; el arrabal de los cristianos en La Magdalena y la “Xarea”, que era el lugar donde se hacían las rogativas y concentraciones públicas y que podría estar en donde convergen la calle San Miguel y la Carrera de la Cruces. En esta ciudad viven entre 6.000 y 10.000 personas que como hemos visto pertenecen a tres religiones diferentes, musulmanes, judíos y cristianos.



El tamaño de las viviendas es más bien pequeño, tan es así, que al llegar las tropas castellanas, utilizan dos e incluso tres para hacerse ellos una.
En general todas tienen una fachada muy pobre, de muros lisos, con algún pequeño hueco abierto en ellos y cubierto por una celosía de madera (que deriva de “celar” y significa esconder). Este exterior tan austero suele responder al espíritu religioso de que lo externo nada significa y que solo en el interior debe encontrarse lo digno de valor.
La mayoría tiene dos plantas, porque así se aprovecha mejor el solar y también para proteger más la intimidad del patio.
La puerta de entrada a la casa suele ser única, pequeña y de madera. Al igual que ahora su finalidad es preservar la intimidad de la vida familiar, y es el único elemento exterior en el que existe algún tipo de adorno. Da acceso a un pasillo estrecho, en recodo, de forma que desde la puerta nunca se ve directamente el interior, por el pasillo se llega a una de las galerías del patio.


Este es el centro de la casa, no sólo en sentido arquitectónico, sino porque en él se desarrolla la mayor parte de la vida familiar. Casi siempre es rectangular y las habitaciones abren directamente a él. El centro lo ocupa una alberca o una pequeña fuente. Es frecuente que en él se pongan plantas e incluso árboles. No faltan las flores que forman diminutos jardines (en árabe “riyad”, de donde viene la palabra arriate). Para evitar los tórridos calores veraniegos de Guadix, desde primeras horas de la mañana se riega abundantemente el patio y se cierran herméticamente las habitaciones para conservar el frescor de la noche.
Ocupando una cabecera del patio, con un arco amplio de entrada, esta la habitación principal. Esta sala es alargada y estrecha. En los dos extremos de la misma están las “qubba”, que en español dio alcoba. Son espacios con el suelo más alto que en el centro, (como una especie de pequeños escenarios) que pueden aislarse del resto de la sala mediante cortinas pendientes del techo, como en estas casas no hay dormitorios estos sitios cumplen su función. En la sala hacen vida las mujeres y la chiquillería de la casa. Allí reciben sus visitas, allí trabajan y allí descansan en uno de los extremos elevados que llenan de colchones y almohadones. En esta sala principal las mujeres celebran sesiones literarias, durante las cuales recitan sus poemas o leen los de autores o autoras conocidos, también organizan recitales de música, generalmente con laudes y flautas, y aprenden y enseñan a cantar canciones de amor (anexires) y bailes como la zarabanda. Es el harén, un lugar refinado y cómodo, porque estos andaluces intentan compensar la falta de libertad con el mayor lujo posible.
Otra habitación es la cocina, con una pequeña despensa adosada, comunica directamente al patio y no tiene otra ventilación. Sirve para preparar la comida que se hace en hornillos de barro en los que se quema carbón vegetal. Solo a veces un horno de leña permite la cocción de platos más complicados y también del pan. La primera ocupación matinal de la cocinera (tanto si es la dueña como la criada) consiste en amasar y hacer el pan necesario para el consumo de la familia. Si en la casa no hay horno se hace en uno público: el mozo de la tahona pasa por las casas a hora fija para llevarse la tabla en que están colocados los trozos de masa leudada, que llevan impreso, por medio de un instrumento de madera o de arcilla cocida, un signo distintivo y luego vuelve a traer el pan cocido, salvo el que el panadero se queda como precio por la cochura. Junto con el pan, la base de la alimentación más corriente es una serie de sopas espesas de harina, sémola y otras féculas, mezcladas o no con carne picada. Se hacen cabezas de cordero, albóndigas de carne, salchichas muy picantes, pescado frito, pinchitos de carne, hígado y corazón de cordero con manteca. En ocasiones especiales (fiestas, comidas con invitados, encuentros familiares), se complica la lista de viandas, y se preparan de antemano platos cubiertos de finas servilletas. Las comidas suelen terminar con buñuelos fritos en aceite y metidos en miel hirviendo, tortas de queso blanco, galletas, pestiños y otras mil golosinas, sobre todo una masa rellena de almendras, avellanas, piñones o granos de sésamo y con muchas especias, que debe de parecerse mucho al turrón actual. Como bebida emplean la leche y el agua perfumada con hojas de naranjo o de rosa. A base de distintas frutas y flores preparan jarabes (sarab) y arropes (rubb) de sándalo, menta, violeta, mirto, granada, limón, manzana, y dátiles. A pesar de la prohibición religiosa de beber vino su consumición es algo habitual.
Otra dependencia que se han encontrado en las casas hispanomusulmanas de Granada es el “tinajero”, pequeño espacio reservado en el patio, en el que esta la gran tinaja que contiene agua para uso de la vivienda.
Y el retrete que es pieza obligatoria de casi todas las viviendas, aunque también los hay públicos, y para el que utilizan los mismos eufemismos que nosotros al denominarlo, se le conoce como “el cuarto del agua” o “cuarto del descanso”, esta muy hábilmente dispuesto al final de un pasillo en recodo para aislarlo lo más posible del resto de la casa, y con puertas, a veces dobles, de incomunicación. Es un cuarto medianero con la calle y nunca con el patio (donde hemos dicho que se desarrolla la vida familiar y social). Consiste en una pieza rectangular, de piedra, con una abertura en el centro, colocada sobre una atarjea para facilitar la evacuación hacia el colector general, por aquí se eliminan las aguas sucias de fregar los cacharros de la cocina, de lavar la ropa y de fregar el suelo. En las paredes laterales se abren unos nichos en los que se sitúan los bacines(que hoy feamente llamamos orinales). Son de forma cilíndrica y de barro rojizo y algunos decorados con vidriado de color verde y pardo.
Si la casa dispone de dos plantas, a la alta se sube por una pequeña y empinada escalera situada en uno de los ángulos del patio. Esta planta suele estar reservada a las mujeres y es más utilizadas en invierno para aprovechar la luz y el calor del sol.
El mobiliario lo componen alacenas picadas en la pared, en las que se guardan platos, cuencos, ataifores, jarras, y otro menaje de loza vidriada, ollas de cobre, sartenes de hierro, almireces de madera y de cobre, así como cestos de esparto, manteles y servilletas, y cucharas de madera, que dicho sea de paso es el único cubierto que utilizan para comer las sopas y cremas, por lo demás siempre usan los dedos de la mano derecha que es la mano pura. Para beber disponen de algunas copas y vasos de vidrio. La composición del menaje la conocemos bien porque en excavaciones arqueológicas realizadas en La Alhambra han aparecido objetos de uso cotidiano con un tamaño diminuto, lo que nos dice que las niñas juegan a las “cocinitas” con preciosas reproducciones de barro vidriado que imitan a las de sus madres. La limpieza de estos enseres se realiza en barreños de barro. Hay en la despensa que hemos mencionado, tinajas en las que se conservan los encurtidos, la harina, la miel, el aceite, el vinagre, la carne conservada en manteca, en fin todo lo necesario para el año. Tienen mesas bajas, pequeños aparadores (marfaat) y escribanías de taracea.
Las arcas (tabut), los baúles y los grandes cofres son lo que sustituye a nuestros armarios. La ropa se guarda en ellos y se cierran con candados.
La mayoría de las casas no disponen de sillas, en su lugar grandes almohadones de cuero y bancadas de obra que se cubren con cojines de mil colores.
El ajuar de dormir consiste en un colchón o varios superpuestos, con sábanas, que suelen estar bordadas, colchas y mantas de lana o de paño. Y por supuesto, las almohadas.
En casi todas las casa tienen una rueca y un telar, además de agujas y dedales.
Los suelos se cubren con esteras de esparto o paja y sobre ellas alfombras de lana de colores muy vivos.
De los muros de las casas más pudientes cuelgan tapices de seda (una actividad económica y artesana muy extendida en esta zona) o de lana.
El alumbrado consiste en velas de sebo o cera, o en candiles de aceite, hechos de barro cocido o bronce. En las casas ricas se encienden por la noche arañas de bronce, con vasos llenos de aceite o bujías.
Los crudos inviernos de esta zona se combaten usando sencillos braseros de metal o barro cocido, en los que se quema carbón de leña. A ellas les gusta perfumar sus casas y en los braseros queman plantas aromáticas y ámbar azafranado. Alrededor del brasero permanecen las mujeres día tras día, porque el sitio de la buena mujer musulmana está en el hogar, no en la calle, lugar solo apto para las esclavas, las muy pobres, y las viciosas. Sin embargo las mujeres de Guadix son de costumbres más relajadas, se sientan en la puerta de sus casas y cuando hay alguna fiesta o con motivo de acudir a la mezquita para la oración obligatoria de los viernes, o a los baños públicos o al cementerio, se mezclan con los hombres. El propio Ibn-Al Jatib en un viaje que realiza a Guadix en 1347, por orden de Yusuf I, acompañado por un cortejo real dice: “Vimos estrellas que se apretujaban contra hombros, lunas llenas empujadas contra pechos, todo blanco como bandadas de palomas envueltas en sus mantos”, en referencia a las mujeres que les contemplaban con la cara descubierta. También salen el día de año nuevo y el primero de mayo a realizar rituales relacionados con la seda debajo de los morales.