domingo, 26 de abril de 2009

Un príncipe y un periodista.




Un príncipe y un periodista.
21 de abril de 2009.

Hoy hace ciento dos años que falleció José Requena Espinar, periodista, político, poeta, republicano, viajero, y sobre todo un filántropo.
Ya te he contado que, al igual que Pedro Antonio de Alarcón, participó en la Guerra de Africa. Llegó a Ceuta a finales de noviembre de 1859 como voluntario en las filas del Batallón Cazadores de Arapiles. Participó en el bombardeo sobre las plazas marroquíes de Larache y Arcilla, en el mes de enero de 1860. En el fragor de la batalla un cañonazo dio en la banda de babor del buque que ocupaba Requena, el Isabel II. Los daños fueron importantes, pero mucho peor fue el ataque del viento que, impulsando el fuerte oleaje, estuvo a punto de hacer encallar los barcos en la playa enemiga. A pesar de los daños sufridos y del miedo pasado, salieron sanos y salvos rumbo a la bahía de Cádiz, al Arsenal de la Carraca, el centro militar destinado a la reparación de buques. Desde allí volvió a embarcarse en el General Abatucci para dirigirse al puerto de Río Martín, antes de que se librara la batalla de Tetuan.
Terminada la Guerra, Requena ya se había dejado seducir por el continente negro. Afirma en diferentes artículos en El Accitano, que es un africanista recalcitrante. Por eso se quedó un tiempo viajando por Africa. Le apasionaba la idea de poder encontrar en aquellas tierras "el rastro que siguió la cultura y la civilización de las literaturas griega y romana" e incluso la posibilidad de buscar las raíces "de las razas que depositaron sus frutos en la España de Abderramán, en el sur de Italia, en la exuberante Sicilia"
Tengo muchas lagunas sobre su estancia allí, aunque sí he confirmado que durante un mes estuvo viviendo en El Cairo, en 1860 y donde hizo amistades muy curiosas.
Como la que encontramos en El Accitano, que nos dice que el jueves 30 de septiembre de 1897, a las siete de la tarde llegaba a la estación de ferrocarril de Guadix el príncipe Peac-Peepé, primo hermano de Bootchey, el jefe de la Tribu de los Achantis. Desembarcó en Almería el miércoles, no habiendo querido hacerlo en ningún otro puerto, para así poder dar una sorpresa a sus viejos amigos, entre los que se encontraba José Requena. Diecisiete años antes habían compartido alojamiento en la capital de Egipto y allí se fraguó una amistad que el tiempo no había borrado, porque desde entonces habían mantenido constante correspondencia.
En cuanto Peac-Peepé llegó a Guadix, lo localizó en la plaza. Dado que solo podía quedarse esa noche, porque al amanecer viajaba a Granada, improvisaron una fiesta en la casa de doña Elisa Aguilera. Allí fueron obsequiados con "una respetable provisión de latas de conserva, profusión de salchichones, aceitunas sevillanas, rico jamón de Trevelez, numerosas botellas de rico Jerez" también hubo dulces y costosas cajas de habanos. La celebración comenzó a las once y media de la noche y la velada discurrió en animada charla, gracias a la condición de políglota del príncipe. La terminaron a las dos de la madrugada, por deferencia al ilustre viajero, que a las siete debía ponerse en camino. Pero antes realizaron múltiples brindis con champagne. Fueron varias los accitanos y accitanas invitadas junto a Requena, José Pérez de Andrade, Consuelo Alarcón, y su hija Consuelo, Dolores Sánchez, Ernestina Alarcón y los jóvenes Francisco Rodríguez Peinado, Carlos Reyes y Ernestina Requena Alarcón. Al despedirse y con el objeto de que se le remitiera El Accitano, el príncipe escribió con lápiz en una elegante tarjeta las siguientes señas: A Peac-Peepé, Tribu de los Achantís, Buen Retiro, Madrid.
Y era cierto porque en Madrid se exhibía a la Tribu africana de los Achantis, del territorio que conocemos como Ghana. Comprando una entrada se les podía ver junto a nativos filipinos, y a Inuits, originarios de las zonas árticas. Montaron sus chozas y ofrecían al público un simulacro de su vida, sus costumbres y rituales. Exibir a seres humanos de latitudes lejanas, como hoy hacemos con los animales salvajes, era algo cotidiano y aceptado; un conocido periodista llegó a escribir en la Revista Blanco y Negro: "no muerden, se les puede pasar la mano por encima y no hacen nada". La Ilustración Española y Americana se hizo eco de esta exposición, y en ella he encontrado la foto del jefe Bootchey y su esposa Netre.
Requena trató siempre a Peac-Peepé con la debida dignidad de persona, por eso me pareció que esta era una bonita historia de amistad entre un príncipe negro y un periodista republicano, que debía compartir contigo.

miércoles, 22 de abril de 2009

Un Corregidor republicano.



Un Corregidor republicano.
14 de abril de 2009


Guadix es fértil en hombres y mujeres inteligentes, que se han hecho preguntas, que han buscado respuestas y que han sido enterrados por el olvido. Dicen que nadie ha padecido, con más severidad, el rencoroso apartamiento de las generaciones de accitanos que le siguieron, que Pedro Antonio de Alarcón. Yo discrepo, pero solo un poco, dado que esta afirmación es aplicable a muchas otras personas, y especialmente a todas sus mujeres.
Este mes de abril que, inevitablemente, asocio con la República, con los avances que trajo en lo social y en lo cultural, quiero invitarte a conocer a un republicano con el que tenemos una deuda de respeto y gratitud.
Podría haber sido José Requena Espinar, aquel republicano intachable, propietario y director del periódico El Accitano que tan valioso ha sido para el conocimiento del Guadix del siglo XIX, pero no, va a ser uno de sus discípulos intelectuales. Me consta que siguió sus huellas y hurgó en su silenciada trayectoria, quizá por eso cuando me sumerjo entre viejos periódicos me siento muy cerca de ambos. El personaje de hoy, nacía en 1906, unos meses antes de que falleciese Requena.
Rafael Carrasco García es un hombre muy interesante, culto, curioso, metódico, que reúne todas las características de un intelectual, que ama su pueblo y a sus gentes, que asume cuantas responsabilidades se le encomiendan, y que hace patria siempre que tiene oportunidad.
Su madre era la accitana Angustias García Ochoa y su padre un malagueño superviviente de la Guerra de Cuba llamado Salvador Carrasco García. Rafael realizó sus estudios primarios en el Colegio de la Presentación, después pasó a la Academia de las Angustias, y finalmente estudió Derecho en la Universidad de Granada. Al licenciarse volvió a Guadix y montó su despacho de abogado en el numero 9 de la Plaza Osario, donde vivía con su padre y dos de sus hermanos, desafortunadamente su madre ya había fallecido.
Uno de sus profesores fue Fernando de los Ríos, quien ejerció gran influencia sobre él, y probablemente fue responsable de su toma de conciencia en diferentes cuestiones sociales. De hecho el Partido Socialista pide a Carrasco que pronuncie el discurso del Día del Trabajo, hecho que se recoge en la crónica de "El Defensor de Granada" el 5 de mayo de 1931, y lo hace con una gran repercusión, en la Casa del Pueblo de la calle San Marcos, que Requena llamaba "la casa grande del Osario" Allí Rafael afirmó, refiriéndose a De los Ríos, que junto a él pasó los mejores momentos de su vida universitaria y que era una garantía, para la solución de los problemas de España, que persona tan eminente fuera ministro.
Tiene 28 años cuando es designado presidente de la Comisión Gestora que toma posesión en la sesión plenaria del 27 de enero de 1934, y en solo dos años realizó una fecunda labor. Destacaré su impulso a las políticas sociales. Puso en marcha un importante proyecto de la República: las cantinas escolares. Institución que tenía como objetivo paliar las necesidades de la infancia que acudía a la escuela pública, en la que la pobreza, el hambre, la falta de higiene y las enfermedades eran palpables. Las cantinas tendían a complementar la educación recibida en la escuela, a suplir las carencias alimenticias y a eliminar las barreras sociales, ya que podían asistir a los comedores tanto quienes tenían recursos (que pagaban el servicio) como quienes no. Para garantizar el cumplimiento del objetivo se controlaba estrictamente la asistencia escolar. Los y las maestras daban fe de ello diariamente, si no iban a la escuela no podían acceder al comedor. La escolaridad actuaba así con varias finalidades: alimentar el cuerpo, fortalecer el espíritu, y prevenir la marginalidad infantil. En 1935 se constituye el Patronato de Cantinas Escolares que presidiría él, y en su equipo dos mujeres, la tesorera Carmen Mula y la vocal Pilar Hernández Portillo. La idea cuajó poco después en Darro y en Gor, luego en Diezma, Alquife, Lanteira y Benalua.
Desarrolló también una importante gestión cultural, en la que destaco la recuperación de la memoria de Alarcón. Fue amigo de Falla, de Lorca, de Hermenegildo Lanz, de Ángel Barrios y de Elena Martín Vivaldi, que vino a actuar a Guadix, a petición de él, con motivo de los actos del tercer centenario de la muerte de Lope de Vega.
¿Sería posible que los portavoces de Izquierda Unida (por su condición de republicano), del PSOE (por su compromiso con las clases obreras) y del PP (por justicia institucional) redactasen una moción conjunta para dedicarle una plaza?

domingo, 19 de abril de 2009

María Zambrano.





María Zambrano.
30-3-2009

La filósofa y escritora María Zambrano Alarcón, es una de las figuras capitales del pensamiento español del siglo XX. Presencia indiscutible en el panorama filosófico moderno, dejó una magnífica obra uniendo poesía y pensamiento.
Nació en Vélez-Málaga el 25 de abril de 1904, hija de Blas Zambrano y Araceli Alarcón, ambos maestros. Tan sólo permanecería tres años en su tierra natal ya que su familia se trasladó a Jaén y luego a Segovia, ciudad donde María cursó el bachillerato y a la que años después dedicaría un importante ensayo, y donde su padre era contertuliano y colega de Antonio Machado.
En Madrid cursa estudios de Filosofía, algo insólito en una mujer, asistiendo desde los veinte a los veintisiete años, a las clases de Ortega y Gasset, de García Morente, de Julián Besteiro y de Zubiri, integrándose en los movimientos estudiantiles y colaborando, a partir de 1928 en distintos periódicos. Comenzó a publicar sus primeros ensayos en la Revista de Occidente, precisamente de la mano de Ortega, y se inició en la docencia como profesora auxiliar de Filosofía en la Universidad Central y como profesora del Instituto-Escuela.
Vive muy de cerca los acontecimientos políticos de aquellos años, de cuya vivencia será fruto un primer libro: Horizonte del liberalismo, aparecido en 1930.
En aquellos años que precedieron su exilio, conoció y entabló amistad con Bergamín, con Luis Cernuda, Jorge Guillén, Emilio Prados y también con Miguel Hernández.
Se casa en septiembre del 36 con Alfonso Rodríguez Aldave, recién nombrado secretario de Embajada de España en Santiago de Chile, con quien emprende un primer viaje a La Habana, de donde vuelven al año siguiente, él para incorporarse a filas, ella para colaborar con la República
Perdida la causa, María Zambrano sale de España el 28 de enero de 1939. Deja atrás todo lo suyo. París, inmediatamente México, luego de nuevo La Habana, son los primeros hitos del exilio.Conoce y entabla amistad con Octavio Paz y León Felipe. También en ese año publica Pensamiento y Poesía en la vida española, y Filosofía y Poesía, a lo que seguirá una intensa actividad literaria. En 1942 es nombrada profesora de la Universidad de Río Piedras, en Puerto Rico. Progresivamente, se va dibujando en ella la necesidad de atender a eso que empieza a denominar "razón poética"
En 1946, viaja a Paris, donde encuentra a su hermana Araceli, torturada por los nazis, al borde de la locura. Se quedará con ella hasta la muerte de ésta. En París entabla amistad con Albert Camus y con René Char. En 1948 se separa de su marido y vuelve a La Habana ahora acompañada de Araceli, donde habrán de quedarse hasta 1953, fecha en la que viajan a Roma. Por aquel entonces escribirá algunas de sus obras más importante: El hombre y lo divino, Los sueños y el tiempo, Persona y democracia, entre otros. En 1964 abandona Roma para fijar su residenia en Suiza. En los años 70 Escribe Claros del bosque y empieza De la aurora.
Aunque la poesía desde un principio se ha planteado como problema para los filósofos, que la han ignorado o atacado, uno de los aspectos más originales del pensamiento de María Zambrano reside en su interés permanente por lo poético. Amplios capítulos de su obra están dedicados a pensar la poesía, a arrancarle sus secretos como ámbito de la experiencia vital del ser humano. Este interés es una cristalización de su curiosidad por ciertos elementos del saber que no se prestan a la sistematización; son rasgos que pertenecen a lo que podríamos llamar «el pensamiento emergente», el pensar que está en proceso de forjarse y que no se ha encapsulado todavía en las formas o categorías racionales. Su pasión por la poesía coincidió con el empeño en llevarnos a una reflexión en la que se nos permita toparnos con ese punto donde se encuentra lo singular de la persona, la expresión de lo vital en las expresiones más individuales. En nuestra vida diaria tendemos a dejarnos llevar por la monotonía, a ver todo como una sucesión de eventos delineados por un patrón ya conocido, pero, desde esta perspectiva, la poesía se define como lo que nos permite reconocer lo que aún desconocemos.
Las raíces del pensamiento filosófico de María Zambrano brotan del impulso de armonizar metafísica y mística con el fin de proponer la razón poética como solución a la crisis existencial de la década de los cuarenta. Por eso María Zambrano fue una figura sorprendente e inaudita en los años de la dictadura en España, donde predominaba la censura y la vulgaridad; de ahí que tuviera que vivir un exilio que, en sus propias palabras «ha sido como mi patria, o como una dimensión de una patria desconocida, pero que una vez que se conoce, es irrenunciable». Lo cierto es que París, Méjico, Cuba, Roma y Ginebra son los escenarios geográficos que se inscriben, para siempre, como testigos directos de la construcción de un legado filosófico muy original y muy personal, pero, ante todo, impensable de haber permanecido la filósofa en España. Sin duda alguna, su legado es el propio de una mujer valiente, que se atrevió a romper con convencionalismos y permaneció a lo largo de los años contagiando su entusiasmo y su fascinación por el estudio de las más variadas formas de creación.
La obra de Zambrano es hija y heredera indiscutible de la Segunda República española, una época de brillantez y libertad intelectual en la que una jovencísima María Zambrano había tenido la ocasión de mostrar su creatividad, su talento y su compromiso con la democracia. La vuelta a España de Zambrano en noviembre de 1984, después del largo exilio, constituye uno de los acontecimientos cumbre en la vida de la filósofa española. Una energía renovada la impulsa, desde ese momento y hasta su muerte, a volcarse de manera sorprendente en la escritura de numerosos artículos y, sobre todo, en la continuada convivencia con diferentes figuras del mundo intelectual. De algunos de ellos quedan testimonios de admiración y de respeto, pero, sobre todo, de amor. José Miguel Ullán recuerda de ella que «Al hablar, entraba en espirales vertiginosas, hurgaba en todas las heridas y, a la vez, se abría a la esperanza, nos la hacía contemplable».
Con la democracia le llegaran a María los más importantes reconocimientos: premio Príncipe de Asturias en 1981, por su larga labor filosófica y literaria realizada durante medio siglo, expuesta en numerosas publicaciones, y por su labor docente, tanto en España como en Hispanoamérica. Doctora honoris causa por la Universidad de Málaga. Premio Extraordinario Pablo Iglesias. Medalla de Oro de Madrid. Hija predilecta de Andalucía en 1987, coincidiendo con la constitución de la fundación que lleva su nombre en Vélez-Málaga. Premio Cervantes 1988. Fallece en 1991. No obstante seguirá recibiendo reconocimientos sociales, como el de "Hija Predilecta de la Provincia de Málaga", en donde el Ministerio de Fomento bautizó con su nombre la estación central de ferrocarril. Y en 2008 se botó el buque remolcador de Salvamento Marítimo BS-22 María Zambrano. El Ayuntamiento de Guadix por acuerdo unánime del Pleno le dedicó la calle que comienza en Manuel de Falla, atrviesa la barriada Angel Ganivet y termina en la Barriada de Federico García Lorca.
Nos ha legado algunas afirmaciones en las que os invito a detener vuestro pensamiento:

"La actitud de preguntar supone la aparición de la conciencia"
"La pregunta, qué, es el despertar de la persona"
"Filosófico es el preguntar y poético el hallazgo"

Hoy rendimos homenaje y damos nuestro aplauso a Maria Zambrano.

martes, 14 de abril de 2009

Diosa Isis







DIOSA ISIS
30.3.09

Por ser nuestra ciudad un cruce de caminos, hemos recibido múltiples influencias de cuantos pueblos han pasado por ella. Los aspectos relacionados con la religiosidad no han sido una excepción.
Por eso en nuestro intento de que la historia recoja la mitad que siempre ha olvidado, nos ocupamos de colocar los focos de la actualidad sobre una pieza perdida durante mucho tiempo, hasta que la magia de la arqueología la sacó a la luz en Guqdix. Se trata de un pedestal descubierto en el año 1623. Ese tesoro formó parte de las posesiones el Marqués de Estepa, pasó después a manos del Duque de Alcalá, y finalmente se sumó a las propiedades del Duque de Medinaceli, que lo donó en 1953 al museo arqueológico de Sevilla, donde se conserva actualmente.
Se procedió a traducir su inscripción. Así supimos que el pedestal servía de base a una escultura de la Diosa Isis; que es uno de los más importantes monumentos isíacos del mundo romano; y que fue mandado realizar por Fabia Fabiana, una rica propietaria, culta y emprendedora, seguidora y devota de la Diosa. Se relata la importante donación de plata para la construcción de la imagen de Isis, además de la necesaria para la elaboraciòn de una diadema, unos pendientes, un broche y anillos para los dedos pequeño, corazón y anular. Todas estas piezas estaban delicadamente enriquecidas con perlas y piedra preciosas, como las esmeraldas. Pero no era bastante, según el critierio de Fabia Fabiana, para honrar a Isis, por lo que además le regalaba una gargantilla realizada con cuatro sartas de treinta y seis perlas y dieciséis esmeraldas; pulseras para los tobillos; y adornos para las sandalias.
Investigaciones posteriores verificaron que en nuestra colonia se rendía culto a esta deidad de origen oriental, que era venerada en Egipto desde el III milenio antes de Cristo, y que fue introducida en Roma un siglo después a finales del siglo II, gozando de gran popularidad.
Isis era una Diosa bastante compleja, unificadora de todos los aspectos de la feminidad. Ella junto con su hijo Horus, era adorada de forma individual y fuera de los rituales del Estado. Se trataba de un culto de trasfondo erótico, revestía un cierto papel transgresor y antiromano, por lo que estaba mal visto por los tradicionalistas. Proyectaba una imagen igualitaria y liberadora de la mujer, y esto convirtió a muchas mujeres en sus fieles devotas. Las sacerdotisas encargadas del templo y del culto solian ser extranjeras.
Isis es una madre virgen que engendró, junto a Ra (dios del Sol) a Horus para que hiciera justicia y destruyese al maligno.
En Egipto las representaciones de Isis eran ataviadas con lujosos vestidos y adornadas con profusión de joyas. En nuestra ciudad era evidente que se seguía el mismo ritual, ya que la pieza museística mencionada hace referencia a la donación de numerosas joyas. Y así lo evidencia también la inscripción funeraria de Livia Calcedonia hallada en Guadix, en la que se declara devota de Isis y pide ser enterrada con un collar de perlas y veinte esmeraldas en la mano derecha, siguiendo el modelo de la venerada Diosa.
Sabemos que el Viejo Testamento prohibe realizar y adorar ídolos e imágenes talladas de cuanto hay en los cielos, la tierra y las aguas subterráneas, y también postrarse ante ellas o darles culto (Deuteronomio5), por lo que la única explicación que podemos dar a la vulneración de la ley, sacando imágenes en procesión, es la influencia de la tradición religiosa pagana.
En los Hechos de los Apóstoles se relata una visita de San Pablo a Efeso y el jaleo que se montó cuanto el apóstol predicó sobre un solo Dios y la prohibición de imágenes. Los artesanos clamaron al cielo para evitar que se fueran al traste su cultura, dando vivas a la Diosa. Estaba claro el sentimiento de la sociedad pagana hacia su reina celestial.
Precisamente en Efeso en el año 431 se celebró un concilio que presidió Cirilo de Alejandría. En él se instituyó como dogma de fe el papel de María como "Madre de Dios". A pesar de ello, el culto a Isis perdudaría todavía cien años más, hasta el 535 en que Justiniano aboliría el último culto de la religión pagana: el de la Diosa Isis.
En el proceso de cristianización de la sociedad romana, existen crónicas que nos cuentan como las personas ya bautizadas no abandonaban el culto a la "Isis Madre de Dios", y para no destruir sus imágenes les cambiaban el nombre, apoyandose en el dogma de la Virgen María.
En nuestra ciudad, cada Semana Santa sacamos a nuestras vírgenes en procesión a cuál más bella; cada una es capaz de despertar los más profundos e intensos sentimientos; engalanadas con sus mejores ropajes y alhajas; perfumadas de flores, incienso y cera que arde; seguidas de camareras austeras y elegantes, y este bello cuadro, envuelto por las notas de distintos instrumentos musicales. Y siempre que las veo me pregunto si alguna ellas será Isis.
Para hacer justicia a nuestra historia, el Ayuntamiento de Guadix, dedicó a la Diosa Isis una avenida, que simbólicamente une las avenidas de Mariana Pineda y la de Venus de Paulenca, y que abraza el Caño de San Antón. Allí hay una referencia a Netón, al igual que en el pedestal dedicado a Isis; y cuando se restauró, la escultora Mari Angeles Lázaro, realizó un bajo relieve que representa a la Diosa con sus alas desplegadas.
Ahora el Ayuntamiento para seguir haciendo justicia a nuestra historia, debería encargar una replica del pedestal de mármol que hay en Sevilla, una escultura que represente a Isis y colocarlo en la avenida que la honra.
Nadie debería escandalizarse porque son muchos los caminos que nos conducen a la verdad y al encuentro con la idea de la divinidad, y ya san Juan nos advertía que "ni su voz habéis oído jamás, ni visto su aspecto".

viernes, 10 de abril de 2009

Retorno a Hansala





Retorno a Hansala.
7.4.09


Ha llegado la primavera con todo su esplendor y el buen tiempo es también la señal para que cientos de pateras inicien la travesía del Estrecho, y en ellas miles de personas su particular estación de penitencia. Esta realidad se plasma en "Retorno a Hansala" la nueva película de la cineasta granadina Chus Gutiérrez, a cuyo estreno me invitaron la semana pasada.
Es el segundo trabajo sobre la emigración que acomete, después de "Poniente", y surge a partir de la noticia de un periódico en el se narraba la aventura de un empleado de tanatorio, que tras el hundimiento de una patera y la identificación de uno de los cadáveres, gracias a un número de teléfono, inicia un viaje a Marruecos con el cuerpo y las ropas de los otros fallecidos en el naufragio. El hermano del difunto le acompaña y cree que muchos de los muertos son de la misma zona, por lo que es posible que la gente identifique a sus familiares a través de las ropas. Con esta información Chus supo que tenía que ponerse la cámara al hombro.
La película parte de la necesidad de contar una situación que ocurre y seguirá ocurriendo mientras el mundo sea igual de injusto y nuestros gobernantes igual de hipócritas, mientras se siga dando la espalda a la realidad, y construyendo muros y fronteras. Porque ninguna de ellas evitará que alguien se vaya del lugar en el que no quiere estar.
La directora se planteó la búsqueda de los verdaderos protagonistas. Supo que en Hansala había ocurrido algo muy parecido a lo que recogían las paginas del diario. En una sola patera esta comunidad había perdido a trece hombres. Es una pequeña aldea beréber a los pies del Atlas, a ochocientos metros de altitud, en la provincia marroquí de Beni Mellal. A ocho horas de Algeciras. La vida de sus gentes suele transcurrir al ritmo de los olivos y los manzanos que hay sembrados en su valle. Una vez a la semana, los varones bajan al pueblo más próximo, para vender lo poco que producen en el mercado. Este lugar perdido en las montañas, vive en la más extrema pobreza y abandono institucional. Sin luz, sin agua, sin médicos, se mantienen viva gracias a la solidaridad y el apoyo mutuo, compartiendo absolutamente todo lo que tienen. Chus Gutiérrez llegó a Hansala en diciembre del 2006. Estaba terminando el guión. Durante cuatro días compartió, con su equipo, la vida de la gente de la aldea. Personas queSaid que nos acogió en su casa y nos brindo, con una naturalidad olvidada, su cálida hospitalidad. carecen de todo lo que a nosotros nos parece "imprescindible" En la casa de Said, su anfitrión, que años antes había perdido un hijo ahogado en las playas de Rota. La comida que había se compartía, como el tiempo, la curiosidad de conocerse, y la necesidad de comunicarse a través de gestos, de miradas, de sonrisas. En casa de Said nadie tenía espacio propio, todo allí es colectivo. Las habitaciones están vacías de muebles, con el suelo cubierto de alfombras, y se transforma según la necesidad del momento. Una pequeña mesa aparece y desaparece a la hora de las comidas. Cojines apilados se reparten a la hora de dormir, y las mantas, montañas de mantas, hablan de la hospitalidad, una persona una manta. La casa de Said tenía la puerta abierta para una visita, un familiar o un amigo. Siempre había un té caliente como signo de acogida y un pedazo de tiempo que regalar a quien llegaba. Aquellas gentes poseen algo que aquí hemos perdido, saben estar en la vida, preocuparse exclusivamente del momento, sin hacer concesiones al pasado o al futuro, y eso les aporta calma y la sensación de disfrutar de lo que están haciendo. Pero para los más jóvenes no es suficiente.
La película mezcla la ficción y el documental. Reales son parte de los protagonistas. Ficción la muerte en el mar rodada por las cámaras. Real la desesperante inspiración del día a día. Ficción la felicidad en la tierra prometida. Real la existencia de quienes negocian con la esperanza.
Habla de la frontera de África, pero esta situación se puede dar en cualquier país del mundo. Habla de cultura, de sentimientos, de anhelos, de esperanzas, de dolor… común para todas las personas.
Ve a verla, y luego pregúntate ¿qué es la semana de pasión?,¿cómo se nos puede llenar el pecho de lazos defendiendo a no nacidos, mientras volvemos vergozosamente la cara y el bolsillo ante el sufrimiento y el hambre de los nacidos? y finalmente, si dios omnipresente, ya sea hombre o mujer, está de verdad en todos los lugares "por igual"

martes, 7 de abril de 2009

Escuchar el silencio




Escuchar el silencio
20.4.2003.


En Semana Santa desconecto del trabajo, de los estudios y de prácticamente todo tipo de compromisos y dedico la noche para salir a ver las procesiones que despiertan en mi sentimientos muy contradictorios.
Por un lado descubro un muestrario muy variado de cultura popular: mantos delicadamente bordados con hilos de oro y plata; encajes confeccionados con maestría que son absolutamente frágiles; la orfebrería de los varales, las ánforas, la candelería y los jarrones; los adornos florares que llenan de sutiles aromas y color las calles accitanas; la música (unas veces de capilla, otras de banda de cornetas y tambores, algunas de agrupación musical) que vuelve cada esquina dejando que sus notas se deslicen en nuestros hogares evocando bellas imágenes, me emociona especialmente la Banda Municipal de Guadix; las mujeres con vestidos de luto, con tejas, mantillas y collares de perlas, tan elegantes y formales; los y las penitentes con sus túnicas, capirotes, capillos, capas, cíngulos, velas y penitencias a cuestas; las esculturas de esas imágenes que buscan y consiguen estremecernos con su perfección y cuando pasan cierro los ojos para escuchar el esforzado caminar de los costaleros y costaleras.
Por otro lado no puedo evitar sentir que esta manifestación religiosa es de una gran crueldad, vemos a un hombre joven que ha sido torturado y que finalmente morirá. Le acompaña una madre rota, que llora, que sufre, que abraza al hijo intentando devolverle la vida. Y cuando a esto añades tantas escenas de dolor como vemos cada día por conflictos bélicos, catástrofes naturales, accidentes de carretera, atentados terroristas, maltrato familiar... me siento mal.
Hay algunas cosas que me compensan de esas malas sensaciones. Todos los "lunes santo" un grupo de amigos y amigas, respondiendo a la llamada de Salva, subimos a la Alcazaba para encenderla y poner un bonito marco al paso del Cristo de la Misericordia. Para trabajar no necesitamos linternas, la luna que está creciendo nos ilumina. A pesar del frío y la humedad que nos cala las botas, los calcetines y los pantalones, subimos y bajamos de los torreones colocando las antorchas que encenderemos cuando Tati nos de la señal. Al recibirla nos dividimos por parejas, una persona lleva la mecha y otra el bote de gasolina, esta última empieza su trabajo y quien porta la llama camina con una distancia de seguridad para evitar accidentes. Poco a poco la fortaleza se ilumina y quienes allí estamos nos sentimos satisfechos de contribuir a que un paso tan austero luzca con tanto esplendor.
Me gusta ver el barrio de cuevas que rodea la Ermita Nueva solamente iluminado por el claro de luna, escuchar el silencio que rompe el ladrido de los perros, observar Sierra Nevada apareciendo como un espíritu blanco que abraza los cerros de Guadix y mirar al cielo para realizar un pacto con las estrellas que nos permita estar en la Alcazaba el año que viene.
Pero como no todo es perfecto me permito recordar al Ayuntamiento, que esa ruina de castillo que compraron para que la ciudad y el mundo la disfruten, está en unas pésimas condiciones. Les recomiendo que visiten las fortalezas de Almería y Málaga, tomen nota y se pongan en contacto con la Consejería de Cultura y la Universidad para definir, cuanto antes, un plan de actuación que nos permita a los que ahora tenemos cuarenta años, verla rehabilitada y hermosa antes de morir.

domingo, 5 de abril de 2009

Para ti Dora Saavedra.






Para tí Dora Saavedra
31.3.09


Guadix posee un potente y bien articulado movimiento asociativo de mujeres. Cierto es que no ha aparecido por generación expontánea y que son muchos los esfuerzos realizados por las señoras de la ciudad para remover cuantos obstáculos han encontrado, y siguen encontrando en el camino. Pero las ideas claras, el compromiso y la constancia en el trabajo, siempre dan sus frutos. Y el lunes pudimos recoger uno sabroso y maduro. Una mujer, una de las nuestras, era el centro del universo y recibía el reconocimiento público de hombres y mujeres que creen que otro mundo es posible. Enhorabuena Dora Saavedra. El Alcalde, los concejales y concejalas de todos los grupos políticos, la directora del Instituto de la Mujer en Granada, la Diputada provincial de la Mujer, las presidentas de todas las asociacianes, muchas mujeres y hombres lo celebramos contigo. Y yo quiero dar fe de ello.
Me gusta tu estrategia de soñar despierta, para vislumbrar un futuro prometedor. Sabes que soñar sigue siendo una práctica subversiva, en la que es inevitable encontrar una deliciosa, pero lícita, peligrosidad. Sabes que siendo perseverante en el sueño se podrán abrir ranuras incluso en las armaduras y corazas más impenetrables. Pero me gusta más aún saber que no permites que nadie te convenza de que abandones el camino de los sueños que dan luz a tu vida, y que sigas confiando en el poder de tu imaginación, que evidentemente es tuyo y solo administras tu.
Me gusta tu táctica de combate. Hablar, escuchar y construir con el diálogo un puente sólido, seguro e indestructible hacia una sociedad en la que convivamos como iguales hombres y mujeres.
Te consta y sabes, y nunca lo olvidas, que tu destino fértil, es ofrecer tu mano, tu sonrisa, tu vitalidad y tu experiencia a quien decida unirse a esta nuestra causa, que es la causa del mundo.
Como una hiedra sigues trepando el muro de las injusticias en la búsqueda de ese sol perpetuo que anuncia la dignidad de las mujeres. Sabes que unas somos la continuidad de otras, que en las costuras que nos unen se ha ocultado la historia de las mujeres, y trabajas incasablemente para hacerla visible.
Que bella y poderosa te vi en el escenario del Mira de Amescua reproduciendo el discurso de Clara Campoamor, reivindicando nuestro derecho al voto. Y tuve que aplaudirte hasta dolerme las manos porque en ti recibía ella el aplauso que en su día se le negó.
Tu y yo llevamos, desde hace demasiado tiempo, un lazo blanco en la solapa, un lazo que representa nuestro grito desesperado ante la continua masacre de mujeres; un lazo blanco para que no veamos más sangre derramada por el suelo; un lazo blanco que aspira a que los hijos e hijas regalen flores a su madre el día en que cumplen años, y no tengan que llevárselas a la tumba; un lazo blanco que proclama el derecho de las mujeres nacidas y crecidas, las de pechos en el pecho, a morir de viejas en sus camas; un lazo blanco por el que reivindicamos el derecho de todas las mujeres del mundo a poder decidir por si mismas, a no ser consideradas inferiores, a no ir a la cárcel por tomar decisiones sobre sus vidas y sus cuerpos.
Solo cuando trasgredimos alguna orden patriarcal, tu y yo somos conscientes de que el futuro se vuelve respirable. Porque sabemos que obedecer a ciegas las normas que no nos tienen en cuenta, puede dejarnos ciegas, y somos conscientes de que solo podremos crecer en la osadía. Y cuando lo hacemos, gozamos y lo celebramos, porque somos de ese tipo de mujeres que nos resistimos a salir de este mundo sin disfrutar nuestras minúsculas victorias, de las brevísimas cúspides de gloria, de los efímeros instantes de felicidad. Y esto es así, por justicia cósmica, porque lo hemos luchado, conquistado, y nos premiamos y aplaudimos por ello.
No desesperes, porque a veces tu vida parezca escrita a trazos, con borrones, con tachaduras, con imperfecciones... sigue leyendo, detente en las admiraciones, las interjecciones, los interrogantes y los paréntesis... disfrútalos, y también los abrazos, las caricias, las sonrisas y los aplausos que descubres en cada párrafo. Porque a pesar de los pesares la vida es bella.
La ciudad ha reconocido tu compromiso en la lucha por la igualdad, y desde el lunes estás en el cuadro de honor de las mujeres que abren puertas y ventanas a la justicia.
Suscribo lo que te dijeron Isabel Alcocer y Juan Martinez, la una con palabras, el otro con imágenes y música: eres la mujer que piensa y tus ojos encenderán luciérnagas.

Noventa y nueve nombres.







Noventa y nueve nombres.
12.4.2004


El equinocio de primavera nos trae, con su primera luna llena, la Semana Santa, y ya que ha terminado me embarga la nostalgia por lo que supone en el despertar de los cuerpos y de las almas.
Te confieso que para mí está muy ligada a la cocina. Hay tres postres que desde la infancia nos han ayudado a desarrollar el gusto, la vista y el olfato. En todos intervienen la leche, el azúcar y la canela, sin lugar a duda los sabores y olores de estos días de pasión. El arroz con leche desprende un suave aroma al cocer lentamente con palos de canela y cáscara de naranja, e invade todas las estancias de la casa, esperando transformarse en un delicioso manjar que entrará en nuestro cuerpo de forma cálida y reconfortante. Las torrijas, para las que usamos rebanadas de pan duro, mojadas en leche, pasadas por huevo batido y fritas en abundante aceite de oliva, para finalmente emborrizarlas en una mezcla de azúcar y canela, y que me recuerdan los cerros arcillosos cuando sobre ellos se desliza silenciosamente la luz del sol que se acuesta, ese ocre brillante y dulce es otro premio para nuestra vista y nuestro paladar. Pero es la suave crema que se logra con leche, canela, yemas de huevo, azúcar y harina de maíz finamente molida, la que más me agrada, esas natillas imprescindibles para gozar de un excelente estado de ánimo por su olor, su textura y su sabor.
Pero los olores también están en la calle. Especialmente en los desfiles procesionales, por el fragante humo del incienso quemado, que esparcen con armoniosos movimientos los incensarios; por la lenta combustión de los cirios que adornan los candeleros de los pasos y que llevan en la mano, durante su lento caminar, los hombres y mujeres que hacen penitencia; y finalmente por el delicado perfume de las flores que embellecen los pasos.
He tenido la oportunidad de estar en el sito adecuado en el momento oportuno. El viernes amaneció lloviendo con furia. Como mi familia política se ha criado en la calle de la Concepción y le tienen gran devoción a la Virgen de los Dolores, decidimos ir hasta la iglesia. El trono estaba delicadamente adornado, como de costumbre, con bellísimas creaciones de flores blancas, había rosas, lilium, calas y diminutas malvas que se conocen como flor de cera.
Poco a poco, la imagen empezó a representar a las mujeres del mundo. A madres, hijas, hermanas, nietas, esposas, novias, abuelas y amantes que lloran por el injustificable sufrimiento de los suyos. En el corazón rojo bordado sobre el cielo oscuro de la toldilla, apareció la profunda herida que causan las guerras, los atentados, la violencia... Sus manos entrelazaban los instrumentos que causan dolor como queriendo mitigarlo con el calor de su amor... Pero por su sereno rostro se deslizaban las lágrimas de la impotencia... De pronto empezó a sonar "Encarnación Coronada" en el pequeño templo donde estábamos apenas cien personas, atronó el maravilloso hacer de la Banda Municipal de Guadix, me estremecí hasta la médula, y mis ojos empezaron a derramar lágrimas, miré a mi alrededor buscando consuelo, pero los jóvenes, los hombres y las mujeres que me rodeaban tenían los ojos ardiendo y las mejillas húmedas... decidí que lo mejor era dejar que el llanto siguiera su curso... Volví a sus manos y reparé en el delicado pañuelo, estaba claro que no se iba a dar por vencida, con aquel trocito de esperanza blanca con encajes, enjugaría su llanto y el nuestro... De su antebrazo izquierdo colgaba un rosario y de mi corazón brotó la imagen de las mujeres iraquíes, que vestidas como ella de negro, con un manto cubriéndoles la cabeza, tendrían en sus manos el rosario musulmán de noventa y nueve cuentas con el que estarían recordando los noventa y nueve nombres de Alá, en un intento de que este devuelva la cordura al mundo.
Respiré profundamente y agradecí que no hubiese entre nosotros ningún hombre santo, ni del dios de los cristianos, ni del dios de los judíos, ni del dios de los musulmanes, que echase a perder con palabras vacías el momento de íntimo encuentro con nuestra propia alma.


Semana Santa




Semana Santa.
18.3.2002.

Me gusta pasear de noche por la ciudad, son muchas las razones, pero especialmente destacaría que me apetece hacerlo sin el ruido de camiones, coches, motocicletas y aparatos de música a todo volumen. Guadix es una ciudad absolutamente silenciosa y solitaria cuando recibe a la luna.
La tenue iluminación del astro de la noche compite con el esplendor de la luz de los escaparates. No lo hace sin embargo con las farolas de las calles que en más de un caso parecen seres agonizantes, quizá solidarizándose con el Cristo crucificado que los próximos días paseará por los corazones de mucha gente.
Pero permíteme que vuelva a los escaparates. Hay uno que me llama poderosamente la atención. Se encuentra en la calle Doctor Tena Sicilia. Si alguna vez perdiera la orientación temporal y no supiese en que día vivo, solo tendría que acercarme a él y saldría inmediatamente de dudas.
Hace poco más de un mes estaba lleno de máscaras, pinturas para el rostro y el pelo, vestidos que te permitirían ser otra persona, sombreros, pelucas, zapatones, guadañas, artículos para gastar bromas... ¡era el carnaval!
Este mes se pude ver una maniquí vestida de camarera, pero no de las que sirven en las cafeterías, bares, restaurantes o heladerías, sino de las que acompañan las imágenes de las Vírgenes de Semana Santa. Que por cierto, una camarera era la mujer de mayor respeto de entre toda la servidumbre en las casa nobles, y en las casas reales era la que tenía más autoridad de entre las que servían a la reina, en la española debía de ocupar el puesto una dama con el titulo nobiliario de Grande de España.
El traje de la modelo es enteramente negro, con adornos de lentejuelas del mismo color, la falda está cuatro dedos por debajo de la rodilla y es de manga larga y sin escote. Lleva medias de cristal negras y está descalza. En la cabeza una preciosa mantilla sobre peineta de carey, que se luce más porque el brazo derecho de la joven está apoyado sobre la cadera y eso permite observar los detalles. En la mano izquierda lleva un rosario de cuentas de cristal transparente.
En general la propuesta de la tienda es la que más se ajusta al protocolo de vestuario de una camarera. Para salir en procesión tal y como manda la tradición, las faldas no pueden ser ni más cortas ni más largas, con mantilla no se deban llevar trajes de chaqueta ni abrigos, nada de pantalones y por supuesto negro riguroso y elegante. A la mujer del escaparate le faltan unos guantes y tener bien puesta la mantilla.
Yo nunca me he puesto mantilla, pero conozco una dulce y encantadora dama verdaderamente experta en este arte. Muchas de las mantillas que se pasean por Guadix han pasado por sus manos. Ella conoce la técnica y los trucos que le enseñó su madre y tiene el estilo que se sigue en Córdoba y Sevilla y que varía un poco del de Granada y de Jaén. Antes de colocar esta sofisticada prenda hay que preparar una base, con dos pequeñas peinetas, cuatro dedos por debajo de la coronilla de la cabeza. Sobre ellas se colocará la peineta grande, que se fijará al cabello con horquillas, intentando asegurar bien las púas que quedan en la parte más baja. Seguidamente se coloca otra pequeña peineta por delante de la principal, tiene como finalidad evitar que con el peso de la mantilla se incline hacia delante. Llega la hora de colocar la delicada pieza de tul y la forma más segura de centrarla es pasar un hilván de hilo blanco. Una vez centrada se recogen unos pliegues por delante y otros por detrás con alfileres de cabeza negra. Los de atrás se dejan, porque será el broche el que los tape, los delanteros se retiran. Una vez puesta se ha de procurar que la mantilla no sobrepase nunca el bajo del vestido.
El escaparate tiene una buena muestra de mantillas españolas de tul, blonda y encaje negro. Unas están más trabajadas y hechas enteramente a mano y pueden costar de trescientos euros en adelante. Las hay más sencillas y confeccionadas a máquina y se pueden adquirir desde noventa euros. Sobre ellas hay collares, pulseras y pendientes de perlas, que como es sabido es el aderezo que mejor va con el negro.
Se pueden ver muchos modelos de peineta, todas de color carey pero con distintos tamaños y calados. Lo mismos ocurre con los rosarios que están expuestos sobre una tela de raso azul, los hay de plata, de cristal y de madera, y los precios van desde los seis a los treinta y nueve euros. Junto a ellos una selección de alfileres con forma de broche fabricados en rodio o chapados en plata o en oro que sirven para acoplar perfectamente la mantilla a la peineta por encima de la nuca (detalle que le falta a la muestra).
En los estantes de cristal veo guantes blancos y negros, cíngulos, y un puñado de botones de color rojo, negro, morado y amarillo para las túnicas de los hombres y las mujeres que se vestirán de penitentes.
El decorado termina con tres figuras de unos cuarenta centímetros que visten con capirotes y túnicas de distintas hermandades y un cartel oficial de la Semana Santa accitana, en esta ocasión una fotografía de Jesús Nazareno de perfil.
Supongo que este escaparate estará así hasta el mes de abril, en el que se llenará de primavera y de colores, y veremos a la protagonista indiscutible de esta pasarela con traje de flamenca, collares de colores, pulseras de aro, flores de tela en el pelo y mantón de Manila para marcarse unas sevillanas el Día de la Cruz.