jueves, 29 de mayo de 2008

Cóctel para un aspecto maravilloso



Cóctel para un aspecto maravilloso.

14 de marzo de 2006.

Se dice que las mujeres mayores nos volvemos invisibles. ¿Para quién? Nos vemos cada día, nuestras familias nos ven, o no nos buscarían para que les saquemos de más de un apuro… Luego solo somos invisibles para los hombres. ¿Es necesario que nos miremos en el espejo de los ojos de un varón para poder sentirnos bien? Estoy convencida de que esa es una trampa de la que debemos zafarnos cuanto antes, porque lo importante es que nos reconozcamos en nosotras mismas, que seamos atractivas para nuestro propio corazón, y capaces de sentirnos bien dependiendo solo de nuestro esfuerzo.
Para lograrlo es imprescindible enterrar los estereotipos que relacionan el hacerse mayor con perder capacidades. ¿Si queremos comer con fundamento a quien pediremos que cocine a una mujer de 20 años o la de 60?
El cardenal Spellman dijo: “Las edades del ser humano son: juventud, mediana edad y… tienes un aspecto maravilloso. Lógicamente no se refiere al físico de la modelo que tortura su cuerpo, sino a algo tan sutil como adquirir una personalidad atractiva.
Se me ocurre que para lograrlo debemos elaborar un cóctel. Advierto que la formula resultante deberemos verterla cada mañana en una copa, beberla con deleite y ser constantes en su consumo el resto de nuestras vidas.
El primer ingrediente es interés. Una persona con interés es una persona interesante. Todo cuanto ocurre a nuestro alrededor debe captar nuestra atención. Es importante ejercitar diariamente las facultades del alma: la memoria, el entendimiento, la voluntad, así como la capacidad para relacionarnos con los demás. Simone de Beauvoir recomendaba: fijarnos metas que den significado a nuestra existencia, dedicarnos a personas, grupos o causas; sumergirnos en el trabajo social, político, intelectual o artístico, participar de la vida de los demás a través del amor, de la amistad o de la compasión.
El segundo una disposición optimista. Las mujeres con este talante se adaptan mejor a los cambios que las que ven el lado negativo de las cosas. Debemos aplicar el viejo proverbio que dice “nada es verdad ni mentira, todo depende del color del cristal con que se mira”. Las optimistas para explicar las cosas, cuando son golpeadas por alguna adversidad, tienden a pensar que se trata de un inconveniente pasajero, que su impacto afecta a una faceta concreta y limitada de su vida, y que no es culpa de ellas sino una consecuencia de la mala suerte. Por ejemplo ante un fracaso amoroso la pesimista dirá “estoy vieja, arrugada, celulítica y no me quiere nadie”, la optimista pensará “estoy divina de la muerte, él se lo pierde” y se pondrá esa maravillosa camiseta en la que se lee: si el amor te da la espalda tócale el culo.
Añadimos a nuestra fórmula los pequeños placeres que nos protegen de la ansiedad que nos provocan las contrariedades. Khalil Gibran escribe: “en el goce de las pequeñas cosas, el corazón se refresca y se renueva”. Hay que hacerle hueco a la paella con las amistades, al libro de poesía, a la música tumbada en el sillón… y siempre con el convencimiento de que es un regalo que me hago a mí misma porque me lo merezco.
Sumamos a la pócima el poder protector del sentido del humor. Su función primordial es aliviarnos la tensión emocional y descargar la inseguridad. Actúa como un purgante psicológico que nos libera de obsesiones destructivas. Su gran virtud es que nos alegra la vida y la alarga. Por eso es importante que creemos espacios en los que nos podamos reír a mandíbula batiente o por lo menos que aprendamos a sonreír.
Otro ingrediente que añadir a nuestro cóctel es la capacidad de diversificar las parcelas de felicidad como hacen los grandes inversores de capital, que no colocan todo su dinero en un solo negocio. Compartimentar las parcelas de las que extraemos nuestra felicidad nos protege de los cambios negativos. Por eso la pareja no debe ser incompatible con las amistades, así cualquier ruptura será menos devastadora.
El último ingrediente consiste en mirar el futuro con esperanza. Modera nuestras ansiedades, amortigua los desengaños y hace más llevaderas las cargas que nos impone la vida. De hecho es el remedio más eficaz para afrontar el dolor espiritual. Me imagino que por eso surgió de la caja de Pandora junto con los males que Zeus guardó en ella para castigar a los mortales por los conocimientos que Prometeo les había dado.

Ataques de pánico











Ataques de pánico.

12 de julio de 2004.

Hace cuestión de un mes presencié una situación que es probable que te resulte conocida. Estaba asistiendo a una de mis clases en la Facultad de Filosofía. La mesa que se encontraba al otro lado del pasillo estaba ocupada por una alumna joven. Abrió su mochila, sacó su libreta de apuntes y sus bolígrafos y lo colocó todo sobre el tablero. En ese momento el profesor había iniciado un turno de preguntas y seleccionaba entre el alumnado, de forma aleatoria, a quienes debían responderle. De pronto la chica palideció, empezó a sudar de una forma llamativa, respiraba aceleradamente y se llevó las manos al cuello como si algo la estuviese ahogando. En cuestión de segundos perdió el conocimiento y dio con todos sus huesitos en el suelo.
Nos asustamos pero reaccionamos con rapidez. Respiraba, le latía el corazón, parecía un desmayo por hiperventilación. Cuando se repuso y pudo hablar nos dijo que solo de pensar que el profesor la señalase y tuviese que hablar en público, le provocaba una angustia tan grande que se mareaba. Una compañera enfermera nos contó que lo que le había pasado a esta joven se conoce como “trastorno de ansiedad generalizado”.
Este tipo de mal puede hacer que te sientas inquieta todo el tiempo sin ninguna causa aparente. Las sensaciones pueden ser tan incómodas que para evitarlas, llegas a suspender actividades imprescindibles en tu día a día, y en su manifestación más extrema puedes sufrir un ataque tan intenso que te aterre o te inmovilice. Generalmente oímos a quien lo sufre decir: “es que estoy de los nervios”. Es posible que te sorprenda saber que casi veinte de cada cien pacientes que acuden a los servicios de urgencias padecen algún trastorno relacionado con la ansiedad.
Pero debo hacer una aclaración, todos y todas tenemos ansiedad. De hecho la necesitamos para sobrevivir, tanto como el miedo o la sed. Se trata de una respuesta primitiva que nos permite, por ejemplo, movernos con rapidez en caso de percibir un peligro. Esto que es bueno para nosotros y nosotras, se convierte en algo muy negativo si ante cualquier cosa vemos un peligro, y en vez de ser un mecanismo preventivo, se convierte en una fuente de sufrimiento constante.
Palpitaciones, opresión en el pecho, dificultad para respirar, mareo, visión borrosa, sudoración… son los síntomas mas habituales de un trastorno de ansiedad que puede desencadenar en un ataque de pánico, durante el cual quien lo sufre siente que se está volviendo loca o que va a morir de un infarto.
Ante un caso así lo mejor es tranquilizar a la persona, convencerla de que se trata de algo pasajero y que no le va a pasar nada grave. Hacerla hablar y procurar que respire de forma lenta y profunda. Si no lo conseguimos hay que hacerla respirar dentro de una bolsa, y así evitaremos que se dispare el nivel de oxigeno en sangre y por tanto el desvanecimiento.
Quien padezca de este mal debería practicar ejercicios de yoga o tai-chi y por supuesto ponerse en manos de especialistas que le ayuden a superar esta leve pero desagradable enfermedad.
Otra buena terapia es reunirse con las amigas y hablar de todos nuestros miedos de forma desenfadada e incluso cómica. En una de estas reuniones recuerdo que compartimos situaciones de “trágame tierra”, y nos reímos tanto que pensamos partirnos por la mitad. Una colega contó que fue a entregar su declaración a la oficina de hacienda. Acababa de darle el sobre al funcionario, cuando vio que una compresa iba pegada en la parte posterior. ¡Horror! ¿Cómo podía haber pasado? La compresa debería estar en su envoltorio y no allí. ¿Qué podía hacer? Huir, salir corriendo… Finalmente se armó de valor y le dijo: Perdone señor, inexplicablemente de mí bolso ha salido volando una compresa, supongo que es porque tiene alas, si no le importa me gustaría recuperarla. Todo el mundo, incluido el funcionario, se rieron a carcajadas, mi colega también, porque había sido capaz de resolver una situación embarazosa con gran sentido del humor y no había pasado absolutamente nada.
Deben templar los nervios con sentido del humor, siendo capaces de quitar hierro a cualquier situación por embarazosa que nos resulte, y sobre todo ponernos el mundo por montera riéndonos de nuestra propia sombra, siempre que sea necesario.

Enciende unas velas y relájate



Enciende unas velas y relájate.

14.10.2002

Yo que soy una adicta al tabaco, aunque lleve muchos años sin fumar, sé que una se engancha de mil maneras y por mil razones. Personalmente empecé a fumar cuando tenía dieciocho años cumplidos e iniciaba mis estudios en la Universidad. Nadie de mi familia fumaba y aun así me enganché. Fue un acto de voluntad, probablemente pensé que era un poco rarita porque todas mis compañeras fumaban, y a esa edad no quieres ser diferente. El primer cigarrillo me supo como un tiro, me dio tos, me lloraron los ojos, me dejó un sabor amargo y pastoso en la boca, y sentí que el humo hacía estragos en mis pulmones. A pesar de todo encendí el segundo y así estuve días, semanas, meses, durante los quince años siguientes.
El tabaco está incorporado a gran parte de las relaciones sociales que mantenemos. Es difícil entrar en una cafetería o en una discoteca y que nadie fume. Ofrecer un cigarrillo o pedir fuego para encenderlo, nos permite romper el hielo en situaciones incómodas, también se puede convertir en la excusa perfecta para acercarte un poquito a alguna persona que quieras conocer, iniciar una conversación mientras esperas el autobús y todo aquello, que para justificarnos, queramos añadir. En este apartado entran las razones en las que se fundamenta la creencia de que el tabaco ayuda a controlar el peso y por eso no se engorda; aquella de que un cigarrillo relaja; o esta otra de que nos ayuda a concentrarnos cuando estudiamos o realizamos alguna labor que exige atención. Yo las he utilizado todas.
Un buen día decidí que había llegado el momento de dejarlo, si comencé por un acto de voluntad, debía abandonar este hábito por otro acto de voluntad. Me lo propuse al terminar una Feria de Guadix, que dejo todo mi cuerpo para el arrastre. Fumaba por aquella época dos paquetes de cigarrillos negros diarios. Reconozco que era una fumadora compulsiva, porque apagaba uno y encendía otro. Los primeros días fueron horribles. Por si acaso yo llevaba siempre el tabaco y el mechero en el bolsillo. Los tenia a mano por si el síndrome de abstinencia podía más y finalmente me vencía. Cada vez que alguien encendía un cigarro me acercaba descaradamente y aspiraba el humo, ese penetrante humo, que me olía a gloria. Cuando tomaba un café lo echaba de menos de forma desesperada. Tuve que construir un amplio repertorio de trucos para poder distraer mi mente y mi cuerpo de aquella terrible necesidad de sentir el humo correr por mis entrañas.
Desde que lo deje, me repito cada día que soy una adicta, que no puedo coger ni un solo pitillo, porque si lo hago, el tabaco me ganará en este combate que estamos librando en un encarnizado mano a mano. Dicen que la dependencia física se supera enseguida, y quizá sea verdad, yo desde luego no soy capaz de distinguir la física de la psicológica y lo cierto es que aun hoy mi nariz detecta, cual si de un radar olfativo se tratara, la presencia de cigarrillos a mi alrededor.
Es por esto que entiendo lo que supone una drogodependencia, sé lo que se sufre y como te domina. Y aunque la presión social sobre las personas que fuman es cada día mayor, todavía no sufren el estigma de las llamadas drogas ilegales. Porque hemos de recordar que, aunque socialmente aceptadas, el tabaco, el alcohol y los medicamentos autorecetados forman parte de amplio abanico de sustancias tóxicas con las que nos envenenamos a diario.
Te daré algunas pistas por si decides que hoy puede ser un buen día para unirte a este club. Repite cada mañana ante ti misma o mismo, delante del espejo, que lo vas a dejar porque quieres y porque puedes. Si tomas café cámbialo por un te con limón u otra infusión. Ten siempre a mano una botella de agua, cuando te apriete la necesidad de fumar dale al cuerpo un regalo hidratante. Vete al cine ya sabes que en estos locales no dejan fumar. Llena la bañera de agua caliente con espuma que huela a lavanda y pon la música que más te gusta, enciende unas velas y relájate. Estoy segura de que lo puedes conseguir.

Dos personas descreídas y un collar para rezar



























Dos personas descreídas y un collar para rezar.

2 de noviembre de 2005.
Una plataforma autodenominada “En defensa de la Asignatura de Religión de Guadix-Baza-Huéscar” invita a la ciudadanía de las tres localidades a movilizarse para evitar que se apruebe la Ley Orgánica de Educación que se discutirá en el Parlamento en el mes de diciembre. Propone varias medidas para conseguir el objetivo: Informarse, difundir y conocer el contenido de la LOE; expresar en los medios de comunicación sus opiniones; y asistir a la manifestación del sábado día 12 en Madrid.
Me parece fenomenal que la gente se movilice para conseguir las cosas en las que cree. En una sociedad democrática es imprescindible que las posiciones ideológicas se contrasten y se discutan. No es fácil el intercambio de ideas si estas no se debaten, y para ello, se exige la elaboración de argumentos y su defensa. Por eso me parece tan interesante este llamamiento a un intenso trabajo intelectual, del que tan faltos estamos.
Personalmente creo que la enseñanza de la doctrina religiosa no debe realizarse en las escuelas. Para eso están las parroquias y los sacerdotes; las mezquitas y los imanes; las sinagogas y los rabinos, por nombrar las monoteístas. Porque no olvidemos que lo que se pida en nombre de la Iglesia Católica valdrá a cualquier otra confesión en aplicación del artículo 27.3 de la Constitución: “Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones”.
Soy partidaria del modelo francés en el que la escuela no adoctrina, aunque sí creo que se debe impartir una asignatura que nos permita conocer y reconocer el hecho religioso, porque la ignorancia provoca miedo y reacciones de rechazo. Considero importante una aproximación entre personas de diferentes creencias para fomentar el conocimiento de sus valores. Sin duda esto nos proporcionaría un mayor respeto mutuo, y evitaríamos “el choque de civilizaciones” que no es más que un choque de ignorancias. Evitar esto sí es misión de la escuela.
Yo he sido adoctrinada pero he echado de menos en mi formación conocer otras formas de buscar. Quizá por eso permanezco con todos los sentidos despiertos y receptivos.
No hace mucho tuve que realizar un trabajo sobre la ritualidad del budismo y con un grupo de compañeras y compañeros de la facultad nos desplazamos al alpujarreño monasterio “Osel Sing”, una de las cosas que llamó mi atención fue que rezasen el rosario, bueno algo parecido, allí le llaman “mala”, y consiste en un collar de 108 cuentas, que reflejan el cosmos. Las pequeñas bolas que lo componen son elaboradas a partir de las semillas del árbol del bodhi o de madreperla. Con cada cuenta se repite una oración que llaman mantra. El más popular es “Om Mani Padme Hum”. Su repetición constante ayuda a que los efectos de la meditación sean duraderos.
Un instrumento para rezar que yo creía patrimonio del catolicismo se convertía en una pieza cargada de fe pero bañada por los matices, las costumbres y las tradiciones de otra religión.
Seguí buscando y comprobé que los musulmanes también lo utilizan. Fui a pasear por los comercios de la calle Calderería de Granada con la intención de conseguir uno. Pregunté por un rosario y nadie lo tenía. En un establecimiento me atendió un muchacho muy joven, en un principio puso cara de interrogación pero en vez de contestarme que no tenía como el resto, me preguntó qué era lo que buscaba. Le contesté que un instrumento para rezar y con las manos hice el gesto de pasar cuentas. Sonrió mostrando una perfecta y blanquísima dentadura y me entregó uno de color verde esmeralda, al tiempo que me ilustraba sobre su nombre. El “masbaha” tiene 99 cuentas, con cada una se recita uno de los nombres y atributos de Alláh, generalmente concluye recitando la profesión de fe: no hay otros dioses más que el único Dios. Pero no me los podía enseñar porque él no sabía. Me hizo gracia, dos personas descreídas y un collar para rezar.
Después supe que Jesús nunca enseñó a orar empleando instrumentos para contar oraciones. Que el origen del rosario proviene de los pueblos paganos en su culto a la Diosa Madre Astarté (ochocientos años antes de Cristo), y más tarde a la Diosa Diana (trescientos años a.d.C). Que seguramente, por estar privados de la parte femenina de la deidad, los católicos lo dedican a coronar con guirnaldas de rosas a la Virgen.

miércoles, 28 de mayo de 2008

Palacios con banda sonora






Palacios con banda sonora.

9 de mayo de 2006.

Mayo está dejando de ser el mes de “Las Flores” para convertirse en el de la música. Volvemos a tener una cita “Guadix Clásica” y estoy segura que no nos defraudará.
Estos días hay personas que vienen para asistir a los distintos espectáculos programados, pero se encuentran con horas muertas que no saben en qué ocupar. Algunas de ellas son amigas mías y otras lo son tuyas, así que nos corresponde servirles como cicerones en este territorio que debemos mostrar con orgullo. Quiero proponerte la ruta de los palacios.
Te sugiero que utilices la magnífica “Guía Histórica y Artística” del que ha sido cronista oficial de la ciudad Carlos Asenjo Sedano. Cuando salgo de ruta llevo conmigo la edición de la Diputación de 1989 que tiene un formato muy manejable.
El corazón de la ciudad es el Palacio Consistorial. Preside la Plaza de la Constitución con su Balcón de Corregidores construido en el reinado de Felipe II, testigo de cada suspiro de la historia, estuvo a punto de morir en el devastador incendio de febrero de 1936 y fue resucitado al lado contrario después de que en junio ardiera el Ayuntamiento. Se pensó en este Balcón para proporcionar a la autoridad un observatorio privilegiado donde presenciar corridas de toros, procesiones, fiestas y el discurrir de la vida cotidiana.
Salimos buscando la Plaza de la Catedral. ¿Sabes que ese tramo de calle se llama Ferrer Maldonado? Fue un navegante local que dijo haber descubierto la ruta norte de comunicación entre los océanos Atlántico y Pacífico a finales del siglo XVI.
Vemos dos palacios. El de la familia Largacha Salazar, frente al templo, mantiene orgulloso su fachada, aunque el interior ha sido tan reformado que cualquier parecido con su origen es pura coincidencia. El otro es el los Ramírez de Arellano (Escuela de Artes), llama la atención que su bella portada se encuentre tan desplazada con respecto al centro de la plaza, la explicación la encontramos en las transformaciones urbanísticas del siglo XIX. Entonces el cercado de la Catedral era la calle, alrededor había pequeñas edificaciones que fueron derruidas para otorgar mayor vistosidad al monumento. Por aquella estrecha callejuela se accedía al noble edificio que fue adquirido por la iglesia en 1715 para instalar el Seminario en el que estudió Alarcón, entonces solo tenía una planta.
Buscamos el Palacio del Obispo, del que no te cuento porque nunca he estado dentro. Seguimos hasta encontrarnos con el de Villa Alegre. Mantiene su añoranza de fortaleza medieval quizá porque aprovecha un lienzo de la muralla y por sus dos enormes torres. Como palacio renacentista, su patio es de arquería sobre columnas de mármol y la carpintería sigue diseños mudéjares. En él destaca la heráldica de los Fernández de Córdoba, familia a la que se uniría después el clan de los Menchaca al que pertenecía el escritor Mira de Amescua. Su actual denominación viene de 1685 cuando José Manrique de Arana recibió el titulo de marqués de Villa Alegre. Parte de la novela “El Niño de la Bola” transcurre en este entorno.
Seguimos y nos encontramos con otra plaza a la que da nombre el palacio del Conde Luque por vivir allí esporádicamente tan ilustre personaje en el siglo XVIII. Nos encaminamos hacia la plaza del Álamo y podemos detenernos ante el palacio de la familia Piedrola Narváez que se unirá al aristócrata musulmán Hernán Valle de Palacios.
Caminamos buscando la calle Barradas en la que surge el Palacio de Peñaflor, un apéndice escindido de la Alcazaba que nuevamente utiliza la estructura de la muralla. Desde que dejaron el ladrillo al descubierto, siento cierta desazón al contemplarlo, me parece ver el cadáver del edificio ya desprovisto de piel, no he entendido muy bien a qué se debe que despojen las construcciones emblemáticas del manto protector que hace que los escudos pétreos destaquen como joyas sobre el velo de cal.
En la calle Santiago nos detendremos ante el palacio de los Arias de Medina, donde el pintor Julio Visconti tiene su estudio; el palacete de los Pérez de Andrade que dirigirán la revolución liberal de principios del XIX en la ciudad; y la casa Barthes, que perteneció a los Osorio Moctezuma, descendientes del emperador mejicano.
En la calle Tarrago y Mateos deleitaremos nuestra vista con el palacio de los Martos sobre todo en la amplia cornisa decorada con bellas pinturas. Terminaremos en la calle Ancha concretamente en “El Dólar” donde repondremos fuerzas con unas cervecitas frescas, deliciosas tapas de calamares, criadillas o riñones. Luego el relajante concierto nos permitirá descansar la vista y ejercitar el oído.

Maquillada con polvo blanco de mármol



















Maquillada con polvo blanco de mármol.

9 de agosto de 2005.

La municipalidad ya he hecho públicos los nombres de las personas y entidades que recibirán el tótem de plata de la ciudad. Como sabes, he reivindicado con entusiasmo y perseverancia que las damas que viven y trabajan en nuestra tierra, obtengan este público aplauso, así que me alegro de que una figure en la tríada.
Es una escultora almeriense, que reside en Guadix desde hace tiempo, el justo y necesario para que la ciudad le entregue uno de sus más preciosos tesoros, el agradecimiento por hacer gala del nombre de estas arcillosas tierras por el mundo. Está licenciada en Bellas Artes y realizó un Master de Escultura Monumental y Urbanismo. Tiene una larga trayectoria profesional en el campo de la escultura y la restauración del Patrimonio Histórico.
Por razones que hoy no vienen al caso, pero que vendrán, me puse en contacto con Mª Ángeles Lázaro Guil hace unos meses. A pesar de ser una trabajadora incansable, siempre escoltada por una agenda repleta de viajes y compromisos, encontró tiempo para mostrarnos el taller en el que toman cuerpo sus creaciones. Es una nave cercana a la Estación de Ferrocarril, allí la encontré enfundada en unos pantalones grises y con anorak rojo, el pelo y la cara maquillados por el polvo blanco de mármol que arranca, como llanto, a las rocas, a golpe de martillo y cincel. A pesar del enorme tamaño de sus esculturas, ella no pasa desapercibida, porque su aspecto físico también es monumental, es muy alta, corpulenta, bien proporcionada, y lo que más me gusta de su apariencia es la enorme sonrisa con que te recibe y el brillo inquieto de su mirada, propio de quien busca nuevas perspectivas en todo cuanto le rodea.
Estaba entonces muy preocupada dando fin al grupo escultórico que le habían encargado con motivo de los Juegos del Mediterráneo, que se han celebrado en Almería. Comentaba que los monumentos son un trabajo muy especial porque transforman un espacio vivido por la gente, pero también muy complicado porque “tratas simultáneamente de sentirte satisfecha con tu creación y al tiempo emocionar a quienes la observan”. En el que se traía entre manos había dos grandes figuras de bronce, una representaba al marchador accitano Francisco Fernández y la otra a la jugadora de balonmano almeriense Soraya García. El primero corre con una antorcha sobre un inmenso 2005 realizado en acero y la segunda lanza un balón sobre el agua de la fuente en que está instalado todo el conjunto y que representa al mar que da nombre a las competiciones.
A mí me gusta más la “Fuente del Mediterráneo” que está instalada en Roquetas. Tres mujeres desnudas, realizadas en bronce, danzan al tiempo que, con los brazos alzados, sostienen sobre sus cabezas una gran taza de la que rebosa el agua. Ellas representan las virtudes del buen torero: inteligencia, destreza y valentía.
Su obra se encuentra dispersa por toda la geografía española de Almería a Madrid, de Vizcaya a Granada, de Alicante a Marbella. En Guadix también podemos disfrutarla.
En la fachada de la Catedral se pueden ver los “Varones Apostólicos” que realizó en mármol Macael en 1992 y en el interior del templo la meritoria reposición de “La Piedad”. En 1998 trabajó en la restauración del Caño de San Antón haciendo presente la imagen de la Diosa Isis. De sus manos salió “El Cristo de los Favores” que preside y da nombre a una de nuestras plazas, lo talló sobre mármol travertino en 1999. No puedo dejar de mencionar sus bellísimos relieves de mármol blanco que forman una serie que ha titulado “Luminosa”, o las esculturas que se cobijan bajo el paraguas de “Sexo Sutil”.
Es además una mujer preocupada por la recuperación del patrimonio local y por el cuidado del casco histórico que tantos mimos necesita, y lo hace con vehemencia y un alto nivel de compromiso. Como botones de muestra su propia casa o la del escritor Antonio Enrique.
Es fácil encontrarse a la señora Lázaro en actos culturales, la última vez que la vi fue en la presentación de “Café Guadix”, entonces preparaba un viaje a Cuba y dudaba si podría salir con los huracanes que estaban azotando la zona.
Hoy quiero felicitarla y desearle que siga utilizando su fuerza transformadora sobre las piedras, porque sabe encontrarles el alma y sacarla a la luz con la habilidad de sus manos, así algo informe se convierte en fuente de emociones.

Ande él caliente















Ande él caliente....

El otro día viví una situación muy curiosa en el autobús que hace el recorrido Granada- Guadix.
Una madre viajaba con su bebé de pocos meses, la criatura hurgaba inquieta entre las ropas de la chica y su cabecita se dirigía hacia el pecho. La joven captó enseguida el mensaje, se desabrocho la camisa y le dio de mamar.
La expresión que acudió a los rostros de ambos eran dignas de contemplar, por su ternura, por su calidez, por la felicidad y paz que reflejaban. Pensé que en una imagen como está debió inspirarse Rafael Sanzio para pintar sus "madonnas".
Pero esa sensación fue momentánea, porque un individuo hizo la siguiente observación:"Pobre mocoso, nunca podrá comerse todo eso", y se partía de risa pensando en la gracia que acababa de parir.La madre se sonrojo, se la notaba incómoda y enojada, estaba verdaderamente avergonzada.
Yo me pregunté ¿tiene un "tipo" derecho a provocar este manojo de sensaciones de culpabilidad en una mujer que cumple con la misión de criar y proteger a su hijo?.!Obviamente no!.
Estaba claro que un mismo hecho había suscitado reacciones y sentimientos bien distintos. Yo vi la preciosa cabecita de un bebé que encontraba alimento y seguridad en su mamá. El señor vio una enorme teta con un grandísimo pezón saltando de un lado a otro.
Mi convencimiento fue que las mujeres hemos de hacer lo que tengamos que hacer según nuestro criterio, en el convencimiento de que es difícil que ofendamos a nadie cuya opinión pueda interesarnos.

Eva es la Vida






“EVA ES LA VIDA” .

Si hay algo que me ha aturdido siempre el entendimiento, es la pretensión de que el dogma de la inferioridad de la mujer esté expuesto en el Capitulo III del Génesis versículos 1-24.
Por más que los leo la conducta de Eva es, desde el principio hasta el fin, superior con mucho a la de Adán. El mandato de no comer del fruto del árbol del Conocimiento fue impuesto solo al hombre, antes de que la mujer se formara. Por tanto la orden no le fue formulada a Eva con la solemne voz divina, sino cuchicheada por su marido.
Fue la serpiente, dotada sobrenaturalmente la que le habló. Y cuando la mujer le comenta la prohibición, la serpiente le contesta: ”Muriendo no morirás”. En otras palabras le dice que si el cuerpo mortal perece, la parte inmortal vivirá para siempre, y le ofrece como recompensa la obtención del Conocimiento. No le ofreció lujos, placeres, belleza o joyas. La tentación despertó en ella una intensa sed de conocimiento que los placeres sencillos de recoger flores y charlar con Adán no satisfacían.
Entonces Eva sin miedo a la muerte si puede alcanzar la sabiduría, toma el fruto, y durante todo ese tiempo Adán se mantiene callado detrás de ella. Si hubiese sido designado por Dios para ser el cabeza de familia tendría que haber asumido la responsabilidad de la discusión con la serpiente, pero en esa encrucijada de su destino calla.
Cuando aparece el “jefe” para requerir sobre la desobediencia, el marido gimotea echándole la culpa a Eva ¿cómo entonces se ha podido construir una teoría sobre la superioridad de los adanes?.
En fin, que esto nos pasa por dejar que sean ellos los que nos interpreten los cuentos, nunca los intermediarios han sido buenos consejeros.

Como el alfarero









Como el alfarero.

En los meses transcurridos desde que empezó el año 2008, son ya treinta y tres las mujeres que han muerto a manos de sus maridos o amantes. ¡Que tremenda paradoja llamar amante a quien te asesina!
Considerando que aún no hemos llegado a la mitad del año, probablemente lo terminaremos con una cifra igual o mayor que la de 2007 en que sumamos setenta y una.
Además de estas bajas por horrorosa defunción, hemos de sumar aquellas bajas por derrumbamiento mental. Son miles las mujeres de este país que no volverán a sonreír en lo que les resta de vida, porque sobreviven con miedo, no solo al dolor físico, que han aprendido a aguantar como cualquier prisionero de guerra, si no al combate psicológico que libran cada día con su personal torturador.
La violencia, sea del tipo que sea, no nos conduce a ningún sitio, o quizá sí, a esa lamentable situación en la que se genera más violencia y donde finalmente se pide venganza.
El conjunto de los varones violentos debería saber, que las mujeres valoramos mucho más las manos de un alfarero que los puños de un Rocky cualquiera.
El artesano utiliza su mente, sus ojos, sus pies y sus manos para transformar el barro en una pieza única. Lo trata con dulzura y delicadeza, al tiempo que aplica una gran maestría y destreza. Lo acaricia y simultáneamente le da forma. Esas manos llenas de trabajo y amor son las manos que queremos que nos toquen, porque es casi seguro que con ellas creceremos como una estilizada jarra y es muy probable que tengamos la impresión de estar en el cielo. Las otras manos ya sabemos que solo conducen a un infierno, que termina cuando una paletada de tierra tapa tus ojos y tu boca, y es que por fin, tu verdugo te ha matado.

Flipo en colores






Flipo en Colores
Estoy convencida de que con los productos de limpie­za se "flipa".
Cuando empiezas a ro­dearte de botes de colores para quitar el polvo, para fregar el suelo, desinfectar el retrete, sacarle brillo a los cristales, eliminar la grasa de los azulejos de la cocina, parece que te recon­fortas, el olor te entra por los poros de la piel desde la cabeza hasta los pies y te quedas limpia por dentro, y así vas todo el día con­tenta, ¿ o no?.
En cierta ocasión una mujer que recibía fuertes palizas por parte de su le­gítimo, se lo comentó a su madre, y esta le dijo:"Hija, tu lim­pia, que lim­piando se pasa".
Pienso que como real­mente se pasa, es esta­ble­ciendo los mecanismos para que a las mujeres no nos llegue la información exclu­sivamente a través de las revistas del corazón y los culebrones,si­no por otras vías que nos abran los hori­zontes para que salgamos de casa, traba­jemos fuera y con­sigamos la verdadera in­de­pen­dencia que es la econó­mi­ca, que apren­damos a tener opinio­nes pro­pias y seamos solida­rias entre nosotras.
Tenemos que superar las trampas tendidas co­mo:"las chicas buenas van al cielo"y completar la frase como hizo Mae West " y las chicas ma­las a todos los sitios".
Rei­vin­diquemos la feli­ci­dad en esta tierra, el cielo puede espe­rar.

El principe azul







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Mantuve conversación con una compañera a la que atormentaba la tristeza, que se sentía sola, impotente para enfrentarse con los problemas de la vida cotidiana. Echaba de menos que apareciese "el príncipe azul" de su historia personal.
Desde su mas tierna infancia le habían hablado de EL, y esperaba que fuese EL, quien batallase contra todos sus miedos y le allanase la senda por la que transita.
Verdaderamente a todas la mujeres nos han inculcado en forma de cuentos infantiles que nacimos para ser princesas, siempre y cuando, apareciese EL; un hombre apuesto, inteligente, valiente, honrado, trabajador, cariñoso, comprensivo, con sentido del humor, de buena familia y capaz de poner cien mil dragones derrotados a nuestros pies.
Pero todo es fantasía, producto de mentes que imaginan lo imposible.
Mujeres y hombres somos responsables de nuestras vidas. Hemos de elegir cada día el camino que debemos seguir y no podemos ni debemos delegar en otras personas. Asumir los errores y disfrutar de los logros que consigamos es nuestra tarea. No es solución dejar de exigirnos responsabilidad y coraje.
Cenicienta, Pretty Woman y otras historias con el mismo argumento, deben hacernos pasar un buen rato, pero no pueden evadirnos de la realidad, ser una venda sobre nuestros ojos o una fuente de frustración.
Las mujeres no somos princesas indefensas, y los hombres también tienen sus miedos y sus limitaciones. Hemos de construir una sociedad de hombres y mujeres libres, iguales e inteligentes en la que nadie interprete un papel del cuento en el que no se sienta cómoda.
Por cierto también es falso que las ranas, aunque hablen, se conviertan en hombres por mucho cariño, cuidados, besos y caricias que les deis, si son ranas os salen ranas.