domingo, 31 de mayo de 2009

Hermafrodito








Hermafrodito.
7 de junio de 2005.


El sábado pasado tuve la oportunidad de visitar la localidad cordobesa de Almedinilla. Un pequeño pueblo de dos mil quinientos habitantes distribuidos en seis núcleos. Hasta allí nos llevó el deseo de conocer unas ruinas de las que escribiera el viejo Teóphoros.
Era éste un liberto nacido en la lejana Grecia a finales del siglo II d.C. Sus conocimientos de geografía y su profesión de maestro, le llevó a enseñar en la Bética a una treintena de alumnos de la vieja Gades. Él les describió algunos lugares de la provincia más meridional de Hispania, les habló de economía y de los rudos trabajos del campo. Compartió con ellos las imágenes que más le habían impactado: "En El Ruedo rodeado de olivos alternando con doradas espigas de trigo, pasé a servir a un adinerado agricultor que vivía la mayor parte del tiempo en la capital. Allí aprendí como se cultivaban el trigo y los olivos. La villa era suntuosamente residencial, y horas y días pasé hipnotizado, nunca mejor dicho, contemplando a Hypnos, hijo de la Noche y de Erebos. Con razón el insigne Homero lo calificaba de ¡señor de dioses y de todos los hombres!"
La villa a que se refiere es un tesoro arqueológico espectacular, declarado Bien de Interés Cultural, nació y se desarrolló entre el siglo I y el VI d.C., hoy por hoy constituye uno de los mejores ejemplos del asentamiento rural de época romana en toda la península Ibérica. Posee edificios de usos agrícolas y productivos como lagares, almazara de aceite, silos, albercas, hornos de cerámica...; y vivienda residencial con riqueza singular en la monumentalidad de sus alzados, en la belleza de sus suelos de mosaicos, en las extraordinarias pinturas murales y en la sorprendente colección escultórica. A esto tenemos que asociar una extensa necrópolis que está perfectamente documentada tras una minuciosa excavación arqueológica y que fue destruida porque sobre ella discurre la carretera nacional.
Tuvimos la fortuna de que nos acompañase como cicerone un miembro del Patronato Hypnos, don Ignacio Muñiz, un caballero verdaderamente enamorado de Almedinilla, de su patrimonio y de su historia. Estas características hicieron que sus explicaciones se llenaran de pasión y por lo tanto nos involucrara emocionalmente en la visita. De su voz, recorrimos cada una de las habitaciones de la villa que (por efecto de la sugestión que provoca una fábula bien contada) pudimos ver reconstruida, decorada, llena de vida…
Ignacio nos habló de las esculturas que se encontraron en las excavaciones de la villa: Hypnos, Perseo y Andrómeda, Attis, un relieve con bueyes, el Geniecillo de la primavera, una cabeza de Venus, dos restos de dioses protectores del hogar y el Hermafrodito.
Esta última es una bellísima escultura en bronce, pudimos ver una fiel copia ya que el original se encuentra expuesto en el museo arqueológico de Córdoba. Representa al hijo de Hermes (dios protector de viajeros y comerciantes y mensajero de los dioses) y Afrodita (diosa del amor y de la belleza). Está fechado en la segunda mitad del siglo I y representa la simbiosis de lo femenino y de lo masculino. La historia de Hermafrodito hay que buscarla en las "Metamorfosis" de Ovidio en el libro IV. En el nos cuenta que al hijo adolescente de los dioses le gustaba conocer las aguas en todas sus formas, así llega a un lago cristalino en el que habita la ninfa Salmácide. Ella sorprende al joven desnudo jugando con las olas y le desea con tanta intensidad que pretende seducirlo, le abraza y él se esfuerza por apartarla, entonces la ninfa pide a los dioses que sus cuerpos jamás se separen, lo que le es concedido. Se produce así una peculiar transformación que hace de los dos cuerpos uno solo que no parece ni un hombre ni una mujer y que es al mismo tiempo un hombre y una mujer.
Terminamos la jornada con una muestra gastronómica que trajo a nuestros cuerpos sensaciones de otra época. Nos coronaron con hiedra; invocaron a los lares con ofrendas de flores, incienso, pan y vino; nos uncieron con perfume; lavamos nuestras manos con agua de rosas; brindamos con vino mielado y danzamos al ritmo del Triunfo de Baco acompañados por un cortejo de sátiros y bacantes.
Cuando regresábamos a Guadix debí quedarme dormida. Iris, deslizándose por su multicolor aro, me invitó a volver a Paulenca, allí se descubrió una villa romana con su magnífica Venus. Quizá con un poco de ilusión e imaginación…



domingo, 24 de mayo de 2009

No, no tengo el trasero de Cindy Crawford.










No, no tengo el trasero de Cindy Crawford .
19.05.09


Este fin de semana un querido amigo me regaló la oportunidad de escuchar, conocer y conversar con Gioconda Belli, una de las escritoras latinoamericanas más leídas en América y Europa. Fue en el acto de clausura de Sexto Festival Internacional de Poesía Ciudad de Granada. Se celebró en un recogido y agradable rincón de la Huerta de San Vicente, al lado de la casa de Federico García Lorca. La presentó mi poeta preferido, ya sabes, Luis García Montero, a quien saludé y pregunté por su nuevo libro del que es protagonista el inolvidable Angel González.
Y allí asistimos al fascinante testimonio de una mujer fuera de lo común: nicaragüense, revolucionaria, con enorme melena rizada, inteligente, poeta, con pasado, con futuro, con hijos y con marido. Con la intensidad, la sensualidad y la fuerza narrativa que la caracteriza, nos regaló una deliciosa velada poética.
Estuvo vinculada al Frente Sandinista de Liberación Nacional desde 1970. Por aquel entonces era una organización clandestina que buscaba derrocar la dictadura somocista. Esta vinculación se extiende también al plano afectivo: estuvo casada con Henry Ruiz, uno de los nueve comandantes de la dirección nacional y ministro de Planificación. Con el triunfo de la Revolución, Gioconda desempeñará diversos cargos en el nuevo gobierno hasta su renuncia en 1994.
El compromiso político, el ser y el sentir femenino son los dos temas fundamentales en una obra que ha contado desde sus comienzos con el respaldo del público, aunque después de oír las declaraciones de Gamoneda sobre Mario Benedetti, dudo que los rancios académicos la consideren aceptable.
Las gentes "normales" que compran y leen poesía, pronto reconocen su talento. Su poesía es fresca y vitalista, profundamente personal, tiene un estilo que escapa a cualquier corriente o escuela. Coherencia y unidad caracteriza su expresión poética. Decidida a rescatar el lugar de la mujer, su obra plasma la incesante búsqueda de la identidad femenina y el encuentro con la conciencia social, a través de la actitud revolucionaria. Su voz sincera es un grito a las adormecidas conciencias de este mundo.
En 1972 recibe el Premio de poesía Mariano Fiallos Gil por "Sobre la grama" Obtuvo el premio Casa de las Américas por su libro de poemas "Línea de fuego" en 1978. Después escribirá "Amor insurrecto", "De la costilla de Eva" y "Truenos y arcoiris" Se recoge su obra poética en el volumen "El ojo de la mujer" que te recomiendo especialmente. Yo estoy leyendo "Apogeo" (me lo dedicó esa noche mágica) en él hay una propuesta vital de celebrar y festejar el cenit en la vida de las mujeres. Ese momento fundamental de la existencia donde la belleza física, coexiste con la sabiduría. Época de meditación, cambios y plenitud, de euforias, pero también de temores. Precisamente de este libro recitó "La menopausia" ironizó sobre la idea de que con ella a las mujeres nos llega el gran desastre: Perder la regla no es perder la medida,/ ni las facultades;/ no es meterse cual caracol/ en una concha/ y echarse a morir./ Si hay depresión,/ no será nada nuevo;/cada sangre menstrual ha traído lágrimas/ y su dosis irracional de rabia./ No hay pues ninguna razón/ para sentirse devaluada./Tirá los tampones,/ las toallas sanitarias./ Hacé una hoguera con ellas en el patio de tu casa./ Desnudáte./ Bailá la danza ritual de la madurez./ Y sobreviví/ como sobreviviremos todas.
Nos contó que, una noche, estaba su esposo ojeando una revista con fotografías de Cindy Crawford, ella se retiró al dormitorio y decidió dedicarle "De noche, la esposa aclara" poema en el que repasa la anatomía de la modelo y la compara con su propio cuerpo, desdramatizando el salir mal parada, en el convencimiento de que la cercanía emocional es capaz de hacerla vencer: "Por último y como la más pesada evidencia,/ no tengo el trasero de la Cindy Crawford:/ pequeño, redondo, cada mitad exquisitamente delineada./ El mío es tenazmente grande, ancho,/ ánfora o tinaja, usted escoja./ No hay manera de ocultarlo/ y lo más que puedo es no tenerle vergüenza,/ sacarle provecho para leer cómodamente sentada/ o ser escritora."
Dijo que del amor a la vida viene el amor a la poesía. Volver a la poesía es volver a lo más profundo de nuestra esencia humana para ver cuál es el camino para salir de la deshumanización, del confundir el poseer con el ser, de despojarnos de los artificios y buscar la felicidad, la solidaridad, la belleza y el tiempo. Tiempo para disfrutar de la tarde, de la ternura, de nosotras mismas. Poesía es la trinchera de la defensa de la emoción.



viernes, 22 de mayo de 2009

Sucumbir a la magia de las ruinas.






Sucumbir a la magia de las ruinas.
12. 05. 09

El Imperio Romano y todo lo que de él dimana, sigue siendo un importante motivo para viajar y pisar historia, una razón para el apasionamiento… De hecho especialistas en historia, arqueología, literatura, dirección de cine… beben en su legado buscando la inspiración. No existe una etapa más estudiada, admirada y recreada que esta. Y no es pura casualidad. Basta acudir a un museo romano para darse cuenta de lo increíble que fue esta civilización. Por supuesto no es necesario salir de Guadix, ciudad romana en esencia pero conocer el corazón de Extremadura, que para mí es Mérida; pasear por las altas e intactas murallas de Lugo; imaginar los animados debates en el Foro de Tarragona… tiene un saborcito de aventura a través del túnel del tiempo que me seduce, y termina conduciendo mis pasos a alguno de estos lugares.
Acabo de regresar de Caesaraugusta la única ciudad que gozó del privilegio de ostentar el nombre completo del emperador Cesar Augusto y que posiblemente se fundó en el quincuagésimo cumpleaños del mismo, un 23 de diciembre del año 14 antes de la era cristiana.
En vez de transitar a pie por las vías de Hispania, decidimos hacerlo por la habilitadas para el tren de alta velocidad, que partiendo de Málaga, nos colocaba en nuestro destino en poco menos de cuatro horas. Hizo parada en Córdoba y, como un buen augurio, comprobamos que el descubridor del teatro romano de Julia Gemella Acci, el arqueólogo Antonio López, se subía al tren. Tampoco era la primera vez que recorríamos juntos un camino hacia lugares de imponente legado, hace algún tiempo realizamos parte de la Vía de la Plata, buscando el Templo romano de Diana en Évora, Portugal.
Cuando por fin llegamos a la modernísima estación intermodal de Delicias, nos impresionó su claridad, su altura, su limpieza, y sobre todo sus más de 600 metros de largo. De nuestro boquiabierto asombro nos sacó el marcado acento de las gentes que por allí caminaban. Y así nos dirigimos al hotel que estaba junto a la Basílica del Pilar, puerta a puerta con "El Museo del Foro" Esa primera noche en Zaragoza paseamos por la ribera del Ebro, sobre su puente de piedra, y a la luz de la Luna dibujamos los recorridos de los siguientes días y sus noches.
El Ayuntamiento realiza una sugerente oferta arropada por el titulo "Museos de la Ruta de Caesaraugusta" Por siete euros puedes visitar, en varios días, los museos del Foro, del Puerto Fluvial, las Termas y el Teatro.
Este es espectacular, y como el nuestro, apareció un día por sorpresa, en el año 1972. Construido en el siglo I, en época de Tiberio, tardaron treinta años en finalizarlo. Llegó a ser uno de los más suntuosos de la Hispania romana, y con capacidad para 6.000 espectadores. Su decadencia comenzó en el siglo III, momento en el que se tomaron sus piedras para recrecer las murallas y otras edificaciones, ¿no te resulta curiosa esta coincidencia? Tras su reaparición, ha sido acondicionado para ser visitado, albergando un museo que explica su historia, sus secretos y sus sueños. Se inauguró en 2003. Está protegido por una cubierta de policarbonato traslúcido, a gran altura, apoyada sobre una malla sostenida por postes metálicos tubulares ¿también deberemos esperar en Guadix treinta años para verlo resurgir de sus escombros?
Dicen que su acústica era perfecta para la representación de obras dramáticas, y tuvimos la oportunidad de imaginarlo en su plenitud y rememorar su atmósfera, gracias a una recreación del teatro romano, al aire libre, proyectada sobre diez grandes pantallas desplegables.
Cuando vuelvo a casa, leo que la Delegación de Cultura reconoce la singularidad del teatro romano de Acci, y propone que sea protegido, por una figura legal específica, porque es un monumento de primer nivel en el contexto de los diez teatros que se conocen en Andalucía. Los otros están en Málaga capital; el de "Acinipo", en Ronda la Vieja; y el de "Barba Singilia" en Antequera. En Cádiz el "Baelo Claudia", en Tarifa; el de "Carteia" en San Roque; y el de la capital "Gades". En Sevilla el de "Itálica" en la localidad de Santiponce; y el de "Urso" en Osuna. Finalmente el de Córdoba. Vitrubio estaria orgulloso viendo que su libro quinto del Tratado de Arquitectura, donde analiza la forma de construir teatros, tiene tantas manifestaciones.
Cierro los ojos y recuerdo la estimulante experiencia vivida en el teatro de Caesaraugusta, quizá algún día, cuando los abra, pueda evocarla mientras se representa una comedia en el de Guadix.
Algo parecido a lo que se produce al besar a una rana, como la mascota de la Expo de Zaragoza.




martes, 19 de mayo de 2009

Agradezco ser mujer.


Escrito por la poeta chilena Tatiana Lobo Wiehoff.




Agradezco ser mujer

Me agrada que me digan que soy emocional, porque puedo llorar y reír a gusto.
Me agrada que me digan que soy histérica, porque entonces puedo lanzar platos a la cabeza de quien intente hacerme daño.
Me gusta que me llamen bruja, porque entonces puedo cambiar la dirección de los vientos a mi favor.
Me gusta que me llamen demonio, porque puedo quemar el lecho donde me abusan.
Me gusta que me digan débil, porque me recuerdan que la unión hace la fuerza.
Me gusta que me digan chismosa, porque nada de lo humano me será ajeno.
Pero lo que más agradezco, lo que más me agrada, lo que más me gusta y lo que me hace más feliz, es que me digan loca, porque entonces ninguna libertad me será negada.
Una y mil veces me quemó la Inquisición y aprendí a nacer de las cenizas.
Me encerraron en un harén y encerrada no dejé de reír.
Me pusieron un cinturón de castidad y adquirí las artes de un cerrajero.
Cargué fardos de leña y me hice fuerte.
Me pusieron velos en la cara y aprendí a mirar sin ser vista.
Me despertaron los niños a medianoche y aprendí a mantenerme en vigilia.
No me enviaron a la Universidad y aprendí a pensar por mi cuenta.
Transporté cántaros de agua y supe mantener el equilibrio.
Me extirparon el clítoris y aprendí a gozar con todo el cuerpo.
Pasé días bordando y tejiendo y mis manos aprendieron ser más exactasque las de un cirujano.Segué trigo y coseché maíz, pero me quitaron la comida y con hambre aprendí a vivir.Me sacrificaron a los diosesy a los hombres y volví a vivir.Me golpearon y perdí los dientes y volví a vivir.Me asesinaron y me ultrajaron y volví a vivir.
Me quitaron a mis hijos y en el llanto volví a la vida.
Con tanta fortaleza acumulada, con tantas habilidades y destrezas aprendidas, Mujer, si lo intentas, tú puedes dar vuelta el mundo...

lunes, 18 de mayo de 2009

Ya no hay nada personal.





Ya no hay nada personal.
3 de mayo de 2009.

Con solo encontrar tu mirada, con solo escuchar el timbre de tu voz, mi cuerpo se estremece. Sé que entre tu y yo ya no hay nada, pero mi corazón desayuna, come y cena de tu recuerdo.
El aroma del café de la mañana me resulta evocador, unas veces me emociona y otras me hace daño, y con esta última taza, he sabido que te vas. Ya solo te tendré en cada gota de mi sangre. Envuelvo la taza con las dos manos intentando que su calor acabe con el frío de mármol que padezco. Entonces recuerdo la calle en que nos cruzamos por primera vez, la noche en que nos conocimos, aquellos ratos felices. Me doy cuenta de lo mucho que me gusta la forma en que sonríes, la dulzura que hay en tus labios, la forma en que suspiras, el modo en que a veces me regañas, la seda de tus manos, el brillo inteligente de tus ojos, los besos que me lanzas con la brisa…Y me muero por tenerte junto a mi.
Evoco aquel primer café. Una bonita mesa con sobre de mármol, espejos dorados en las paredes, sillas de madera torneadas, y por debajo de la mesa se encontraron nuestras rodillas. Mientras hablabas me bañaba en tu mirada cargada de futuro y al respirar, las mariposas del deseo volaban en mi estomago. Y me acercaba la taza de café a los labios, sin saber qué hacer, si contener mis instintos o atraparte para siempre. No sé si has llegado a saber lo que me haces sentir, pero si pudieses haber estado un minuto en mi, tal vez te hubieses fundido para siempre en la hoguera de mi sangre. Siempre has absorbido mi espacio, mientras despacio me hacías tuya.
Ahora que te vas, si no te importa, podrías dejarme parte de tu aliento, no podré vivir sin él, pero te puedes llevar parte de mi alma, te la di con aquel beso... Fue entonces cuando aprendí que existen las emociones intensas, a ver la luz del otro lado de la Luna…
Te pedí que no me contases lo que habías vivido en el pasado. Cada vez que me decías que otra mujer se cogió de tu mano, un incendio abrasaba mis entrañas. Y al mismo tiempo tus caricias en mi piel eran el bálsamo benigno que aliviaba las quemaduras. En realidad he deseado ser la única que te ha amado, he querido pensar que juntos comenzábamos el camino de la vida, que el sentimiento compartido era nuestro punto de partida.
Te pedí que te dejases querer como el viento ama a las nubes, como la alameda al río, como las estrellas a la noche, como la nieve a la montaña. Que te dejases amar como ama la lluvia impetuosa a los lirios de abril, como ama la oscuridad el canto de los grillos. Que te dejases abrazar como la madreselva abraza los barrotes de la reja y como las olas del mar a la arena de la playa.
En realidad esperaba que sintieses lo mismo que yo, que encontrases en mis brazos calor, que de pronto me quisieras besar, que tus manos fuertes tomasen las mías, que deseases llevarme siempre en tu recuerdo, que en cada instante sintiese nostalgia de mí, pero…
Ha sido un privilegio comprobar que al anochecer mis mejillas encontraban en tu pecho su descanso. Ha sido un placer, despertar y ver que el sol anidaba en tu cabello y que la alborada se escondía en tu sonrisa. Ha sido mi delicia saberte en mi cuerpo y en mi alma.
Y hoy, entre mis sábanas, estoy soñando con tu olor… Quizás te añore, pero estoy segura, como dice el bolero, que entre tu y yo ya no hay nada personal.
Dejo esta carta, la última que escribo, en un libro, ya sabes que el mar me queda lejos, y espero que la magia del destino la lleve a tus manos. Para entonces ya seré polvo enamorado. Recibe un cálido beso del color de la puesta de sol. Betisa.
Respiré profundamente, por un momento sentí que me faltaba el aire. Volví a doblar la carta con la suavidad de una caricia, la introduje en el sobre consciente de su fragilidad, necesité olerla por última vez… Abrí el libro por la página ciento veintitrés, dejé en ella aquel mensaje… Y mis manos devolvieron el volumen, encuadernado en piel, al estante. El destino me permitió conocerla, pero no podía olvidar que su sino era esperarlo a él.



domingo, 3 de mayo de 2009

Una noche de seducción.






Una noche de seducción
29 de abril de 2009.


Mi vida se compone de una suma de abriles, por eso que no cumplo años, y no me preocupa el paso del tiempo. Es una enorme ventaja construir la vida sumando primaveras, porque es un constante renacer. Mi madre me parió el día que la UNESCO eligió para tributar homenaje a la danza, al único idioma que todas y cada una de las personas de este mundo sabemos hablar, el lenguaje innato de nuestros cuerpos y de nuestras almas, el de las generaciones que nos precedieron y el de las que nos sucederán. Un día dedicado a cada canto, a cada impulso, a cada instante que nos han incitado a movernos. Está dedicado a los niños y niñas que fuimos y que, irremediablemente, terminaban dando vueltas con los ojos cerrados y los brazos extendidos, intentando buscar la sincronización con el movimiento de las estrellas. Está dedicado a cada ser que, al margen de sus ideas, sexo, formación, nacionalidad, lengua, color de piel… es capaz de transformar las tradiciones de su pasado en historias del presente y en sueños para el futuro.
Unos días antes de soplar las velas de la tarta, recibí un anticipado regalo, dos invitaciones para la inauguración del nuevo teatro "Isidoro Máiquez" con el que se honra la memoria del actor cartagenero que falleció en Granada en 1820, y que forma parte del Centro Cultural Caja Granada.
Mi regalo estaba dentro de esa maravillosa caja escénica, producto del talento de Alberto Campo Baeza, mi arquitecto favorito, de casi 18 metros de profundidad, de casi 16 metros de anchura y casi 13 metros de altura. Al contrario que el edificio administrativo, que es una gran caja que atrapa la luz y la proyecta en el alabastro, el teatro es una caja negra capaz de transformarse de teatro en plató de cine, de sala de conciertos de rock en espacio escénico para ballet. Y este era, precisamente, el acto programado con un sugerente titulo "Una noche de seducción".
Bajo la dirección del coreógrafo Thierry Malandain, el prestigioso Ballet de Biarritz, presentó dos historias, la de un hombre que se define como libre pensador y mujeriego, y la de una mujer que se regenera en el amor. Sabíamos que una de las principales características de Malandain, como coreógrafo, es su habilidad para adaptar obras clásicas, que disponen de un mensaje intemporal y crear una coreografía de baile contemporáneo.
Así disfrutamos de dos piezas en las que se reunieron dos personajes simbólicos de la literatura universal, la sensual gitana Carmen de la novela de Prosper Mérimée, que sirvió de inspiración para el libreto de la ópera homónima de Georges Bizet, y el libertino y seductor Don Juan, cuya autoría se atribuye a Tirso de Molina en la obra El burlador de Sevilla, y que fue reelaborado por Molière. Mediante esa asociación asistimos a una velada en la que la intrépida heroína y el eterno seductor, intentaron conciliar amor y libertad sobre unas inesperadas músicas de Schubert y Gluck.
Percibimos el amor, la pasión y la muerte. La seducción era el hilo conductor de las dos historias, la del hombre que se deja llevar por el instinto básico, y la de la mujer que busca el amor sin concesión.
El escenario se inundó de expresividad y color. Amarillo, símbolo de mal fario, y negro luto, fueron los colores que tomó la música Franz Schubert, para representar a Carmen. Una mujer dotada de una naturaleza ferozmente independiente e irreverente, cargó la atmósfera de erotismo y sensualidad, mientras se precipitaba hacia una salida fatal.
La escenografía de Don Juan, compuesta por mesas y banquetas de base triangular, proporcionaba múltiples utilidades en la creación de espacios escénicos. Los momentos más apoteósicos se produjeron en las escenas grupales de luto, seducción y muerte, donde el color negro, blanco y rojo del vestuario realizaban una aportación definitiva.
Mis sentidos estaban despiertos y receptivos, disfruté cada segundo de las dos horas de espectáculo, y cuando abandonamos la caja en la que recibí mi regalo de cumple abriles, supe lo afortunada que era por haber nacido en el día dedicado a la danza. Extendí los brazos, miré al cielo buscando mi estrella, respiré profundamente el aroma de la noche y giré sobre mi misma.

Isidoro Máiquez