viernes, 22 de mayo de 2009

Sucumbir a la magia de las ruinas.






Sucumbir a la magia de las ruinas.
12. 05. 09

El Imperio Romano y todo lo que de él dimana, sigue siendo un importante motivo para viajar y pisar historia, una razón para el apasionamiento… De hecho especialistas en historia, arqueología, literatura, dirección de cine… beben en su legado buscando la inspiración. No existe una etapa más estudiada, admirada y recreada que esta. Y no es pura casualidad. Basta acudir a un museo romano para darse cuenta de lo increíble que fue esta civilización. Por supuesto no es necesario salir de Guadix, ciudad romana en esencia pero conocer el corazón de Extremadura, que para mí es Mérida; pasear por las altas e intactas murallas de Lugo; imaginar los animados debates en el Foro de Tarragona… tiene un saborcito de aventura a través del túnel del tiempo que me seduce, y termina conduciendo mis pasos a alguno de estos lugares.
Acabo de regresar de Caesaraugusta la única ciudad que gozó del privilegio de ostentar el nombre completo del emperador Cesar Augusto y que posiblemente se fundó en el quincuagésimo cumpleaños del mismo, un 23 de diciembre del año 14 antes de la era cristiana.
En vez de transitar a pie por las vías de Hispania, decidimos hacerlo por la habilitadas para el tren de alta velocidad, que partiendo de Málaga, nos colocaba en nuestro destino en poco menos de cuatro horas. Hizo parada en Córdoba y, como un buen augurio, comprobamos que el descubridor del teatro romano de Julia Gemella Acci, el arqueólogo Antonio López, se subía al tren. Tampoco era la primera vez que recorríamos juntos un camino hacia lugares de imponente legado, hace algún tiempo realizamos parte de la Vía de la Plata, buscando el Templo romano de Diana en Évora, Portugal.
Cuando por fin llegamos a la modernísima estación intermodal de Delicias, nos impresionó su claridad, su altura, su limpieza, y sobre todo sus más de 600 metros de largo. De nuestro boquiabierto asombro nos sacó el marcado acento de las gentes que por allí caminaban. Y así nos dirigimos al hotel que estaba junto a la Basílica del Pilar, puerta a puerta con "El Museo del Foro" Esa primera noche en Zaragoza paseamos por la ribera del Ebro, sobre su puente de piedra, y a la luz de la Luna dibujamos los recorridos de los siguientes días y sus noches.
El Ayuntamiento realiza una sugerente oferta arropada por el titulo "Museos de la Ruta de Caesaraugusta" Por siete euros puedes visitar, en varios días, los museos del Foro, del Puerto Fluvial, las Termas y el Teatro.
Este es espectacular, y como el nuestro, apareció un día por sorpresa, en el año 1972. Construido en el siglo I, en época de Tiberio, tardaron treinta años en finalizarlo. Llegó a ser uno de los más suntuosos de la Hispania romana, y con capacidad para 6.000 espectadores. Su decadencia comenzó en el siglo III, momento en el que se tomaron sus piedras para recrecer las murallas y otras edificaciones, ¿no te resulta curiosa esta coincidencia? Tras su reaparición, ha sido acondicionado para ser visitado, albergando un museo que explica su historia, sus secretos y sus sueños. Se inauguró en 2003. Está protegido por una cubierta de policarbonato traslúcido, a gran altura, apoyada sobre una malla sostenida por postes metálicos tubulares ¿también deberemos esperar en Guadix treinta años para verlo resurgir de sus escombros?
Dicen que su acústica era perfecta para la representación de obras dramáticas, y tuvimos la oportunidad de imaginarlo en su plenitud y rememorar su atmósfera, gracias a una recreación del teatro romano, al aire libre, proyectada sobre diez grandes pantallas desplegables.
Cuando vuelvo a casa, leo que la Delegación de Cultura reconoce la singularidad del teatro romano de Acci, y propone que sea protegido, por una figura legal específica, porque es un monumento de primer nivel en el contexto de los diez teatros que se conocen en Andalucía. Los otros están en Málaga capital; el de "Acinipo", en Ronda la Vieja; y el de "Barba Singilia" en Antequera. En Cádiz el "Baelo Claudia", en Tarifa; el de "Carteia" en San Roque; y el de la capital "Gades". En Sevilla el de "Itálica" en la localidad de Santiponce; y el de "Urso" en Osuna. Finalmente el de Córdoba. Vitrubio estaria orgulloso viendo que su libro quinto del Tratado de Arquitectura, donde analiza la forma de construir teatros, tiene tantas manifestaciones.
Cierro los ojos y recuerdo la estimulante experiencia vivida en el teatro de Caesaraugusta, quizá algún día, cuando los abra, pueda evocarla mientras se representa una comedia en el de Guadix.
Algo parecido a lo que se produce al besar a una rana, como la mascota de la Expo de Zaragoza.