

La esclavitud del siglo XXI: Journey
He pasado unos días en Madrid, como cada mes de diciembre. Me encanta su ambiente en vísperas de fiesta. Además de asistir a las reuniones que tenía programadas, participé en la manifestación organizada por los sindicatos el día 12, por lo que pude acercarme a la Cibeles sin que el agobiante tráfico que habitualmente la rodea, me lo impidiese. También disfruté con la maravillosa colección de conchas que reunió Pablo Neruda durante su vida. Y visité la instalación “Journey” que montaron el Ministerio de Igualdad y la Fundación Helen Bamber en el Paseo de Coches del Retiro, la comisaria era la extraordinaria actriz Emma Thomson, y esto es lo que quiero compartir contigo.
En “Journey” compartíamos el viaje físico y emocional que realiza una víctima de la trata de personas con fines de explotación sexual. A través de siete vagones-contenedores, dispuestos en línea, nos acercábamos de una forma muy subjetiva, a la durísima experiencia vivida por Elena, la escalofriante vivencia de una joven moldava que con 18 años, sin conocer el idioma, y reclutada para trabajar en un supermercado, fue obligada a prostituirse en Londres, teniendo que mantener relaciones con cuarenta hombres cada día. Mi particular viaje por estos contenedores ha sido de una tremenda crudeza, no me resultó fácil enfrentarme a la sórdida y brutal experiencia. Cada uno de los contenedores representaba un capítulo: Esperanza, Viaje, Uniforme, Dormitorio, Cliente, Estigma y Resurrección. Sin duda pude percibir el olor del miedo, escuchar el aislamiento y el desamparo, notar la boca ácida por el repugnante sabor de la brutalidad, tocar el sufrimiento y la agonía, y ver lo invisible.
La trata de personas con fines de explotación es la tercera actividad ilegal en volumen de negocio, sólo superada por el tráfico de armas y de drogas. Alrededor de dos millones y medio de personas, son víctimas de esta “esclavitud del siglo XXI”.
La trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual, constituye una de las vertientes más crueles de este ilícito comercio. Es, en realidad, una manifestación más de la situación de desigualdad en la que se encuentran las mujeres en muchos lugares del mundo y constituye una clara expresión de la violencia de género. Es una de las más escandalosas y sangrantes formas de reducción del ser humano a simple mercancía y representa una de las violaciones más graves de los derechos humanos.
Sabemos que en los últimos años han surgido pisos, salones de masajes, saunas… en los que se ofertan servicios sexuales, principalmente por medio de anuncios en prensa. Asimismo, se han instalado cientos de establecimientos de carretera dedicados a la prostitución, lo que permite apreciar un incremento de la actividad en España. Soy partidaria de la legalización de la prostitución, y de que las mujeres que los deseen puedan ejercerla con libertad dentro de la ley, pero la esclavitud sexual nada tiene que ver con esta premisa.
Según estimaciones policiales, el 90% de las mujeres que trabajan en esos lugares son extranjeras. Más de la mitad americanas (colombianas y brasileñas), la tercera parte serían europeas (rumanas y rusas) y el resto africanas (nigerianas y marroquíes). Son captadas en sus países de origen aprovechando la pobreza, los bajos niveles educativos y dificultades para poder emigrar de forma regular.
Porque la explotación sexual requiere de una estructura para la captación, trasporte y mantenimiento de las mujeres, como consecuencia, la explotación sexual es una actividad especialmente atractiva para los grupos criminales organizados. Son quienes facilitan a las mujeres la financiación del viaje y los documentos necesarios para entrar en España (pasaportes, visados Schengen, cartas de invitación...), contrayendo la víctima una deuda que se convierte en la coartada para la explotación, al ser incrementada arbitrariamente y complicarse su devolución.
Cuando llegan a España se les retira su documentación y son trasladas al club de alterne, se las somete a un control que incluye encierros, prohibición de relacionarse con personas fuera del entorno, amenazas y agresiones con las que se las “convence” de que el mundo exterior es hostil y no deben hablar de su situación con nadie.
Lamentablemente existe una cierta tendencia a considerar a las mujeres prostituidas como responsables de su propia situación. Como consecuencia soportan una doble carga: por un lado su propia situación de personas explotadas, y por otro la estigmatización y el rechazo social. La vergüenza ata a las víctimas con sus verdugos, por lo que es necesario buscarlas para ofrecerles ayuda, darles la protección que necesitan y proporcionarles las herramientas para reconstruir su dignidad. Tu y yo no podemos mantenernos al margen.
Hombres y mujeres por un mundo mejor.
Ana María Rey
23.11.2009
Me han preguntado algunas veces cómo es posible que una mujer que, como yo, tiene hijos varones, luche a brazo entero, con la pluma y la voz desenvainadas en las filas del feminismo.
Yo no encuentro contradicción entre el profundo amor que siento por mis hijos y una lucha en la que pretendo hacer valer mis derechos y los suyos. Porque ser feminista es creer y trabajar por un modelo social en el que hombres y mujeres tengamos las mismas obligaciones, las mismas oportunidades, igual derecho a ser felices y vivir en paz.
Porque soy feminista quiero que mis hijos reciban una educación, en la que nos implicamos su padre y yo, en la que aprendan que ser hombre no impide ser dulce, sensible, cariñoso… sabiendo que socialmente está peor visto que dos niños se besen a que se peleen en el patio de recreo. Quiero que sepan disociar la masculinidad de la rudeza, del honor que se aloja en la entrepierna de las mujeres, del control, del dominio o de las agresiones. Quiero que aprendan a atender sus necesidades domésticas, porque no es más difícil manejar la lavadora, la plancha o la olla exprés, que elaborar una base de datos, usar la cámara de fotos digital, o andar en bicicleta. Adquirir muchas y variadas habilidades los hace más autónomos y por tanto más libres. Quiero ayudarles a reconocer el dolor y la angustia, a expresar los sentimientos y pedir ayuda, buscando activamente apoyo o consejo, porque crecerán con más seguridad si saben lo que les pasa, conocen como enfrentarse a lo que sienten, y no dudan que quienes les amamos estamos a su lado. Quiero que reflexionen sobre la heterosexualidad, que no es sinónimo de masculinidad, ni motivo de orgullo, ya que en el mejor de los casos solo es la expresión de la orientación del deseo sexual, y que sea cual fuese su opción, yo la respetaré, como espero que ellos respeten a quienes sean diferentes. Quiero insistirles en que para tener relaciones sexuales hay que pedir permiso y prepararse para aceptar las negativas, porque la otra persona es importante y su opinión y deseos también, y que no es cierto que cuando dice “no” es un quizás y un “quizás” un sí, si son insistentes.
Quiero que aprendan a cuidarse y a cuidar, así como a ponerse en el lugar del otro para poder satisfacer sus necesidades. Porque si algún día deciden asumir la responsabilidad de tener hijos tendrán una oportunidad inigualable de desarrollar los sentimientos y su expresión, no les importará colocarse en situaciones y poses ridículas para calmar un llanto o arrancar una carcajada. Quiero que sepan que la paternidad responsable significa el establecimiento de relaciones igualitarias dentro del hogar, y que los bebés además de hacer gracias también hacen cacas, y que hay que limpiarles el culo. Quiero que aprendan que es mejor cooperar que dominar y repartir que acumular.
Espero que ejerzan su derecho a ser diferentes al resto de los hombres y de las mujeres, pero igual a ellos y ellas en derechos y deberes. Que ejerzan su derecho a frenar sus impulsos y decidir reflexivamente si quieren expresar su tristeza, miedo, rabia y desesperación con lágrimas o palabras y no dando puñetazos o rompiendo una farola. Espero que ejerzan su derecho a ser personas cooperadoras y solidarias con sus congéneres, sin necesidad de proteger a nadie que no necesita ser protegida nada más que por las leyes, la justicia y las fuerzas del orden. Espero que ejerzan su derecho a ser personas pacíficas y se nieguen a involucrarse en acciones violentas salvo que sea en defensa propia. Espero que ejerzan su derecho a pedir perdón y a retractarse. A vivir dignamente, sin que les exploten, ni les manipulen, ni les envíen al paro o a la pobreza. Espero que ejerzan su derecho a no competir con nadie con el fin de llegar a ser ricos, famosos o poderosos. A disponer de más tiempo libre para cuidar su salud, y disfrutar del placer de la privacidad, y de las relaciones compartidas. Que se den cuenta que la vida es un regalo y cada día una oportunidad de sentirnos parte del universo y que esto les obliga a no desperdiciar un solo segundo de ese tesoro. Aspiro a que se les trate con el respeto que merecen como personas y no como machos o sementales. Sobre todo deseo que sepan que su madre, desde el feminismo, los ama profundamente y por eso trabaja para que vivan en un mundo mejor.
¡Despertad de vuestro sueño, durmientes!
Ana María Rey Merino.
10.9.2009.
Tengo una amiga judía, me informa que se acercan los días Yamim Noraim, que son los comprendidos entre dos importantes celebraciones de su religión, el año nuevo Rosh Hashaná y el día del perdón Yom Kipur, que se señalan como “los días temibles” por ser el momento en que Dios juzga al mundo y decreta lo que sucederá en el transcurso del nuevo año. Son diez días de auto-examen y de contrición espiritual.
Rosh Hashaná es el cumpleaños de la Humanidad, el aniversario de la Creación, que se celebra el primero y el segundo día de Tishrei. Así se llama al primer mes del otoño boreal, cercano al 21 de septiembre en que el día y la noche tienen la misma duración, y que este año comenzará al atardecer del día 19 y terminará al anochecer del 20.
El precepto bíblico especial más identificado con Rosh Hashaná es el de hacer sonar el Shofar, instrumento realizado con el cuerno de un cordero que acompaña la plegaria matutina. El sonido de este cuerno, llama a la comunidad judía a la meditación y al arrepentimiento, porque Rosh Hashaná es el primero de los días dedicados a realizar el balance de las acciones individuales. Según Maimónides, el sonido del shofar en este día tiene un significado profundo que dice “Despertad de vuestro sueño, durmientes... y meditad en vuestros actos: recordad a vuestro Creador y retornad a El en penitencia”
Rosh Hashaná es el primer día del año, y en él se manifiestan costumbres que simbolizan los deseos del corazón para el año entrante. Se come una cabeza de pescado o de oveja y se dice: “que seamos cabeza y no cola”; una granada llena de granos para “que se nos aumenten los méritos como los granos de este fruto”; se moja la manzana en miel y se desea: “que comience un año bueno y dulce”; y se comen dátiles y se recita “que se acaben nuestros enemigos”
Me resulta curioso lo que llaman las reglas Kósher, que regulan el empleo de los alimentos, y que están dictadas por las leyes divinas de la Torah, desde hace más de 3500 años. En ellas se establece que los alimentos se dividen en permitidos (Kasher) y prohibidos (Taref). Pueden ingerir todos los animales que tengan pezuñas partidas en dos y que sean rumiantes, los vacunos y los ovinos, y están prohibidos los porcinos, los conejos o las ranas. Para los peces hay dos condiciones, deben tener aletas y escamas, por lo que de ninguna manera comen cazón, pulpo, calamar... Y por no tener aletas están prohibidos los mariscos, así que nada de langostinos, mejillones, almejas... Las aves no deben ser carnívoras, deben estar completamente sanas y matadas con un procedimiento llamado Shejitá. Son Kasher los pollos, gallinas, pavos, palomas o patos, y son Taref las águilas, faisanes y avestruces. Mi amiga dice "Si deseas un pollo sano, con buen sabor, compra Kasher, porque son sumergidos en agua helada durante 30 minutos, se salan para quitarles la sangre y se lavan tres veces para quitarles la sal” Todas las sangres están prohibidos, porque en la sangre está el alma de los animales, así que eliminadas la morcillas. Está prohibido mezclar platos de carne o sus derivados (besarí), con leche y sus derivados (jalabí). Besarí son las sopas de carne, las albóndigas, fiambres y hamburguesas, que no se pueden mezclar ni comer con jalabí, es decir, queso, leche, mantequilla, yogur, helados... Además no se pueden usar los mismos platos para comerlos, o cocinarlos, ni se pueden fregar en la misma tina. Hay una tercera clase de alimentos siempre permitidos, son los Parve, y a esta clase pertenecen la fruta, la legumbre, los condimentos, los huevos, zumos, el pan o el chocolate sin leche.
En Rosh Hashaná se realiza el ritual “tashlij”, el simbólico desecho de los pecados yendo a un río o a la orilla del mar o a una fuente y se recita una oración en la que se pide a Dios perdón por los pecados. Entonces se da vuelta los bolsillos, vaciándolos, simbolizando, la resolución de arrojar todas las transgresiones al mar.
Quiero imaginarme tu cara al leer este texto, y proponerte que pienses en las normas que rigen tu práctica religiosa ¿es muy diferente o tiene aspectos comunes? En realidad para ser una persona practicante del judaísmo, del islamismo o del cristianismo, hay que remar mucho, en mares distintos, pero igualmente sacrificados y buscando exclusivamente recompensas espirituales, ¿o quizá no?
Guadix pluricultural y multietnica.
12 de agosto de 2009.
Según el informe realizado por el Instituto Nacional de Estadística, en España el total de habitantes a 1 de enero de 2009 es de 46.661.950. De los cuales 5.598.691 son personas de nacionalidad extranjera, lo que representa el 12% del total. Su origen en porcentaje es el siguiente: de Europa el 44,4; de África el 17,8; de América del Norte el 0,9; de América Central y Caribe el 3,4; de América del Sur el 28,1; y de Asia el 5,2. Los datos de personas apátridas y de las que proceden de Oceanía son tan pequeños que no los reflejo. La distribución por país de origen y porcentaje en relación al total de población extranjera es la siguiente: Rumania 14,2; Marruecos 12,7; Ecuador 7,4; Reino Unido 6,7; y Colombia 5,2
Respecto al sexo de la población extranjera los datos nos informan que son más los varones que residen en España el 53,1 frente a las mujeres el 46,9. Pero dependiendo de la zona de origen son más las mujeres por ejemplo las procedentes de todas las zonas del continente americano oscilan entre el 53,5 y el 58,9. Lo mismo ocurre con los países europeos que no pertenecen a la Unión. Por el contrario el mayor porcentaje de varones proceden de África 65,2 y de Asia 61,7.
Andalucía, a pesar de ser la cuarta comunidad autónoma en número de extranjeros, se sitúa entre las regiones españolas con proporción baja de inmigrantes. Estamos inscritas en el padrón 8.285.692 y son 668.093 las de otras nacionalidades, un 8,1%. No obstante, hay que tener en cuenta que la realidad andaluza es muy heterogénea, al existir en su seno dos provincias (Málaga, con un 16,02% y Almería, con un 19,67%) que superan la media española en lo relativo a la proporción de personas extranjeros, y por razones bien diferentes, la una agrupa personas jubiladas y la otra de trabajadores agrícolas. La procedencia de esta población es la siguiente: de Europa el 54,55; de África el 20,3; de América del Norte el 0,95; de América Central y Caribe el 1,4; de América del Sur el 19,43; y de Asia el 3,2. El país de origen por orden numérico es Reino Unido, Marruecos, Rumania. Alemania y Argentina
Granada tiene una población que suma 905.285 habitantes, de la cual el 6,76 procede del extranjero, y sabemos que de Europa es el 52%; de África el 19,2; de América del Norte el 1,08; de América Central y Caribe el 1,6; de América del Sur el 22,65; y de Asia el 3,49. En cuanto al país de origen ordenado por el mayor numero de personas censadas es el siguientes: Rumania. Marruecos, Reino Unido, Bolivia y Argentina.
En Guadix somos 20.598 habitantes, 19.700 con nacionalidad española y 898 de otros países, el 4,3%. Según su origen, de cada cien personas extranjeras, proceden de Europa 47; de África el 21; de América del Norte el 1; de América Central y Caribe 6; de América del Sur 22 ; y de Asia el 3. Los cinco primeros países de procedencia son: Marruecos (138); Rumania (102); Argentina (76); Armenia (67); y Senegal (47).
Respecto al sexo de la población extranjera los datos nos informan que son más los varones el 58%, frente a las mujeres el 42%. Pero hay que concretar los datos, porque sabemos que de Senegal, Costa de Marfil, Guinea Ecuatorial y Mali solo han venido hombres jóvenes; que de Marruecos el 66% son hombres; o que el 62% personas rumanas son varones. Sin embargo de las 36 personas procedentes de Rusia el 91,6% son mujeres jóvenes. Y solo han venido mujeres, aunque pocas, de Filipinas, Korea del Sur, Paraguay, Guatemala, Grecia, Irlanda, Suecia o la República Checa.
A pesar de la escasa pesencia de población extranjera con la que contamos, para mí ha sido importante tomar conciencia de lo plural y rica que puede llegar a ser una comunidad en la que personas con tan diferentes procedencias trabajan, crean y aman.