“EVA ES LA VIDA” .
Si hay algo que me ha aturdido siempre el entendimiento, es la pretensión de que el dogma de la inferioridad de la mujer esté expuesto en el Capitulo III del Génesis versículos 1-24.
Por más que los leo la conducta de Eva es, desde el principio hasta el fin, superior con mucho a la de Adán. El mandato de no comer del fruto del árbol del Conocimiento fue impuesto solo al hombre, antes de que la mujer se formara. Por tanto la orden no le fue formulada a Eva con la solemne voz divina, sino cuchicheada por su marido.
Fue la serpiente, dotada sobrenaturalmente la que le habló. Y cuando la mujer le comenta la prohibición, la serpiente le contesta: ”Muriendo no morirás”. En otras palabras le dice que si el cuerpo mortal perece, la parte inmortal vivirá para siempre, y le ofrece como recompensa la obtención del Conocimiento. No le ofreció lujos, placeres, belleza o joyas. La tentación despertó en ella una intensa sed de conocimiento que los placeres sencillos de recoger flores y charlar con Adán no satisfacían.
Entonces Eva sin miedo a la muerte si puede alcanzar la sabiduría, toma el fruto, y durante todo ese tiempo Adán se mantiene callado detrás de ella. Si hubiese sido designado por Dios para ser el cabeza de familia tendría que haber asumido la responsabilidad de la discusión con la serpiente, pero en esa encrucijada de su destino calla.
Cuando aparece el “jefe” para requerir sobre la desobediencia, el marido gimotea echándole la culpa a Eva ¿cómo entonces se ha podido construir una teoría sobre la superioridad de los adanes?.
En fin, que esto nos pasa por dejar que sean ellos los que nos interpreten los cuentos, nunca los intermediarios han sido buenos consejeros.