Ande él caliente....
El otro día viví una situación muy curiosa en el autobús que hace el recorrido Granada- Guadix.
Una madre viajaba con su bebé de pocos meses, la criatura hurgaba inquieta entre las ropas de la chica y su cabecita se dirigía hacia el pecho. La joven captó enseguida el mensaje, se desabrocho la camisa y le dio de mamar.
La expresión que acudió a los rostros de ambos eran dignas de contemplar, por su ternura, por su calidez, por la felicidad y paz que reflejaban. Pensé que en una imagen como está debió inspirarse Rafael Sanzio para pintar sus "madonnas".
Pero esa sensación fue momentánea, porque un individuo hizo la siguiente observación:"Pobre mocoso, nunca podrá comerse todo eso", y se partía de risa pensando en la gracia que acababa de parir.La madre se sonrojo, se la notaba incómoda y enojada, estaba verdaderamente avergonzada.
Yo me pregunté ¿tiene un "tipo" derecho a provocar este manojo de sensaciones de culpabilidad en una mujer que cumple con la misión de criar y proteger a su hijo?.!Obviamente no!.
Estaba claro que un mismo hecho había suscitado reacciones y sentimientos bien distintos. Yo vi la preciosa cabecita de un bebé que encontraba alimento y seguridad en su mamá. El señor vio una enorme teta con un grandísimo pezón saltando de un lado a otro.
Mi convencimiento fue que las mujeres hemos de hacer lo que tengamos que hacer según nuestro criterio, en el convencimiento de que es difícil que ofendamos a nadie cuya opinión pueda interesarnos.