viernes, 10 de abril de 2009

Retorno a Hansala





Retorno a Hansala.
7.4.09


Ha llegado la primavera con todo su esplendor y el buen tiempo es también la señal para que cientos de pateras inicien la travesía del Estrecho, y en ellas miles de personas su particular estación de penitencia. Esta realidad se plasma en "Retorno a Hansala" la nueva película de la cineasta granadina Chus Gutiérrez, a cuyo estreno me invitaron la semana pasada.
Es el segundo trabajo sobre la emigración que acomete, después de "Poniente", y surge a partir de la noticia de un periódico en el se narraba la aventura de un empleado de tanatorio, que tras el hundimiento de una patera y la identificación de uno de los cadáveres, gracias a un número de teléfono, inicia un viaje a Marruecos con el cuerpo y las ropas de los otros fallecidos en el naufragio. El hermano del difunto le acompaña y cree que muchos de los muertos son de la misma zona, por lo que es posible que la gente identifique a sus familiares a través de las ropas. Con esta información Chus supo que tenía que ponerse la cámara al hombro.
La película parte de la necesidad de contar una situación que ocurre y seguirá ocurriendo mientras el mundo sea igual de injusto y nuestros gobernantes igual de hipócritas, mientras se siga dando la espalda a la realidad, y construyendo muros y fronteras. Porque ninguna de ellas evitará que alguien se vaya del lugar en el que no quiere estar.
La directora se planteó la búsqueda de los verdaderos protagonistas. Supo que en Hansala había ocurrido algo muy parecido a lo que recogían las paginas del diario. En una sola patera esta comunidad había perdido a trece hombres. Es una pequeña aldea beréber a los pies del Atlas, a ochocientos metros de altitud, en la provincia marroquí de Beni Mellal. A ocho horas de Algeciras. La vida de sus gentes suele transcurrir al ritmo de los olivos y los manzanos que hay sembrados en su valle. Una vez a la semana, los varones bajan al pueblo más próximo, para vender lo poco que producen en el mercado. Este lugar perdido en las montañas, vive en la más extrema pobreza y abandono institucional. Sin luz, sin agua, sin médicos, se mantienen viva gracias a la solidaridad y el apoyo mutuo, compartiendo absolutamente todo lo que tienen. Chus Gutiérrez llegó a Hansala en diciembre del 2006. Estaba terminando el guión. Durante cuatro días compartió, con su equipo, la vida de la gente de la aldea. Personas queSaid que nos acogió en su casa y nos brindo, con una naturalidad olvidada, su cálida hospitalidad. carecen de todo lo que a nosotros nos parece "imprescindible" En la casa de Said, su anfitrión, que años antes había perdido un hijo ahogado en las playas de Rota. La comida que había se compartía, como el tiempo, la curiosidad de conocerse, y la necesidad de comunicarse a través de gestos, de miradas, de sonrisas. En casa de Said nadie tenía espacio propio, todo allí es colectivo. Las habitaciones están vacías de muebles, con el suelo cubierto de alfombras, y se transforma según la necesidad del momento. Una pequeña mesa aparece y desaparece a la hora de las comidas. Cojines apilados se reparten a la hora de dormir, y las mantas, montañas de mantas, hablan de la hospitalidad, una persona una manta. La casa de Said tenía la puerta abierta para una visita, un familiar o un amigo. Siempre había un té caliente como signo de acogida y un pedazo de tiempo que regalar a quien llegaba. Aquellas gentes poseen algo que aquí hemos perdido, saben estar en la vida, preocuparse exclusivamente del momento, sin hacer concesiones al pasado o al futuro, y eso les aporta calma y la sensación de disfrutar de lo que están haciendo. Pero para los más jóvenes no es suficiente.
La película mezcla la ficción y el documental. Reales son parte de los protagonistas. Ficción la muerte en el mar rodada por las cámaras. Real la desesperante inspiración del día a día. Ficción la felicidad en la tierra prometida. Real la existencia de quienes negocian con la esperanza.
Habla de la frontera de África, pero esta situación se puede dar en cualquier país del mundo. Habla de cultura, de sentimientos, de anhelos, de esperanzas, de dolor… común para todas las personas.
Ve a verla, y luego pregúntate ¿qué es la semana de pasión?,¿cómo se nos puede llenar el pecho de lazos defendiendo a no nacidos, mientras volvemos vergozosamente la cara y el bolsillo ante el sufrimiento y el hambre de los nacidos? y finalmente, si dios omnipresente, ya sea hombre o mujer, está de verdad en todos los lugares "por igual"