domingo, 5 de abril de 2009

Para ti Dora Saavedra.






Para tí Dora Saavedra
31.3.09


Guadix posee un potente y bien articulado movimiento asociativo de mujeres. Cierto es que no ha aparecido por generación expontánea y que son muchos los esfuerzos realizados por las señoras de la ciudad para remover cuantos obstáculos han encontrado, y siguen encontrando en el camino. Pero las ideas claras, el compromiso y la constancia en el trabajo, siempre dan sus frutos. Y el lunes pudimos recoger uno sabroso y maduro. Una mujer, una de las nuestras, era el centro del universo y recibía el reconocimiento público de hombres y mujeres que creen que otro mundo es posible. Enhorabuena Dora Saavedra. El Alcalde, los concejales y concejalas de todos los grupos políticos, la directora del Instituto de la Mujer en Granada, la Diputada provincial de la Mujer, las presidentas de todas las asociacianes, muchas mujeres y hombres lo celebramos contigo. Y yo quiero dar fe de ello.
Me gusta tu estrategia de soñar despierta, para vislumbrar un futuro prometedor. Sabes que soñar sigue siendo una práctica subversiva, en la que es inevitable encontrar una deliciosa, pero lícita, peligrosidad. Sabes que siendo perseverante en el sueño se podrán abrir ranuras incluso en las armaduras y corazas más impenetrables. Pero me gusta más aún saber que no permites que nadie te convenza de que abandones el camino de los sueños que dan luz a tu vida, y que sigas confiando en el poder de tu imaginación, que evidentemente es tuyo y solo administras tu.
Me gusta tu táctica de combate. Hablar, escuchar y construir con el diálogo un puente sólido, seguro e indestructible hacia una sociedad en la que convivamos como iguales hombres y mujeres.
Te consta y sabes, y nunca lo olvidas, que tu destino fértil, es ofrecer tu mano, tu sonrisa, tu vitalidad y tu experiencia a quien decida unirse a esta nuestra causa, que es la causa del mundo.
Como una hiedra sigues trepando el muro de las injusticias en la búsqueda de ese sol perpetuo que anuncia la dignidad de las mujeres. Sabes que unas somos la continuidad de otras, que en las costuras que nos unen se ha ocultado la historia de las mujeres, y trabajas incasablemente para hacerla visible.
Que bella y poderosa te vi en el escenario del Mira de Amescua reproduciendo el discurso de Clara Campoamor, reivindicando nuestro derecho al voto. Y tuve que aplaudirte hasta dolerme las manos porque en ti recibía ella el aplauso que en su día se le negó.
Tu y yo llevamos, desde hace demasiado tiempo, un lazo blanco en la solapa, un lazo que representa nuestro grito desesperado ante la continua masacre de mujeres; un lazo blanco para que no veamos más sangre derramada por el suelo; un lazo blanco que aspira a que los hijos e hijas regalen flores a su madre el día en que cumplen años, y no tengan que llevárselas a la tumba; un lazo blanco que proclama el derecho de las mujeres nacidas y crecidas, las de pechos en el pecho, a morir de viejas en sus camas; un lazo blanco por el que reivindicamos el derecho de todas las mujeres del mundo a poder decidir por si mismas, a no ser consideradas inferiores, a no ir a la cárcel por tomar decisiones sobre sus vidas y sus cuerpos.
Solo cuando trasgredimos alguna orden patriarcal, tu y yo somos conscientes de que el futuro se vuelve respirable. Porque sabemos que obedecer a ciegas las normas que no nos tienen en cuenta, puede dejarnos ciegas, y somos conscientes de que solo podremos crecer en la osadía. Y cuando lo hacemos, gozamos y lo celebramos, porque somos de ese tipo de mujeres que nos resistimos a salir de este mundo sin disfrutar nuestras minúsculas victorias, de las brevísimas cúspides de gloria, de los efímeros instantes de felicidad. Y esto es así, por justicia cósmica, porque lo hemos luchado, conquistado, y nos premiamos y aplaudimos por ello.
No desesperes, porque a veces tu vida parezca escrita a trazos, con borrones, con tachaduras, con imperfecciones... sigue leyendo, detente en las admiraciones, las interjecciones, los interrogantes y los paréntesis... disfrútalos, y también los abrazos, las caricias, las sonrisas y los aplausos que descubres en cada párrafo. Porque a pesar de los pesares la vida es bella.
La ciudad ha reconocido tu compromiso en la lucha por la igualdad, y desde el lunes estás en el cuadro de honor de las mujeres que abren puertas y ventanas a la justicia.
Suscribo lo que te dijeron Isabel Alcocer y Juan Martinez, la una con palabras, el otro con imágenes y música: eres la mujer que piensa y tus ojos encenderán luciérnagas.