Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
30 de junio de 2009
La pantalla del teléfono móvil se enciende, el chivato dice que es Fernando, estoy aburrida de esperar un autobús urbano que no llega, así que me alegro de poder hablar con él. ¿Dónde estás? Me pregunta. En la calle, le contesto. Entonces te llamo luego, dice. No, cuéntame, insito.
Unas horas más tarde subimos al cementerio de Granada para despedir a mi compañero, mi amigo, mi confidente, mi Alcalde, a José Luis García Raya.
En la ceremonia civil, su hija tomó la palabra para recitar, emocinada y sacando fuerzas del fondo de su alma, el poema de Konstantínos Kaváfis, con cada verso pasaban fugaces por mi cerebro las experiencias vividas en común, que naufragaban entre lágrimas.
Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca/ debes rogar que el viaje sea largo,/ lleno de peripecias, lleno de experiencias.
Imposible mencionar siquiera los lugares que conociste, siendo viajero y no turista, mirando con curiosidad y aprendiendo a cada paso. Europa, América Central, América del Sur… Pero yo te veo en Galicia, en la Catedral de Santiago de Compostela. Tenía interés en que observases el botafumeiro en pleno vuelo. Al entrar, escuchamos la voz de Rouco Varela hablando de Guadix y de sus cuevas. Sorprendidos, prestamos atención, y supimos que se trataba de una ceremonia en recuerdo de Pedro Poveda. ¡Qué mágica coincidencia que ese día estuviera en la tierra meiga el Alcalde de Guadix!
No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes, ni la cólera del airado Posidón./ Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta/ si tu pensamiento es elevado, si una exquisita / emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo./ Los lestrigones y los cíclopes/ y el feroz Posidón no podrán encontrarte/ si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,/ si tu alma no los conjura ante ti.
Efectivamente, tu alma generosa no tenía ogros que la torturaran, y por eso el noble arte de la política tuvo en ti un intérprete leal, hábil en el diálogo enriquecedor, practicante del debate con argumentos, por eso pudiste ser diputado nacional, y eurodiputado, y asesor parlamentario de la ministra de Fomento Magdalena Álvarez, y sobre todo Alcalde de la ciudad en que naciste.
Debes rogar que el viaje sea largo,/ que sean muchos los días de verano;/ que te vean arribar con gozo, alegremente,/ a puertos que tú antes ignorabas./[…] para aprender, y aprender de quienes saben./ Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:/ llegar allí, he aquí tu destino.
Comprabas especias para seducirnos al condimentar tus ideas y alimentar nuestro cuerpo democrático. Por ti recuperé la creencia de que la politica es servicio honesto a la comunidad. Guadix Clásica para que bebiesen música nuestros corazones. Trabajo duro para fortalecer la musculatura de la ciudad y contagiar el orgullo de pertenecer a ella a todos los hombres y mujeres que la habitamos. Siempre en tus labios: Guadix, tan cerca. Quizá así convenciste al Rey y a la Reina Sofía para que nos visitasen.
Mas no hagas con prisas tu camino;/ mejor será que dure muchos años,/ y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,/ rico de cuanto habrás ganado en el camino.
Caminando es como dejaste amistad, confianza, muchos y muy buenos recuerdos en todas las personas que tuvimos la oportunidad de trabajar a tu lado, codo a codo en mil proyectos, decías que ese era parte de tu tesoro. Recuerdo cuanto disfrutamos al poner en marcha el consultorio médico y el “Centro Infantil Gloria Fuertes” en el barrio de las Cuevas.
Solo hacía tres días que me llamaste, querías que cenáramos juntos en tu casa de la playa. Para persuadirme dijiste: en media hora estás aquí, con la recién inaugurada autovía ya no hay distancias, sin duda tardarás más en encontrar aparcamiento en cualquier restaurante de Granada. Además, cocinaré para ti, y ya sabes que soy muy bueno entre fogones. Te enseñaré esas bellísimas caras que me hacen gozar del nuevo papel de abuelo. Luego pasearemos por la playa, y disfrutaremos de la Luna, de los secretos del mar y de la caricia suave de la brisa. Estabas feliz y efervescente. ¡Vale, vale! No insistas que ya estoy convencida. Antes de que termine el verano nos vemos. ¿Cómo que antes de que termine el verano? replicaste. ¿No puede ser antes de que termine este mes? Ya veremos, dije sonriendo, halagada por tu cariñosa insistencia…
No has de esperar que Ítaca te enriquezca:/ Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
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