¿Problema o patrimonio?
3.11.2009
A finales del mes de junio escribí un artículo titulado “Iniciativa Urbana Cuevas de Guadix”, en el que daba cuenta de la primera reunión del Comité de Ciudadanía constituido como órgano de participación de carácter consultivo. Te recuerdo que el plan Urban es un proyecto de desarrollo urbano que persigue cuatro objetivos: la regeneración urbana de las cuevas; potenciarlas como recurso de desarrollo local; la promoción turística de las mismas, y la implicación de la ciudadanía en el diseño y puesta en marcha de las actuaciones de este proyecto. Pero desde hace cuatro meses no hemos sabido nada más.
En aquella reunión le dije al Alcalde y a su equipo que no podíamos desperdiciar esta oportunidad, porque sería el segundo fracaso, después del protagonizado por la incompetencia del alcalde de finales de los años ochenta.
Las cuevas de Guadix me enamoraron hace más de un cuarto de siglo, cuando todavía tenían características propias del tercer mundo, pero que también dejaban entrever su belleza natural y su enorme valor patrimonial. Sin embargo las gentes de Guadix no tenían muy claro que fueran algo bueno, de hecho la Barriada de Andalucía nació como alternativa “civilizada” a las viviendas en cueva, en un intento de desalojarlas y pasar por ellas una apisonadora.
He recordado esto mientras asistía al seminario “Patrimonio Rupestre y Paisajístico: Tutela y valorización sostenible” celebrado en la ciudad italiana de Matera. Si sientes pasión por el cine quizá la ciudad te resulte familiar porque en ella rodó Mel Gibson la película “La pasión de Cristo”, pero si tu afición es la lectura, en la obra de Carlo Levi “Cristo se paró en Éboli” también la reconocerás.
El descubrimiento de un lugar tan particular me deja sin aliento. Sus antiguos barrios de cuevas, los Sassi, con más de nueve mil años de antigüedad, son una fascinante escultura de gigantesca dimensión, realizada sobre toba, llamada allí “tufo”. Construidos al abrigo de los pequeños valles kársticos sobre la ribera derecha de un barranco, que llaman “gravina”, presentan, como laberintos superpuestos, los callejones, plazas, cuevas, e iglesias rupestres con frescos bizantinos, que se hunden en las entrañas de la tierra. Detrás de cada puerta se esconde una maravilla arquitectónica. Los tipos de viviendas (cuevas, casas con patio, casas adosadas, palacios y palacetes) se diferencian tanto por el periodo histórico de referencia, como por la posición orográfica.
El arquitecto Lorenzo Rota del Instituto Nacional de Urbanismo y el responsable de la Oficina Técnica de Cuevas del Ayuntamiento de Matera, Giuseppe Gandi, nos contaron que en ellas llegaron a vivir dieciséis mil personas en condiciones infrahumanas, lo que obligó al gobierno italiano a desalojarlas entorno a 1950, mediante una ley especial por la que se estableció la construcción de nuevos barrios en los que se realojó a la población en las colinas que rodeaban la ciudad. Tras un abandono de más de veinte años, las élites intelectuales de la ciudad clamaron por su recuperación y se inició un proceso de revitalización, con un concurso internacional de ideas para la rehabilitación de los Sassi, que así han sido revalorizados y recuperados con numerosos trabajos de restauración y reestructuración. El esfuerzo fue premiado, siendo declaradas las cuevas de Matera, por su valor histórico y urbanístico, Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1993.
Si Guadix quiere hacer de las cuevas un motor económico para su desarrollo, es imprescindible tomarse el asunto en serio. Es obligatorio garantizar que un elemento patrimonial tan importante goce de una tutela urbanística especial, y sin duda, de esta experiencia italiana se puede aprender mucho. Pero además hay que coordinar los diferentes recursos existentes como el Plan Urban, la Iniciativa de Turismo Sostenible “Paisajes Troglodíticos” que auspicia la Consejería de Turismo Comercio y Deporte, y la Estrategia de Actuación Global de la Comarca de Guadix. Nunca hemos tenido tanto para propiciar la puesta en valor de las cuevas, lo que no tengo claro es que nuestros responsables políticos sepan trabajar en equipo y de forma coordinada para sacar el mejor rendimiento.
Para hoy esta convocada la jornada “Trogloditísmo Vivo: estrategias para su pervivencia” que impulsa el Grupo de Desarrollo Rural de la Comarca de Guadix, puede ser un buen momento para la reflexión.
Y esto me lleva de nuevo a Matera, desde la ventana de la cueva 405, en el corazón del Barisano, mis ojos se enamoraron de la sinuosa y enigmática ciudad que ha sido capaz de renacer de sus cenizas, y de allí me he traído una sana envidia y una mochila cargada de esperanza.
3.11.2009
A finales del mes de junio escribí un artículo titulado “Iniciativa Urbana Cuevas de Guadix”, en el que daba cuenta de la primera reunión del Comité de Ciudadanía constituido como órgano de participación de carácter consultivo. Te recuerdo que el plan Urban es un proyecto de desarrollo urbano que persigue cuatro objetivos: la regeneración urbana de las cuevas; potenciarlas como recurso de desarrollo local; la promoción turística de las mismas, y la implicación de la ciudadanía en el diseño y puesta en marcha de las actuaciones de este proyecto. Pero desde hace cuatro meses no hemos sabido nada más.
En aquella reunión le dije al Alcalde y a su equipo que no podíamos desperdiciar esta oportunidad, porque sería el segundo fracaso, después del protagonizado por la incompetencia del alcalde de finales de los años ochenta.
Las cuevas de Guadix me enamoraron hace más de un cuarto de siglo, cuando todavía tenían características propias del tercer mundo, pero que también dejaban entrever su belleza natural y su enorme valor patrimonial. Sin embargo las gentes de Guadix no tenían muy claro que fueran algo bueno, de hecho la Barriada de Andalucía nació como alternativa “civilizada” a las viviendas en cueva, en un intento de desalojarlas y pasar por ellas una apisonadora.
He recordado esto mientras asistía al seminario “Patrimonio Rupestre y Paisajístico: Tutela y valorización sostenible” celebrado en la ciudad italiana de Matera. Si sientes pasión por el cine quizá la ciudad te resulte familiar porque en ella rodó Mel Gibson la película “La pasión de Cristo”, pero si tu afición es la lectura, en la obra de Carlo Levi “Cristo se paró en Éboli” también la reconocerás.
El descubrimiento de un lugar tan particular me deja sin aliento. Sus antiguos barrios de cuevas, los Sassi, con más de nueve mil años de antigüedad, son una fascinante escultura de gigantesca dimensión, realizada sobre toba, llamada allí “tufo”. Construidos al abrigo de los pequeños valles kársticos sobre la ribera derecha de un barranco, que llaman “gravina”, presentan, como laberintos superpuestos, los callejones, plazas, cuevas, e iglesias rupestres con frescos bizantinos, que se hunden en las entrañas de la tierra. Detrás de cada puerta se esconde una maravilla arquitectónica. Los tipos de viviendas (cuevas, casas con patio, casas adosadas, palacios y palacetes) se diferencian tanto por el periodo histórico de referencia, como por la posición orográfica.
El arquitecto Lorenzo Rota del Instituto Nacional de Urbanismo y el responsable de la Oficina Técnica de Cuevas del Ayuntamiento de Matera, Giuseppe Gandi, nos contaron que en ellas llegaron a vivir dieciséis mil personas en condiciones infrahumanas, lo que obligó al gobierno italiano a desalojarlas entorno a 1950, mediante una ley especial por la que se estableció la construcción de nuevos barrios en los que se realojó a la población en las colinas que rodeaban la ciudad. Tras un abandono de más de veinte años, las élites intelectuales de la ciudad clamaron por su recuperación y se inició un proceso de revitalización, con un concurso internacional de ideas para la rehabilitación de los Sassi, que así han sido revalorizados y recuperados con numerosos trabajos de restauración y reestructuración. El esfuerzo fue premiado, siendo declaradas las cuevas de Matera, por su valor histórico y urbanístico, Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1993.
Si Guadix quiere hacer de las cuevas un motor económico para su desarrollo, es imprescindible tomarse el asunto en serio. Es obligatorio garantizar que un elemento patrimonial tan importante goce de una tutela urbanística especial, y sin duda, de esta experiencia italiana se puede aprender mucho. Pero además hay que coordinar los diferentes recursos existentes como el Plan Urban, la Iniciativa de Turismo Sostenible “Paisajes Troglodíticos” que auspicia la Consejería de Turismo Comercio y Deporte, y la Estrategia de Actuación Global de la Comarca de Guadix. Nunca hemos tenido tanto para propiciar la puesta en valor de las cuevas, lo que no tengo claro es que nuestros responsables políticos sepan trabajar en equipo y de forma coordinada para sacar el mejor rendimiento.
Para hoy esta convocada la jornada “Trogloditísmo Vivo: estrategias para su pervivencia” que impulsa el Grupo de Desarrollo Rural de la Comarca de Guadix, puede ser un buen momento para la reflexión.
Y esto me lleva de nuevo a Matera, desde la ventana de la cueva 405, en el corazón del Barisano, mis ojos se enamoraron de la sinuosa y enigmática ciudad que ha sido capaz de renacer de sus cenizas, y de allí me he traído una sana envidia y una mochila cargada de esperanza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario