Octubre se tiñe de rosa.
22. 10. 08
Porque este es el color clave en la lucha contra el cáncer de mama en el mundo. Son muchas las iniciativas solidarias que se llevan a cabo a lo largo de estas semanas para tomar conciencia de que esta enfermedad ataca a una mujer cada media hora. Numerosos son los rostros famosos que colaboran con los proyectos divulgativos y benéficos, como el que ha puesto en marcha la Fundación MD Anderson bajo el lema “Cada gesto cuenta” y cuyos objetivos son concienciar a la sociedad y recaudar fondos para seguir investigando. La iniciativa ha unido a mujeres muy populares en un anuncio televisivo en el que, vestidas con una camiseta con mensaje y lazo rosa, hacen hincapié en la importancia de la información, la prevención y la investigación.
Contra el cáncer cada gesto cuenta, por ejemplo los que tienen que ver con la prevención, porque el porcentaje de curación del cáncer de mama es del 90% si se detecta a tiempo; o los que contribuyen a recaudar dinero para investigar sobre esta enfermedad; o los que contribuyen a erradicar la idea de que las palabras “cáncer de mama” son un agujero negro que se lo lleva todo, porque si no acabamos con ella, seguiremos alimentando el círculo vicioso del miedo. Para lograrlo trabajan muchas personas en organizaciones no gubernamentales, asociaciones y fundaciones que saben que la enfermedad ya no es un equivalente de muerte.
En este sentido es interesante el libro escrito por la periodista Beatriz Iraburu "Cáncer de mama. Claves y relatos" en el que se plantea que la información es vital, lo sabe porque lo ha vivido en sus carnes. Las mujeres mejor informadas se curan más, porque el conocimiento es un arma terapéutica. Sabiendo que los tratamientos en el sistema sanitario público español están entre los mejores del mundo, ella plantea que podríamos mejorarlos adoptando algunas medidas: creando en los hospitales más unidades de mama donde intervengan diferentes disciplinas del saber científico; aumentando la cirugía conservadora para evitar la mastectomía radical, recuerda que hace pocos años se realizaba en un 66% de casos, cuando su indicación debería rondar el 25%; abrir más servicios de medicina nuclear para detectar ganglios centinela y prevenir linfedemas... En este sentido, el Congreso de los Diputados ha aprobado una proposición por la que se insta al gobierno a garantizar la adecuada atención psicológica y social a las personas afectadas por el cáncer y sus familias.
Por otro lado es preciso contrastar la visión social del cáncer como una enfermedad maldita, con la que tienen las pacientes, que se sienten vivas y con ganas de luchar. Lo comprobamos viendo como evolucionan, superando el disfrute de la vida cotidiana y sus pequeñas cosas, como pasear en la tardes de otoño, salir a tomar un café con las amigas una vez superada la enfermedad, para avanzar en algo más importante a medio y largo plazo como es el redescubrimiento de las personas, incluida la propia mujer que lucha por su vida. Esta actitud tiene la virtualidad de abrirse hacia el interior, en un proceso que le permite escucharse a sí misma y que la lleva a quererse y mimarse; y hacia el exterior desplegando su sensibilidad ante los problemas de otras personas, manifestando su vena solidaria. Solo tienes que repasar la lista de voluntarias de la Asociación Española Contra el Cáncer en nuestra ciudad y en los pueblos de la comarca para comprobarlo.
Las armas principales en una lucha con horizontes de victoria son el ansia de vivir y la fe en una misma. Por eso debemos abandonar el temor irracional a la enfermedad en la puerta de la consulta y acercarnos a quienes practican la medicina con la actitud firme y positiva de quien tiene derecho a saber, a preguntar y a escuchar un lenguaje comprensible…
Pedro Ferreira Páez escribió un poema que ha dedicado a todas las mujeres que padecen cáncer de mama, del que reproduzco los versos finales que para mí son un grito de esperanza, de fuerza, de indomable voluntad para iniciar ese duro combate que nos permita seguir gozando de la vida.
“Has entrado sin permiso a mi cuerpo,/intruso, aprovechando/ la única rendija que dejé abierta./ Has comido de mi carne, bebido/ de mi leche y consumido de mi tallo./ Pero mi alma permanece impecable/ y mi voluntad íntegra./ No conseguirás quebrantar el vuelo/ libre del cóndor que en mi pecho/ anida:/ destruirá la carroña/ que dejas a tu paso por mi cuerpo/ y limpiará de minas/ el rastro vil de tus negros caballos./ Ganaré, te lo prometo, esta batalla,/ renacerá el beso al borde del labio.