miércoles, 30 de diciembre de 2009

Abentofail y el Robinsón Metafísico.



Abentofail, por Lázaro Guil

Abentofail y el Robinson Metafisico.

29.12.2009

Muhammad, hijo de (Ibn) Abd Al-Malik. Recibió el nombre de su abuelo y su bisabuelo (Muhammad) y también el del padre de su bisabuelo (Tufayl). Cuando fue padre (Abu) añadió a su nombre el de su hijo Bakr. Por eso se le conocía como Abú Bakr Muhammad Ibn Abd Al-Malik Ibn Muhammad Ibn Muhammad Ibn Tufayl, en el occidente latino le conocemos por Abentofail. Uno de los hijos más ilustres de Guadix, nació en nuestra ciudad cuando se llamaba Wadi-As, entre los años 1105 y 1110.
Vivió durante el periodo de tolerancia filosófica y libertad cultural que disfrutaron los reinos de taifas antes del predominio fundamentalista del Islam. Fue médico, filósofo, matemático y poeta, contemporáneo de Averroes y discípulo de Avempace. Participó en la vida cultural, política y religiosa de la corte de los almohades en Granada. En esta ciudad residió entre los años 1130 y 1146, actuando como médico y secretario del gobernador de la misma. Después pasó a África donde estuvo, como médico, al servicio del hijo del sultán Abd al Mumín, gobernador de Ceuta y Tánger, entre 1154 y 1163. Más tarde fue médico de cámara y visir del sultán Abu Yusuf, gozando de gran influencia en la corte. En 1182 renunció a este cargo a favor de Averroes, pero continuó como visir hasta su muerte ocurrida en Marrakech el año 1185. Prueba de su prestigio fue que el mismo sultán asistió en persona a sus funerales.
Pero a pesar de su fama como experto en medicina, lo que le ha convertido en un personaje histórico de gran categoría ha sido su labor filosófica, de la que nos ha dejado una obra ya clásica (la única que se ha conservado de entre todas las que escribió), conocida con el título de “El filósofo autodidacta”.
Este libro permaneció desconocido hasta quinientos años después de haber sido compuesto, siendo publicado por primera vez en holandés el año 1672 y alcanzando muy pronto una gran difusión. En España esta obra se mantuvo también ignorada durante siglos hasta que el gran polígrafo Marcelino Menéndez Pelayo adquirió una traducción árabe-latina y la dio a conocer a partir de 1879, dedicándole varios comentarios y llegando a afirmar de ella que ”no hay obra más original y curiosa en toda la literatura arábiga”. La primera traducción española , realizada por Francisco Pons Boigues, no apareció hasta el año 1900.
Quiero aprovechar esta ocasión en que rindo homenaje a Abentofail, para recordar a otra persona que ha hecho mucho por recuperar su pensamiento, y que nos ha dejado esta año, me refiero al profesor de filosofía Buenaventura Pérez Fernández.
Fue él quien en el año 2006 publicó y presentó en Guadix su libro “El Robinsón Metafísico” en el que se nos descubre a Abentofail, y se reedita su obra. En una convocatoria que se desarrolló con el mejor estilo de los actos académicos universitarios. Durante la misma el profesor Del Riesgo pronunció una magnífica conferencia en la que puso de manifiesto que el texto de Abentofail “El filósofo autodidacta”, es de gran actualidad e interés. Básicamente porque vivimos un tiempo en el que solo reconocemos valor a lo que es medible, constatable y predecible; en un mundo en el que priman la competitividad y el consumismo; y en el que las preguntas últimas y radicales como ¿qué sentido tiene la vida? ¿cómo afrontamos la muerte?, golpean con fuerza nuestras conciencias al enfrentamos a situaciones límites. No somos capaces de encontrar respuestas porque no hemos sabido elaborar un discurso metafísico. No saber como construir un relato que responda a las preguntas ¿de donde venimos? ¿hacia donde vamos?, nos producen vértigo. Es lo que Mircea Eliade llama “el terror de la historia”, el ser humano moderno ya no tiene dioses que puedan salvarle. Por eso es importante que la razón se encuentre animada por un corazón capaz de sentir y emocionarse, y que la envuelva con la esperanza. Porque la aventura del pensamiento exige fe en el ser humano. La obra de Abentofail adquiere relevancia en un momento en el que se plantea el desencuentro de civilizaciones, fundamentalmente porque es un pensamiento superador de los integrismos. Porque nos lleva a tomar conciencia de que no podemos abandonar el horizonte de la espiritualidad. Porque nos ayuda a construir universos simbólicos. Y porque nos brinda la posibilidad del dialogo intercultural e interreligioso. Para este profesor las personas que realmente saben quienes son, han sido capaces de permitir que se den la mano, en su pensamiento, la filosofía y la mística, y esa era una de las características que definieron al accitano Abentofail.
Buenaventura intervino para explicar que su ensayo responde a la necesidad de reivindicar al filósofo Abentofail como el influyente y prestigioso pensador que contribuyó a la creación de la identidad europea, y por tanto a facilitar esta acción con la actualización de su biografía y el acercamiento al público de su más importante obra.
La portada ha sido realizada por Maria Ángeles Lázaro Guil, cargada de significado simbólico, ya que por ejemplo los colores y a las formas nos transmiten su mensaje: el violeta representa la profundidad que debemos aportar a la vida y al pensamiento, alejándonos de los discursos fáciles y superficiales; el azul unido al blanco se refieren a la pureza que debe envolver las acciones; el barco inicia la misma travesía que las ideas y lleva como bandera la primera portada de ”El Filósofo Autodidacta”.
Guil tambien es autora de la escultura que representa a Abentofail, y que realizó para el delicioso hotel que lleva su nombre y que corona la calle que le honra y le recuerda.
En “El filósofo autodidacta” Abentofail plantea cómo el hombre en completa soledad puede alcanzar la unión con Dios mediante el entendimiento. Para ello propone, en forma de novela filosófica, la historia de Hayy ibn Yaqzan, un joven que nace y crece totalmente solo en una isla desierta. Con la fuerza de su sola razón, va ascendiendo del conocimiento empírico al científico y de éste al místico. Más adelante este joven entra en contacto con un visitante llamado Absal, que va a la isla para dedicarse también a la contemplación. Ambos se dan cuenta de que buscan lo mismo, pero por diferentes caminos, e intentan predicar en otro lugar; pero el gobernador Salaman y su pueblo se aferran a una religión externa y superficial que les impide entender la rica vida interior y los altos ideales de estos predicadores. La conclusión de Abentofail es que la auténtica vida intelectual no se puede dar en una sociedad que practica una religión reducida a ritos formales y al cumplimiento meramente externo de las leyes.
Se trata de un tema de actualidad permanente y válido, por tanto, para quienes nos hacemos preguntas hoy.

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