sábado, 16 de febrero de 2008

¡Carnaval ha muerto! ¡Viva Carnaval¡



¡Carnaval ha muerto! ¡Viva Carnaval!

12.2.2008.

El domingo pasado escuchaba la radio al tiempo que maquillaba mi rostro para asistir a los Carnavales de Alhama de Granada, donde es espectacular la animación de la “Fiesta de Piñata” Me sorprendió desagradablemente escuchar, en el programa de la Diócesis Guadix-Baza, una crítica a la extensión de los días de carnaval que hacemos en nuestra sociedad. El locutor parecía desconocer que el “Domingo de Piñata” es una propina para quienes debemos resignarnos a que la fiesta de Carnaval agonice y muera. Pero tras la primera impresión, tomé conciencia de que su principal atractivo era precisamente el sabor agridulce de la trasgresión y el desafío, que era lo que provocaba la queja de la voz masculina de la radio. Es cierto que con ella asistimos a la muerte definitiva del carnaval, una muerte anunciada el “Miércoles de ceniza” y que se consuma rotundamente hasta el año próximo, pero como toda muerte que anuncia resurrección, la despedida se convierte en otra fiesta.
No pude por menos que recordar como las fiestas de Carnaval nunca han sido del agrado de las autoridades religiosas, porque en el fondo son un triunfo de lo carnal sobre lo espiritual, de lo pagano sobre lo cristiano. En Guadix, desde los tiempos del Obispo Rincón, las contrarrestaban con un Triduo de Carnaval en la Catedral, donde también se exponía al Santísimo durante los tres días de la fiesta con la finalidad de frenar tanta irreverencia.
Aun sonrío yo sola cuando recuerdo la escena que se produjo mediado el mes de enero en la puerta del Teatro Mira de Amescua. Allí coincidí con Pura Delgado y Antonio Marín, que tienen en común haber asumido la responsabilidad de la Concejalía de Cultura de Guadix, me dirigí a ambos para preguntarles si les gustaba el cartel del Carnaval. Me miraron con sorpresa y quisieron saber en donde estaba porque no lo habían visto. Les llevé hasta la cristalera de la puerta principal del teatro y les señalé uno. Nos reímos mucho porque lo que se anunciaba era la presentación del cartel de Semana Santa para el día 26 de enero.
Eso si era una trasgresión del calendario lúdico-festivo que nadie ha criticado, porque desde mi punto de vista la Semana Santa está tan fuera del control de la jerarquía eclesiástica, como la Navidad, de la que se ha apoderado El Corte Inglés trasladándola al mes de octubre.
Este año nuestros carnavales han estado un poco sosos, seguramente será para evitar una hipertensión en las arterias de nuestra comunidad. El acto que más gente congregó fue el festival infantil del primer día de febrero, el viernes, con los payasos de La Banda que los niños y niñas conocen por los programas de televisión de Canal Sur. Lamentablemente después del esfuerzo realizado por padres y madres que vistieron a sus criaturas de los tipos más increíbles y bellos, salieron a la calle y no había ni un triste altavoz con música que les permitiese jugar, bailar y divertirse, tomando la Plaza para lucir su nuevo aspecto y personalidad. Yo disfruté viendo a jovencísimos espadachines y bucaneras, maravillosas princesas, personajes salidos de todos los cuentos infantiles, mariposas y flores, superhéroes como Batman y Superman que eran perseguidos por la Lara Croft y Carrie Giver, magos y brujas, payasas y mimos, teléfonos móviles y cámaras fotográficas, era como mirar por un caleidoscopio, porque a cada parpadeo había cambiado el color y la forma de lo que veías. Pero duró poco, porque no estaba previsto que la fiesta siguiese en la calle. Y es que yo estoy convencida que el Carnaval de Guadix tiene que ser un festival de desfiles de disfraces y bailes en las callejeros, que es lo que siempre ha sido.
Las personas mayores, me refiero a las que tienen más de sesenta años, no encontraron su sitio en la improvisada y pobre programación de la ciudad, pero también tuvieron su fiesta, porque desde el Centro de Día de Mayores se formó una comparsa que ha participado en “Carnaval 2008” organizado por la Delegación de Igualdad y Bienestar Social de la Junta de Andalucía, en el Suspiro del Moro, el día 7, que era jueves.
Guadix fue protagonista, porque el Cartel y el Libreto de las Comparsas mostraban la composición realizada por Alejandro Hernández “File” sobre una fotografía de la exposición “Fantasía de Carnaval” que organizó la Asociación de Mujeres “Cuatro Veredas” en el patio central del Ayuntamiento en enero de 2005, para homenajear a la diseñadora Antonia Lubian. Ella, que permanecerá siempre en la memoria de los carnavaleros y carnavaleras de la ciudad, estuvo presente durante toda la celebración porque desde distintos puntos de la provincia venían personas luciendo en sus solapas las máscaras de lentejuelas que ella puso de moda.
“Las muñecas de Guadix” causaron sensación porque el tipo que eligieron fue el de una simpática criatura de trapo con enormes trenzas de lana, gorrito y vestido azul.
Era fantástico ver como ocupaban el escenario Antonia Martínez, Carmen Iborra, Pepita Sánchez, Angustias García, Dulce Jiménez, Encarna Jabalera, Rocío Alarcón, Josefa Zamora, Adora Hernández, Araceli Plaza, Carmen Gámez, Dolores Martínez, Remedios Serrano, Rosa Arenas, Eloisa Santisteban, Encarna Sánchez, Antonia Hernández, Ana Ruiz, Valeriana Muñoz, y el único muñeco Pedro Hernández. Les acompañaban con sus instrumentos de cuerda, los músicos Agustín Hernández, Ramón Martínez, y José Expósito, ataviados con chisteras y antifaces y siempre bajo la atenta mirada de la Trabajadora Social del centro Cecilia Barranco.
Cantaron sus coplillas, que este año ha escrito Javier de Carmen, en las que reivindicaban los juegos tradicionales como complemento de las modernas Wii y las Play Station. Colocaron también la frase del año, en el mundo de habla hispana, la del Rey Juan Carlos ante el maleducado Hugo Chávez que interrumpía insistentemente el discurso del Presidente de España, Rodríguez Zapatero “¿por qué no te callas?” Finalizaron cuando el aire se llenó de piropos a la ciudad de Guadix, que decían sentir en su piel, y que a mí me erizaron el vello de la nuca. La sala explotó en aplausos y mi corazón en emoción.
Para quienes no tengan muy claro los ritmos del calendario festivo diré que Carnaval depende directamente de Semana Santa. La una y la otra son fiestas lunares que se ajustan al primer plenilunio de primavera. El domingo siguiente a esta Luna LLena, la iglesia fija el Domingo de Ramos. Cuarenta días antes de ese domingo se sitúa el Miércoles de Ceniza, fiestas religiosas que delimitan la Cuaresma cristiana. Y el jueves anterior a este ceniciento día, es Jueves Lardero, día en el que se realiza el Pregón de Carnaval, por tanto el momento en que da comienzo esta fiesta que tanto me apasiona. El "Jueves Lardero " tiene su origen en la Edad Media, y aparece referido en “El Libro de Buen Amor” de Juan Ruiz, Arcipreste de Hita en el siglo XIV, con el episodio de la batalla entre Don Carnal y Doña. Cuaresma, que narra la guerra entre los placeres de la carne propios del carnaval, y la abstinencia propia de la Cuaresma.
Desde este momento empiezo a prepararme para el próximo Carnaval, y para evitar las prisas e improvisación de este, te informo que el 25 de febrero de 2009 será Miércoles de Ceniza. ¡Carnaval ha muerto! ¡Viva Carnaval!