Café Teatro.
1-4-2008
El Instituto Internacional del Teatro crea en 1961 el día mundial de este arte, que se celebra cada 27 de marzo. Con este motivo se organizan diversos eventos. Uno de ellos es la lectura del Manifiesto, escrito por una personalidad del teatro de talla mundial, invitado por el Instituto. Este año, el honor ha recaído en el director teatral canadiense Robert Lepage y su voz se ha escuchado en la de actores y actrices españolas. Hablaba de los orígenes del teatro decidiéndose por la hipótesis más estimulante en forma de fábula: “Una noche, en tiempo inmemorial, un grupo de personas se habían reunido en una caverna para calentarse en torno a un fuego y contarse historias. Cuando, repentinamente, uno ellos tuvo la idea de levantarse y de utilizar su sombra para ilustrar su relato. Al ayudarse con la luz de las llamas, hizo patentes sobre las paredes de la cueva a unos personajes de tamaño mayor que los naturales. Los otros, deslumbrados, reconocieron en las sombras al poderoso y al débil, al opresor y al oprimido, al dios y al mortal” En nuestro teatro, la luz de los proyectores sustituye a la fogata inicial, y el escenario a las paredes de la caverna, por lo que Lepage nos recuerda que la tecnología debe percibirse como un elemento enriquecedor.
En Guadix la celebración fue el sábado 29, a las seis de la tarde, en el Mira de Amescua con la obra “Entremeses” Café-Teatro, por obra y gracia de la Asociación Accitana de Teatro y Cante.
Un Café-teatro es una sala donde se despacha café, te o copas, y en la que se realizan pequeñas obras teatrales, actuaciones musicales en directo, monólogos, recitales poéticos… Y esto fue lo que encontramos.
El vallisoletano Alonso de los Santos con su texto “Obras de humor y amor al fresco” en el que maneja palabras e ideas, sugiere espacios, estados de ánimo…les sirve de inspiración, pero alguien ha de hacerlo realidad, una realidad ficticia e irrepetible. Y es aquí donde aparece la figura de la directora Dori Hernández Montalbán. En el laboratorio permanente de la actividad escénica accitana, ella se dedica a la búsqueda del equilibrio entre actores y actrices, texto y espacio escénico huyendo de la escenografía grandilocuente, desnudando el escenarios para acentuar la expresividad de quienes actúan dándoles protagonismo con las luces. Los personajes afloran sin artificio, como si fueran los colores del espectro del haz de luz, capaces de separarse o de unirse en un punto.
Las actrices son el rostro femenino más visible del teatro y así lo evidenciaron Dora Saavedra, magnífica en su papel de Heraclia; la polifacética Rosa Garro; María Inés Jiménez y Dolores Payan con sus agudos y críticos diálogos.
Ellos estuvieron muy acertados y liberaron las risas francas del público, eran Jesús Valverde, Pepe Cuevas, y el camarero, a quien no tengo el gusto de conocer. Todas las mesas del café estaban ocupadas por personajes que acompañaban la escena en un alarde de gestualidad. Unos y otras hicieron buenas las palabras de Ana Diosdado: son esa raza indomable que interpreta los anhelos y fantasmas del inconsciente colectivo.
En el escenario del Café no podía faltar el espectáculo musical. Trini Expósito, se paseó por él como una dama de la copla mientras nos deleitaba con “Capote de grana y oro” Angustias García me sorprendió en su faceta de cantante de rancheras, pero más por su faceta de compositora, ya que ha escrito una deliciosa letra que canta las bellezas de Guadix y que arrancó por colombianas. A la guitarra Alejandro. Una mujer importante en este proyecto ha sido Conchy Herrera, y tuve la certeza cuando la vi en el escenario tan guapa, tan elegante cantando “La Loca”. Recordé un cuento de las cuevas: Una noche, una mujer loca sintió que iba a ser madre. Estaba sola, en la cueva del cerro donde habitaba rodeada de perros y de sacos. En el cielo brillaba una luna redonda y azul. La loca mirándola le dijo "Mama Luna, dame un hija que no muera nunca" Y la Luna, que también es mujer, la escuchó, pero no le dio una niña, la leyenda dice que esa noche la loca parió una copla. Y esta es la razón por la que los cantares del pueblo no morirán jamás.
Como la imaginación no tiene limites temporales o económicos ¿te imaginas que se confirma el hallazgo de un teatro romano en la Avenida de Mariana Pineda?¿Eres capaz de verte disfrutando en él de la puesta en escena de Antígona?¿Percibes una cálida noche de primavera, mientras brindamos por el Día Internacional del Teatro? Ojalá
1-4-2008
El Instituto Internacional del Teatro crea en 1961 el día mundial de este arte, que se celebra cada 27 de marzo. Con este motivo se organizan diversos eventos. Uno de ellos es la lectura del Manifiesto, escrito por una personalidad del teatro de talla mundial, invitado por el Instituto. Este año, el honor ha recaído en el director teatral canadiense Robert Lepage y su voz se ha escuchado en la de actores y actrices españolas. Hablaba de los orígenes del teatro decidiéndose por la hipótesis más estimulante en forma de fábula: “Una noche, en tiempo inmemorial, un grupo de personas se habían reunido en una caverna para calentarse en torno a un fuego y contarse historias. Cuando, repentinamente, uno ellos tuvo la idea de levantarse y de utilizar su sombra para ilustrar su relato. Al ayudarse con la luz de las llamas, hizo patentes sobre las paredes de la cueva a unos personajes de tamaño mayor que los naturales. Los otros, deslumbrados, reconocieron en las sombras al poderoso y al débil, al opresor y al oprimido, al dios y al mortal” En nuestro teatro, la luz de los proyectores sustituye a la fogata inicial, y el escenario a las paredes de la caverna, por lo que Lepage nos recuerda que la tecnología debe percibirse como un elemento enriquecedor.
En Guadix la celebración fue el sábado 29, a las seis de la tarde, en el Mira de Amescua con la obra “Entremeses” Café-Teatro, por obra y gracia de la Asociación Accitana de Teatro y Cante.
Un Café-teatro es una sala donde se despacha café, te o copas, y en la que se realizan pequeñas obras teatrales, actuaciones musicales en directo, monólogos, recitales poéticos… Y esto fue lo que encontramos.
El vallisoletano Alonso de los Santos con su texto “Obras de humor y amor al fresco” en el que maneja palabras e ideas, sugiere espacios, estados de ánimo…les sirve de inspiración, pero alguien ha de hacerlo realidad, una realidad ficticia e irrepetible. Y es aquí donde aparece la figura de la directora Dori Hernández Montalbán. En el laboratorio permanente de la actividad escénica accitana, ella se dedica a la búsqueda del equilibrio entre actores y actrices, texto y espacio escénico huyendo de la escenografía grandilocuente, desnudando el escenarios para acentuar la expresividad de quienes actúan dándoles protagonismo con las luces. Los personajes afloran sin artificio, como si fueran los colores del espectro del haz de luz, capaces de separarse o de unirse en un punto.
Las actrices son el rostro femenino más visible del teatro y así lo evidenciaron Dora Saavedra, magnífica en su papel de Heraclia; la polifacética Rosa Garro; María Inés Jiménez y Dolores Payan con sus agudos y críticos diálogos.
Ellos estuvieron muy acertados y liberaron las risas francas del público, eran Jesús Valverde, Pepe Cuevas, y el camarero, a quien no tengo el gusto de conocer. Todas las mesas del café estaban ocupadas por personajes que acompañaban la escena en un alarde de gestualidad. Unos y otras hicieron buenas las palabras de Ana Diosdado: son esa raza indomable que interpreta los anhelos y fantasmas del inconsciente colectivo.
En el escenario del Café no podía faltar el espectáculo musical. Trini Expósito, se paseó por él como una dama de la copla mientras nos deleitaba con “Capote de grana y oro” Angustias García me sorprendió en su faceta de cantante de rancheras, pero más por su faceta de compositora, ya que ha escrito una deliciosa letra que canta las bellezas de Guadix y que arrancó por colombianas. A la guitarra Alejandro. Una mujer importante en este proyecto ha sido Conchy Herrera, y tuve la certeza cuando la vi en el escenario tan guapa, tan elegante cantando “La Loca”. Recordé un cuento de las cuevas: Una noche, una mujer loca sintió que iba a ser madre. Estaba sola, en la cueva del cerro donde habitaba rodeada de perros y de sacos. En el cielo brillaba una luna redonda y azul. La loca mirándola le dijo "Mama Luna, dame un hija que no muera nunca" Y la Luna, que también es mujer, la escuchó, pero no le dio una niña, la leyenda dice que esa noche la loca parió una copla. Y esta es la razón por la que los cantares del pueblo no morirán jamás.
Como la imaginación no tiene limites temporales o económicos ¿te imaginas que se confirma el hallazgo de un teatro romano en la Avenida de Mariana Pineda?¿Eres capaz de verte disfrutando en él de la puesta en escena de Antígona?¿Percibes una cálida noche de primavera, mientras brindamos por el Día Internacional del Teatro? Ojalá