Virgen de la Leche.
27.12.2004.
En Nochebuena nos acercamos a la Iglesia de la Concepción para asistir a la Misa del Gallo. Al terminar y como es tradicional, las monjas invitaron a quienes nos acercamos a felicitarlas, a tomar una copita de Rosoli con roscos fritos en la sacristía. Fue entonces cuando reparé en el bellísimo cuadro de “La Virgen de la Leche”.
Está colgado en la pared derecha del presbiterio. Es un cuadro de dimensiones medias en el que la Virgen da de mamar al Niño. Se inspira en los himnos litúrgicos: "O gloriosa virginum / sublimis inter sidera / qui te creavit parvulum / lactante nutrís ubere".
Ella está sentada, su vestido es de color carmesí, el manto azul oscuro con borde de puntilla dorada, largos y sueltos cabellos cubiertos con un transparente velo.
Se encuentra en una estancia cálida y acogedora. Tras ella una gran cortina recogida en múltiples pliegues y un haz de luz que entra en la habitación por el ángulo superior izquierdo y que bien pudiera ser una presencia simbólica del Espíritu que la abraza. Nos encontraríamos así ante una representación de la Sagrada Familia diferente a la convencional. Bajo la luz, una mesa cuadrada cubierta con sayas de cuarterones bordadas en hilo de oro con sencillos motivos florales. Con una manzana, dos uvas y un rebosante frutero de fina porcelana blanca con decoración azul de aves y plantas, se completa la estancia.
La Virgen se ajusta a las normas que regulan la iconografía mariana y que recogió el cardenal Borromeo:"… para que los pintores saquen del natural con más exactitud su imagen, propondré el ejemplo que nos ha dejado el mismo Nicéforo:...para color prefería el trigueño, cabellos rubios, ojos penetrantes con las pupilas claras y casi del color de oliva. Las cejas curvadas y de buen color negro, la nariz algo larga, los labios redondeados y llenos de la suavidad de las palabras; el rostro ni redondo ni agudo, sino un tanto alargado, lo mismo que las manos y los dedos..." Solo añadir que su cara muestra un saludable rubor natural.
Tiene el seno derecho al descubierto y lo sostiene con su delicada mano izquierda. Está pleno y terso, como el de cualquier mujer que amamanta, y se observa la areola y el pezón de un suave tono rosado. El niño muestra una poblada cabellera ensortijada, María lo sostiene sobre el brazo derecho. Él acaba de soltarse del pecho y parece estar ya satisfecho, nos lo indica el hecho de que su mejilla izquierda sigue en contacto con el seno de la madre, el sonrosado color de su carita, la serenidad de su rostro y la relajada posición de su cuerpo. Está vestido con una finísima y delicada prenda de manga larga que le cubre hasta los tobillos. Se remata en puños, cuello y bajos con puntilla blanca, me atrevería a decir que está confeccionado con el cálido vaho del aliento de su madre. Mientras que la manita izquierda busca sujeción en la muñeca zurda de María, en la derecha sostiene una delicada y pálida flor.
El Concilio de Trento promulgó un decreto en su última sesión de trabajo del día 3 de diciembre de 1563:"El santo concilio prohíbe que en las iglesias se ponga una imagen, inspirada en error, que pueda inducir a engaño a la gente sencilla: quiere que se evite toda impureza, que no se ofrezcan imágenes de aspecto provocativo. Para asegurar el respeto a estas decisiones, el santo concilio prohíbe, incluso en las iglesias que no están sujetas a la visita del ordinario, una imagen insólita, a no ser que la haya aprobado el obispo". Con este canon la iglesia vuelve a tomar la dirección de las artes. En este contexto, un arzobispo de Milán denuncia la "indecencia de los que pintan al divino niño mamando, de manera que muestran desnudos el pecho y la garganta de la Virgen, siendo así que esos miembros no se deben pintar más que con mucha cautela y modestia" Dejaron de realizarse cuadros como el que acabo de describirte. Está claro que la indecencia se encontraba, como tantas veces, en los ojos del que miraba. Así que acércate a verlo con el alma y los ojos limpios, lo disfrutarás.
Por cierto te agradecería cualquier información sobre otra imagen similar que estaba en la Catedral, concretamente en la capilla que hoy ocupa la Virgen de la Esperanza y, que al parecer, desapareció durante la guerra del 36.
27.12.2004.
En Nochebuena nos acercamos a la Iglesia de la Concepción para asistir a la Misa del Gallo. Al terminar y como es tradicional, las monjas invitaron a quienes nos acercamos a felicitarlas, a tomar una copita de Rosoli con roscos fritos en la sacristía. Fue entonces cuando reparé en el bellísimo cuadro de “La Virgen de la Leche”.
Está colgado en la pared derecha del presbiterio. Es un cuadro de dimensiones medias en el que la Virgen da de mamar al Niño. Se inspira en los himnos litúrgicos: "O gloriosa virginum / sublimis inter sidera / qui te creavit parvulum / lactante nutrís ubere".
Ella está sentada, su vestido es de color carmesí, el manto azul oscuro con borde de puntilla dorada, largos y sueltos cabellos cubiertos con un transparente velo.
Se encuentra en una estancia cálida y acogedora. Tras ella una gran cortina recogida en múltiples pliegues y un haz de luz que entra en la habitación por el ángulo superior izquierdo y que bien pudiera ser una presencia simbólica del Espíritu que la abraza. Nos encontraríamos así ante una representación de la Sagrada Familia diferente a la convencional. Bajo la luz, una mesa cuadrada cubierta con sayas de cuarterones bordadas en hilo de oro con sencillos motivos florales. Con una manzana, dos uvas y un rebosante frutero de fina porcelana blanca con decoración azul de aves y plantas, se completa la estancia.
La Virgen se ajusta a las normas que regulan la iconografía mariana y que recogió el cardenal Borromeo:"… para que los pintores saquen del natural con más exactitud su imagen, propondré el ejemplo que nos ha dejado el mismo Nicéforo:...para color prefería el trigueño, cabellos rubios, ojos penetrantes con las pupilas claras y casi del color de oliva. Las cejas curvadas y de buen color negro, la nariz algo larga, los labios redondeados y llenos de la suavidad de las palabras; el rostro ni redondo ni agudo, sino un tanto alargado, lo mismo que las manos y los dedos..." Solo añadir que su cara muestra un saludable rubor natural.
Tiene el seno derecho al descubierto y lo sostiene con su delicada mano izquierda. Está pleno y terso, como el de cualquier mujer que amamanta, y se observa la areola y el pezón de un suave tono rosado. El niño muestra una poblada cabellera ensortijada, María lo sostiene sobre el brazo derecho. Él acaba de soltarse del pecho y parece estar ya satisfecho, nos lo indica el hecho de que su mejilla izquierda sigue en contacto con el seno de la madre, el sonrosado color de su carita, la serenidad de su rostro y la relajada posición de su cuerpo. Está vestido con una finísima y delicada prenda de manga larga que le cubre hasta los tobillos. Se remata en puños, cuello y bajos con puntilla blanca, me atrevería a decir que está confeccionado con el cálido vaho del aliento de su madre. Mientras que la manita izquierda busca sujeción en la muñeca zurda de María, en la derecha sostiene una delicada y pálida flor.
El Concilio de Trento promulgó un decreto en su última sesión de trabajo del día 3 de diciembre de 1563:"El santo concilio prohíbe que en las iglesias se ponga una imagen, inspirada en error, que pueda inducir a engaño a la gente sencilla: quiere que se evite toda impureza, que no se ofrezcan imágenes de aspecto provocativo. Para asegurar el respeto a estas decisiones, el santo concilio prohíbe, incluso en las iglesias que no están sujetas a la visita del ordinario, una imagen insólita, a no ser que la haya aprobado el obispo". Con este canon la iglesia vuelve a tomar la dirección de las artes. En este contexto, un arzobispo de Milán denuncia la "indecencia de los que pintan al divino niño mamando, de manera que muestran desnudos el pecho y la garganta de la Virgen, siendo así que esos miembros no se deben pintar más que con mucha cautela y modestia" Dejaron de realizarse cuadros como el que acabo de describirte. Está claro que la indecencia se encontraba, como tantas veces, en los ojos del que miraba. Así que acércate a verlo con el alma y los ojos limpios, lo disfrutarás.
Por cierto te agradecería cualquier información sobre otra imagen similar que estaba en la Catedral, concretamente en la capilla que hoy ocupa la Virgen de la Esperanza y, que al parecer, desapareció durante la guerra del 36.