Compendio de filosofía juvenil.
11.12.2007
Durante el puente de la Constitución decidimos perdernos del mundanal ruido y de todas las rutinas cotidianas, intentando poner en práctica las enseñanzas, que de forma constante y altruista, nos da “Sosio” el gato que nos ha adoptado. Abandonar el calorcito de la cama cuando el cuerpo ha descansado, sin que nos violente el despertador. Desperezarse parsimoniosamente, tomando conciencia de cada uno de los músculos que ponemos en acción. Desfilar por el baño para ducharse con agua cálida, hidratar la piel y penetrar en la bruma del perfume. Después un paseo a la cocina, zumo de naranja, un capuchino y “tostadas a la Guillermina”. Recoger la casa, poner una lavadora y caminar hasta el centro para comprar el periódico. Entonces toca sentarse en una de las terrazas de los soportales de la Plaza para descubrir las cosas que se han escrito en negro sobre blanco y que nos mantendrán en contacto con la actualidad.
Mientras espero que la amable camarera coloque ante mí una cerveza fresquita, escucho el rugir de una panda de caballeretes que se aproximan. Me fijo en su aspecto. Son adolescentes, apenas llegarán a los quince años, cosa que deduzco por lo barbilampiñas de sus mejillas. Sus voces hacen “gallos” inesperados en los momentos más inoportunos, pero parece que lo sobrellevan con gallardía. Mucho pantalón vaquero, pero de estilo variado, unos están rotos en las rodillas, otros tienen los bolsillos traseros descosidos, a la mayoría parece haberles caído lejía provocando manchas blancas sobre tejido azul, todos tienen los bajos deshilachados… Algunos muchachos colocan la cinturilla del pantalón en la cadera, lo que da la sensación de que en cualquier momento terminaran por caer al suelo por su propio peso, pienso si será para que leamos la marca de los calzoncillos que usan (que va escrita sobre el elástico) o sencillamente por marcar diferencias. Todos usan camisetas de algodón de diversos colores, pero con distintas frases escritas o reproducciones de fotografías de grupos “rokeros”. Me detengo en la lectura de las que lucen texto, a riesgo de ser un poco impertinente si ellos llegan a percibir que les observo. En la gris leo: “Soy un tío moderno, lo mismo frío una camiseta que plancho un huevo”, de acuerdo, está en el buen camino, conoce herramientas tan sofisticadas como la plancha y la sartén, pero aún necesita perfeccionar la técnica para saber como usar cada una de ellas, y los materiales con los que son compatibles. Cojo mi jarra de cerveza y le doy un par de tragos, el espectáculo que tengo ante mí, deja mi garganta seca.
En la camiseta negra con ribetes blancos pone: “Bailo como el culo pero follo que te cagas”, es evidente que este chico sabe que a las jóvenes (y no tan jóvenes) les gusta el baile, pero no está dispuesto a hacer un esfuerzo, a él la salsa o los boleros le parecen mariconadas, así que se le revolucionan las hormonas, le asoma el macho y nos informa que a él le “mola” el mambo en posición horizontal, ¡lástima, con lo cotizados que están los hombres que saben bailar!. Un pincho de tortilla española y unas aceitunas son la tapa que acompaña mi cañita, todo un lujo.
En la camiseta roja con letra cursiva está escrito: “Honze años en la unibersidad i a ora me dizen ke no estoi preparao (de verlo savido no abría enpoyado tanto)”, este jovencito debió escuchar alguna vez que el camino para lograr la paz interior es acabar lo que se empieza, y quizá por ello decidió emprender el camino de la estupidez y ahora intenta llegar al final. En la verde se imprimió:” Cómo me gustaría ser feo 1 minuto, para saber lo que se siente”, seguramente el muchacho se llamará vanidoso, cuando se presente dirá que sencillamente es consecuente con su cuerpo, y que al rozar la perfección se siente molesto por no poder evitar que le duela la cara de ser tan guapo. Apuro mi cerveza.
Había otras camisetas, una blanca con estrella roja con “Mejor morir de pie que vivir de rodillas” la negra“El día que la mierda tenga valor, los pobres nacerán sin culo”y la amarilla con una frase de Sartre “El hombre nace libre, responsable y sin excusa”
Entiendo que es la forma que tienen los jóvenes de criticar el mundo que les está tocando vivir y en el que aun no les hemos dejado intervenir. Cuando los observo compruebo que son como el refresco que se están bebiendo, “la chispa de la vida” en busca de su espacio social.
11.12.2007
Durante el puente de la Constitución decidimos perdernos del mundanal ruido y de todas las rutinas cotidianas, intentando poner en práctica las enseñanzas, que de forma constante y altruista, nos da “Sosio” el gato que nos ha adoptado. Abandonar el calorcito de la cama cuando el cuerpo ha descansado, sin que nos violente el despertador. Desperezarse parsimoniosamente, tomando conciencia de cada uno de los músculos que ponemos en acción. Desfilar por el baño para ducharse con agua cálida, hidratar la piel y penetrar en la bruma del perfume. Después un paseo a la cocina, zumo de naranja, un capuchino y “tostadas a la Guillermina”. Recoger la casa, poner una lavadora y caminar hasta el centro para comprar el periódico. Entonces toca sentarse en una de las terrazas de los soportales de la Plaza para descubrir las cosas que se han escrito en negro sobre blanco y que nos mantendrán en contacto con la actualidad.
Mientras espero que la amable camarera coloque ante mí una cerveza fresquita, escucho el rugir de una panda de caballeretes que se aproximan. Me fijo en su aspecto. Son adolescentes, apenas llegarán a los quince años, cosa que deduzco por lo barbilampiñas de sus mejillas. Sus voces hacen “gallos” inesperados en los momentos más inoportunos, pero parece que lo sobrellevan con gallardía. Mucho pantalón vaquero, pero de estilo variado, unos están rotos en las rodillas, otros tienen los bolsillos traseros descosidos, a la mayoría parece haberles caído lejía provocando manchas blancas sobre tejido azul, todos tienen los bajos deshilachados… Algunos muchachos colocan la cinturilla del pantalón en la cadera, lo que da la sensación de que en cualquier momento terminaran por caer al suelo por su propio peso, pienso si será para que leamos la marca de los calzoncillos que usan (que va escrita sobre el elástico) o sencillamente por marcar diferencias. Todos usan camisetas de algodón de diversos colores, pero con distintas frases escritas o reproducciones de fotografías de grupos “rokeros”. Me detengo en la lectura de las que lucen texto, a riesgo de ser un poco impertinente si ellos llegan a percibir que les observo. En la gris leo: “Soy un tío moderno, lo mismo frío una camiseta que plancho un huevo”, de acuerdo, está en el buen camino, conoce herramientas tan sofisticadas como la plancha y la sartén, pero aún necesita perfeccionar la técnica para saber como usar cada una de ellas, y los materiales con los que son compatibles. Cojo mi jarra de cerveza y le doy un par de tragos, el espectáculo que tengo ante mí, deja mi garganta seca.
En la camiseta negra con ribetes blancos pone: “Bailo como el culo pero follo que te cagas”, es evidente que este chico sabe que a las jóvenes (y no tan jóvenes) les gusta el baile, pero no está dispuesto a hacer un esfuerzo, a él la salsa o los boleros le parecen mariconadas, así que se le revolucionan las hormonas, le asoma el macho y nos informa que a él le “mola” el mambo en posición horizontal, ¡lástima, con lo cotizados que están los hombres que saben bailar!. Un pincho de tortilla española y unas aceitunas son la tapa que acompaña mi cañita, todo un lujo.
En la camiseta roja con letra cursiva está escrito: “Honze años en la unibersidad i a ora me dizen ke no estoi preparao (de verlo savido no abría enpoyado tanto)”, este jovencito debió escuchar alguna vez que el camino para lograr la paz interior es acabar lo que se empieza, y quizá por ello decidió emprender el camino de la estupidez y ahora intenta llegar al final. En la verde se imprimió:” Cómo me gustaría ser feo 1 minuto, para saber lo que se siente”, seguramente el muchacho se llamará vanidoso, cuando se presente dirá que sencillamente es consecuente con su cuerpo, y que al rozar la perfección se siente molesto por no poder evitar que le duela la cara de ser tan guapo. Apuro mi cerveza.
Había otras camisetas, una blanca con estrella roja con “Mejor morir de pie que vivir de rodillas” la negra“El día que la mierda tenga valor, los pobres nacerán sin culo”y la amarilla con una frase de Sartre “El hombre nace libre, responsable y sin excusa”
Entiendo que es la forma que tienen los jóvenes de criticar el mundo que les está tocando vivir y en el que aun no les hemos dejado intervenir. Cuando los observo compruebo que son como el refresco que se están bebiendo, “la chispa de la vida” en busca de su espacio social.