¿Quién es una chozna?
9.5.2007.
Leo en los periódicos que en Argentina ha nacido una niña a la que pondrán por nombre Ariana, y esto no tendría nada de particular si no fuese porque cinco generaciones de mujeres la esperaban con ilusión. Así, nos dicen que su madre se llama Jorgelina y tiene diecinueve años; su abuela Silvia está cerca de los cuarenta; su bisabuela Teresa apenas supera la barrera de los cincuenta; su tatarabuela Teresita ha soplado setenta velas y la madre de esta, que se llama Laura, acaba de cumplir noventa.
Es precisamente esta ultima señora la que enciende la bombilla de esta colaboración, porque el periodista que escribe la noticia no sabe como nombrar en términos de parentesco a Laura.
Y es que no es fácil conocer los nombres con los que podríamos referirnos a quienes constituyen nuestra parentela, yo creo que la razón debemos buscarla en la poca extensión de las familias y en la escasa relación entre quienes la componen.
Así que hoy vamos a tratar sobre la ciencia que estudia los ascendientes de una familia, es decir la que enumera los antepasados y antepasadas de una persona; y por extensión a sus descendientes: la genealogía. Te advierto desde ya que es conveniente que tengas a mano papel y lápiz para aplicarte la teoría.
El antropólogo estadounidense Louis Henry Morgan, a mediados del siglo XIX, elaboró la primera propuesta clasificatoria de los sistemas terminológicos de parentesco, basado en las características de las diferentes muestras que habían sido recogidas en distintos lugares del mundo. Aunque en la actualidad una parte de las teorías de Morgan es considerada por la Antropología como superada, su trabajo sobre el parentesco sigue vigente. Argumentaba que los términos para denominar a la parentela, en lenguas diferentes, reflejaban varios conjuntos de distinciones sociales. Por ejemplo, todos los sistemas distinguen el sexo de algunos de los miembros de la parentela de una persona (padre/madre);también está bastante generalizada la relación entre generaciones (abuela/nieta); y establecen distinciones entre parientes afines y consanguíneos, aún cuando en fechas recientes algunos antropólogos han propuesto que algunas sociedades definen el parentesco con criterios diferentes de la sangre.
Un pariente afín es aquél que pasa a formar parte de mi parentela a través de relaciones de alianza matrimonial. Por ejemplo son afines mi marido; suegro y suegra; cuñados o cuñadas (las hermanas de mi marido y los maridos de mis hermanas y sus correspondientes masculinos); y los concuños o concuñadas (se llaman así el cuñado de mi hermana o el cónyuge de mi cuñada, y sus correspondientes en femenino), de un tiempo a esta parte este término está perdiendo vigencia ya que llamamos cuñada a quien sería concuñada o concuña.
Por otro lado un pariente consanguíneo es aquél que forma parte de mi parentela por nacer dentro del mismo linaje. Por ejemplo, los que llamamos padre o madre, hermano o hermana, primo o prima, abuelo o abuela…
Hasta aquí hemos utilizado términos de parentesco muy conocidos porque solo nos hemos aproximado a la tercera generación en una familia. Y esto nos lleva al caso inicial, ¿cómo se debería denominar a la madre de la tatarabuela de Ariana? No hay un acuerdo general y por tanto hay varias formas de llamarla. De la misma manera que una tatarabuela también puede ser llamada rebisabuela, la denominación que buscamos para la madre de la tatarabuela de Ariana, podría ser cuatriabuela o retatarabuela.
La siguiente pregunta es ¿cuáles son los términos de parentesco de Ariana respecto de las cinco mujeres que la recibieron? La respuesta: hija, nieta, bisnieta, tataranieta y chozna. Sí, chozna es un término que todavía podemos encontrar en el diccionario y se define como cuarta nieta, o sea la hija de la tataranieta.
Para terminar debes saber que el término para referirnos a toda la parentela remota que no sabemos denominar porque se pierde en la niebla de nuestra memoria es tataradeudos y tataradeudas.
Si todavía tienes el lápiz en la mano escribe tu nombre en un papel y también el de toda la familia que recuerdes. A su lado coloca los términos de parentesco. Si puedes añade fotografías. Ya tienes algo muy parecido a un árbol genealógico.
9.5.2007.
Leo en los periódicos que en Argentina ha nacido una niña a la que pondrán por nombre Ariana, y esto no tendría nada de particular si no fuese porque cinco generaciones de mujeres la esperaban con ilusión. Así, nos dicen que su madre se llama Jorgelina y tiene diecinueve años; su abuela Silvia está cerca de los cuarenta; su bisabuela Teresa apenas supera la barrera de los cincuenta; su tatarabuela Teresita ha soplado setenta velas y la madre de esta, que se llama Laura, acaba de cumplir noventa.
Es precisamente esta ultima señora la que enciende la bombilla de esta colaboración, porque el periodista que escribe la noticia no sabe como nombrar en términos de parentesco a Laura.
Y es que no es fácil conocer los nombres con los que podríamos referirnos a quienes constituyen nuestra parentela, yo creo que la razón debemos buscarla en la poca extensión de las familias y en la escasa relación entre quienes la componen.
Así que hoy vamos a tratar sobre la ciencia que estudia los ascendientes de una familia, es decir la que enumera los antepasados y antepasadas de una persona; y por extensión a sus descendientes: la genealogía. Te advierto desde ya que es conveniente que tengas a mano papel y lápiz para aplicarte la teoría.
El antropólogo estadounidense Louis Henry Morgan, a mediados del siglo XIX, elaboró la primera propuesta clasificatoria de los sistemas terminológicos de parentesco, basado en las características de las diferentes muestras que habían sido recogidas en distintos lugares del mundo. Aunque en la actualidad una parte de las teorías de Morgan es considerada por la Antropología como superada, su trabajo sobre el parentesco sigue vigente. Argumentaba que los términos para denominar a la parentela, en lenguas diferentes, reflejaban varios conjuntos de distinciones sociales. Por ejemplo, todos los sistemas distinguen el sexo de algunos de los miembros de la parentela de una persona (padre/madre);también está bastante generalizada la relación entre generaciones (abuela/nieta); y establecen distinciones entre parientes afines y consanguíneos, aún cuando en fechas recientes algunos antropólogos han propuesto que algunas sociedades definen el parentesco con criterios diferentes de la sangre.
Un pariente afín es aquél que pasa a formar parte de mi parentela a través de relaciones de alianza matrimonial. Por ejemplo son afines mi marido; suegro y suegra; cuñados o cuñadas (las hermanas de mi marido y los maridos de mis hermanas y sus correspondientes masculinos); y los concuños o concuñadas (se llaman así el cuñado de mi hermana o el cónyuge de mi cuñada, y sus correspondientes en femenino), de un tiempo a esta parte este término está perdiendo vigencia ya que llamamos cuñada a quien sería concuñada o concuña.
Por otro lado un pariente consanguíneo es aquél que forma parte de mi parentela por nacer dentro del mismo linaje. Por ejemplo, los que llamamos padre o madre, hermano o hermana, primo o prima, abuelo o abuela…
Hasta aquí hemos utilizado términos de parentesco muy conocidos porque solo nos hemos aproximado a la tercera generación en una familia. Y esto nos lleva al caso inicial, ¿cómo se debería denominar a la madre de la tatarabuela de Ariana? No hay un acuerdo general y por tanto hay varias formas de llamarla. De la misma manera que una tatarabuela también puede ser llamada rebisabuela, la denominación que buscamos para la madre de la tatarabuela de Ariana, podría ser cuatriabuela o retatarabuela.
La siguiente pregunta es ¿cuáles son los términos de parentesco de Ariana respecto de las cinco mujeres que la recibieron? La respuesta: hija, nieta, bisnieta, tataranieta y chozna. Sí, chozna es un término que todavía podemos encontrar en el diccionario y se define como cuarta nieta, o sea la hija de la tataranieta.
Para terminar debes saber que el término para referirnos a toda la parentela remota que no sabemos denominar porque se pierde en la niebla de nuestra memoria es tataradeudos y tataradeudas.
Si todavía tienes el lápiz en la mano escribe tu nombre en un papel y también el de toda la familia que recuerdes. A su lado coloca los términos de parentesco. Si puedes añade fotografías. Ya tienes algo muy parecido a un árbol genealógico.