Ciudadana Hortensia.
29.11.2005.
Hace ya muchos años que pusimos en marcha las energías de las asociaciones de mujeres para que en las calles de la ciudad de Guadix aparecieran rótulos con nombres femeninos.
Habíamos observado que tan solo había una. Era la calle dedicada a Encarnita Martínez Jabalera, una niña que falleció en la cándida adolescencia, la comunidad escolar del Instituto Padre Poveda solicitó al Ayuntamiento que la homenajease de esta manera y así conseguir que estuviera para siempre presente en el recuerdo de la población. Siendo alcalde Emilio Pérez Saldaña se procedió a dar este importante paso.
Constatamos también que el resto de las referencias en femenil correspondían a advocaciones marianas y al recuerdo de algunas santas, como por ejemplo la Plaza de la Virgen, la calle Santa Ana, Real de la Magdalena o la Concepción por citar algunas. Lo que dejaba constancia de la influencia social y cultural de la iglesia católica en Acci.
Pusimos de manifiesto que había llegado el momento de exigir que no era necesario alcanzar la santidad, morir virgen o ser la Virgen para poder alcanzar el honor de figurar en el callejero local.
Programamos ciclos de charlas con profesoras de la universidad, con escritoras, con intelectuales de ambos sexos para poner sobre la mesa biografías de mujeres que permanecían en la cara oculta de la historia.
Desde el movimiento asociativo se trabajó en la búsqueda de aquellos perfiles que se pudiesen considerar dignos de ser recordados por las futuras generaciones.
Finalmente se celebraron unas jornadas para realizar la puesta en común y pactar treinta y tres nombres.
Recuerdo aquellos días con gran cariño y aun me emociona ver el impulso que las accitanas dieron a un proyecto que recibió muchísimas críticas, y no siempre positivas ni favorables.
Los últimos pasos de aquel camino tuvimos que darlos en la Casa Consistorial. Se llevó la propuesta de las asociaciones a la Comisión Informativa del Ciudadano. Para ello fue inestimable la colaboración de la funcionaria de Estadística doña Ángeles Martínez Valero. Los debates fueron largos pero había voluntad de sacarlo adelante. Empezamos así a pactar las candidatas. La mayoría de los nombres se dictaminaron favorablemente por unanimidad, pero tuvimos un problema con “La Pasionaria”. El portavoz de Izquierda Unida, que ayer como hoy, era Miguel Pedraza insistió en la necesidad de que estuviese. Al Partido Popular, que en aquel momento representaba Manuel Poyatos, no le parecía bien. Yo, que en aquel momento representaba al Partido Socialista Obrero Español, hice una propuesta, dado que el P.P. quería dedicar una plaza a Santa Luparia, algo que en principio no estaba previsto porque el proyecto pretendía recuperar a mujeres de carne y hueso y seguramente pecadoras, podríamos hacer esa excepción si ellos aceptaban a Dolores Ibarruri. Después de muchas idas y venidas llegamos al acuerdo. Se preparó el dictamen y se llevó a la sesión plenaria en la que todas y todos los concejales votaron a favor.
En aquella ocasión inicié mi intervención con la palabras de otra mujer a la que le dedicamos una calle, era la Ciudadana Hortensia.
La descubrimos en el texto escrito por Apiano “Guerras Civiles”, en él se narra una manifestación de matronas romanas ante el Senado para pedir que no se les gravase con impuestos para sufragar los gastos de la guerra. Al frente de esa manifestación se encontraba Hortensia. Será ella quien pronuncie el discurso que, durante diferentes momentos de la historia, ha sido retomado por muchas mujeres para posicionarse contra la guerra y en defensa de la paz. Y esto a pesar de que el hecho se produjo en el siglo I. Esta admirable ciudadana dijo: “Pero si nosotras las mujeres no os hemos votado a ninguno de vosotros enemigo público, ni derribado vuestra casa, ni derrotado vuestro ejército, ni dirigido a otro contra vosotros, ni os hemos impedido que obtengáis cargos y honores. ¿Por qué participamos en los castigos si no hemos participado en los crímenes? ¿Por qué hemos de pagar impuestos si no participamos en los cargos, honores, puestos militares, ni, en una palabra, en el gobierno por el cual lucháis con tan funestos resultados? Decís: porque es tiempo de guerra. Y ¿cuándo no ha habido guerra? ¿cuándo han sido gravadas las mujeres cuyo sexo las coloca aparte de todos los hombres?”
Espero haber despejado tus dudas sobre quien era esta señora por la que te preguntas cada día al leer su nombre cuando llevas a tu hija al colegio Ruiz del Peral
29.11.2005.
Hace ya muchos años que pusimos en marcha las energías de las asociaciones de mujeres para que en las calles de la ciudad de Guadix aparecieran rótulos con nombres femeninos.
Habíamos observado que tan solo había una. Era la calle dedicada a Encarnita Martínez Jabalera, una niña que falleció en la cándida adolescencia, la comunidad escolar del Instituto Padre Poveda solicitó al Ayuntamiento que la homenajease de esta manera y así conseguir que estuviera para siempre presente en el recuerdo de la población. Siendo alcalde Emilio Pérez Saldaña se procedió a dar este importante paso.
Constatamos también que el resto de las referencias en femenil correspondían a advocaciones marianas y al recuerdo de algunas santas, como por ejemplo la Plaza de la Virgen, la calle Santa Ana, Real de la Magdalena o la Concepción por citar algunas. Lo que dejaba constancia de la influencia social y cultural de la iglesia católica en Acci.
Pusimos de manifiesto que había llegado el momento de exigir que no era necesario alcanzar la santidad, morir virgen o ser la Virgen para poder alcanzar el honor de figurar en el callejero local.
Programamos ciclos de charlas con profesoras de la universidad, con escritoras, con intelectuales de ambos sexos para poner sobre la mesa biografías de mujeres que permanecían en la cara oculta de la historia.
Desde el movimiento asociativo se trabajó en la búsqueda de aquellos perfiles que se pudiesen considerar dignos de ser recordados por las futuras generaciones.
Finalmente se celebraron unas jornadas para realizar la puesta en común y pactar treinta y tres nombres.
Recuerdo aquellos días con gran cariño y aun me emociona ver el impulso que las accitanas dieron a un proyecto que recibió muchísimas críticas, y no siempre positivas ni favorables.
Los últimos pasos de aquel camino tuvimos que darlos en la Casa Consistorial. Se llevó la propuesta de las asociaciones a la Comisión Informativa del Ciudadano. Para ello fue inestimable la colaboración de la funcionaria de Estadística doña Ángeles Martínez Valero. Los debates fueron largos pero había voluntad de sacarlo adelante. Empezamos así a pactar las candidatas. La mayoría de los nombres se dictaminaron favorablemente por unanimidad, pero tuvimos un problema con “La Pasionaria”. El portavoz de Izquierda Unida, que ayer como hoy, era Miguel Pedraza insistió en la necesidad de que estuviese. Al Partido Popular, que en aquel momento representaba Manuel Poyatos, no le parecía bien. Yo, que en aquel momento representaba al Partido Socialista Obrero Español, hice una propuesta, dado que el P.P. quería dedicar una plaza a Santa Luparia, algo que en principio no estaba previsto porque el proyecto pretendía recuperar a mujeres de carne y hueso y seguramente pecadoras, podríamos hacer esa excepción si ellos aceptaban a Dolores Ibarruri. Después de muchas idas y venidas llegamos al acuerdo. Se preparó el dictamen y se llevó a la sesión plenaria en la que todas y todos los concejales votaron a favor.
En aquella ocasión inicié mi intervención con la palabras de otra mujer a la que le dedicamos una calle, era la Ciudadana Hortensia.
La descubrimos en el texto escrito por Apiano “Guerras Civiles”, en él se narra una manifestación de matronas romanas ante el Senado para pedir que no se les gravase con impuestos para sufragar los gastos de la guerra. Al frente de esa manifestación se encontraba Hortensia. Será ella quien pronuncie el discurso que, durante diferentes momentos de la historia, ha sido retomado por muchas mujeres para posicionarse contra la guerra y en defensa de la paz. Y esto a pesar de que el hecho se produjo en el siglo I. Esta admirable ciudadana dijo: “Pero si nosotras las mujeres no os hemos votado a ninguno de vosotros enemigo público, ni derribado vuestra casa, ni derrotado vuestro ejército, ni dirigido a otro contra vosotros, ni os hemos impedido que obtengáis cargos y honores. ¿Por qué participamos en los castigos si no hemos participado en los crímenes? ¿Por qué hemos de pagar impuestos si no participamos en los cargos, honores, puestos militares, ni, en una palabra, en el gobierno por el cual lucháis con tan funestos resultados? Decís: porque es tiempo de guerra. Y ¿cuándo no ha habido guerra? ¿cuándo han sido gravadas las mujeres cuyo sexo las coloca aparte de todos los hombres?”
Espero haber despejado tus dudas sobre quien era esta señora por la que te preguntas cada día al leer su nombre cuando llevas a tu hija al colegio Ruiz del Peral