Brujas
Cuando busco en el diccionario el significado de la palabra bruja me encuentro con dos acepciones. “persona que tiene pacto con el diablo y por ello hace cosas extraordinarias” y “mujer fea y vieja”.
Para la primera encuentro explicación en una guía de disciplina eclesiástica que redacto el arzobispo de Trevés en el siglo X, para uso de sus obispos. Con ella se nos ha transmitido el famoso Canon espiscopi del siglo IX, extracto de un capitulario carolingio que dice: “ hay mujeres malas que vuelan hacia Satán y, seducidas por las ilusiones y los fantasmas de los demonios creen y confiesan abiertamente que en las horas de la noche cabalgan sobre ciertos animales en compañía de DIANA, la diosa de los paganos, y de una multitud de mujeres; y en el silencio de la horas muertas de la noche atraviesan muchos países obedeciendo las ordenes de DIANA, como si ella fuera su dueña y algunas noches son convocadas a su servicio”.
Es curioso como en el año 800 todavía pervivía el culto a los diosas romanas y como la iglesia oficial las asoció inmediatamente con el demonio, y todos los ritos paganos referidos a la mujer, a su fertilidad y a sus conocimientos de la naturaleza, se asignaron a rituales maléficos, satánicos y mágicos.
La vejez y la fealdad de la segunda parte de la definición tienen que ver con razones menos transcendentes y más cotidianas.
Culturalmente se ha considerado que el mejor atributo con el que la naturaleza podía dotar a la mujer era la belleza con la que conquistaría un buen hombre y procrearía, que era su fin en el mundo. Siguiendo este razonamiento el hecho de carecer de buena presencia y atractivo físico excluía a las mujeres del cuadro de honor y pasaban directamente al cuadro de sospechosas.
El asunto de la vejez es mas profundo, con la llegada de la menopausia, las mujeres dejaban de ser útiles para los fines para los que supuestamente habían sido creadas y además con la pérdida de la fertilidad también desaparecía la tersura de la piel, el color del pelo y el brillo de los ojos. Totalmente desahuciada para la vida.
Los hombres, que obviamente eran los que hacían que funcionasen los estereotipos y perjuicios, se ponían a cubierto con dichos como “el hombre y el oso cuanto más feo, más hermoso”, o “sabe más el diablo por viejo que por diablo”, con lo cual la carencia de belleza o de abundancia de años, para ellos era algo positivo y los mantenía en primera línea del prestigio social.
Mi reflexión de hoy se basa en la creencia de que las BRUJAS, eras mujeres que se atrevieron a transgredir las normas que les impedían pensar, que desarrollaron su inteligencia, conocieron el mundo que las rodeaba, utilizaron la naturaleza que estudiaban con detalle para curar y beneficiar a las personas que sufrían, fueron doctoras y sabias, y consiguieron prestigio y respeto, y por tanto, el poder de influir en las gentes.
Los poderosos que eran soberbios e ignorantes se sintieron amenazados, inventaron la Inquisición y las acusaron, las persiguieron y quemaron.
Atentas las que tengan brillantes expedientes académicos, destaquen en su profesiones, negocios o se presenten a unas elecciones, los de siempre pueden reaparecer con las antorchas.
Cuando busco en el diccionario el significado de la palabra bruja me encuentro con dos acepciones. “persona que tiene pacto con el diablo y por ello hace cosas extraordinarias” y “mujer fea y vieja”.
Para la primera encuentro explicación en una guía de disciplina eclesiástica que redacto el arzobispo de Trevés en el siglo X, para uso de sus obispos. Con ella se nos ha transmitido el famoso Canon espiscopi del siglo IX, extracto de un capitulario carolingio que dice: “ hay mujeres malas que vuelan hacia Satán y, seducidas por las ilusiones y los fantasmas de los demonios creen y confiesan abiertamente que en las horas de la noche cabalgan sobre ciertos animales en compañía de DIANA, la diosa de los paganos, y de una multitud de mujeres; y en el silencio de la horas muertas de la noche atraviesan muchos países obedeciendo las ordenes de DIANA, como si ella fuera su dueña y algunas noches son convocadas a su servicio”.
Es curioso como en el año 800 todavía pervivía el culto a los diosas romanas y como la iglesia oficial las asoció inmediatamente con el demonio, y todos los ritos paganos referidos a la mujer, a su fertilidad y a sus conocimientos de la naturaleza, se asignaron a rituales maléficos, satánicos y mágicos.
La vejez y la fealdad de la segunda parte de la definición tienen que ver con razones menos transcendentes y más cotidianas.
Culturalmente se ha considerado que el mejor atributo con el que la naturaleza podía dotar a la mujer era la belleza con la que conquistaría un buen hombre y procrearía, que era su fin en el mundo. Siguiendo este razonamiento el hecho de carecer de buena presencia y atractivo físico excluía a las mujeres del cuadro de honor y pasaban directamente al cuadro de sospechosas.
El asunto de la vejez es mas profundo, con la llegada de la menopausia, las mujeres dejaban de ser útiles para los fines para los que supuestamente habían sido creadas y además con la pérdida de la fertilidad también desaparecía la tersura de la piel, el color del pelo y el brillo de los ojos. Totalmente desahuciada para la vida.
Los hombres, que obviamente eran los que hacían que funcionasen los estereotipos y perjuicios, se ponían a cubierto con dichos como “el hombre y el oso cuanto más feo, más hermoso”, o “sabe más el diablo por viejo que por diablo”, con lo cual la carencia de belleza o de abundancia de años, para ellos era algo positivo y los mantenía en primera línea del prestigio social.
Mi reflexión de hoy se basa en la creencia de que las BRUJAS, eras mujeres que se atrevieron a transgredir las normas que les impedían pensar, que desarrollaron su inteligencia, conocieron el mundo que las rodeaba, utilizaron la naturaleza que estudiaban con detalle para curar y beneficiar a las personas que sufrían, fueron doctoras y sabias, y consiguieron prestigio y respeto, y por tanto, el poder de influir en las gentes.
Los poderosos que eran soberbios e ignorantes se sintieron amenazados, inventaron la Inquisición y las acusaron, las persiguieron y quemaron.
Atentas las que tengan brillantes expedientes académicos, destaquen en su profesiones, negocios o se presenten a unas elecciones, los de siempre pueden reaparecer con las antorchas.