Machismo y misoginia.
Marzo 2000.
Hoy quiero dejar claros algunos conceptos que se utilizan de forma extraña en algunas ocasiones, quizá porque nos da pereza consultar el diccionario.
Machismo es la actitud de prepotencia de algunos varones respecto de las mujeres.
Misoginia es la aversión o el odio a las mujeres.
Feminismo es la doctrina social que reivindica para la mujer capacidades y derechos reservados históricamente para los hombres.
Y después de las definiciones vienen los ejemplos que nos ayudan a fijar esos contenidos.
Un machista o una machista es aquel o aquella que cuando hay un puesto de trabajo en el que compiten un hombre y una mujer, dicen que debe ser para el hombre porque tiene que sacar adelante a una familia. También es esa persona que cuando se reparten papeletas para fregar los platos dice, las mujeres a la cocina para que los chicos vean el telediario. O aquellas personas que cuando ven a una mujer arbitrando un partido de fútbol piensan lo bien que estaría en la cocina guisando.
Un misógino es el que se considera dueño de su mujer y la muele a palos. También lo es el que ve a una mujer en un puesto de responsabilidad superior al suyo y utiliza expresiones como, “a mí las mujeres donde me gustan son en la cama”. Y por supuesto son misóginos los que dictan normas que permiten la mutilación genital de las mujeres, la pena de muerte por apedreamiento de una mujer adultera o el encarcelamiento de mujeres y profesionales de la medicina que practican abortos.
El feminismo solo pretende corregir estas situaciones y un mundo en el que hombres y mujeres, juntos, libres e iguales, vivan, trabajen y amen.