domingo, 24 de agosto de 2008

Va de muerto quien no fue de vivo.






Va de muerto quien no fue de vivo.
19.8.08

Cada año respondo a la llamada de Santiago Apóstol, patrón que fuera de España y hoy sólo de Galicia, y vuelvo a mis raíces, pero no buscando bendiciones celestiales, sino para cantar cumpleaños feliz a mi abuela Antonia, que nació en día tan señalado.
Ha llegado a sus maravillosos noventa y cuatro años rodeada de quienes la queremos, soplando las velas de la tarta y solicitando otra prorroga anual. Como buena matrona, reúne a la familia en el pueblo que la vio nacer. Y la verdad es que nos gusta ir a Cedeira, la preciosa villa marinera en la que la desembocadura del río Condomiñas y el océano Atlántico forman la más pequeña y deliciosa ría gallega.
Disfruto caminando por los dorados arenales de sus playas, recogiendo conchas en la orilla del mar, dejando que la suave brisa acaricie mi piel y regalándole a mis ojos la belleza paradisíaca que posee.
Hoy quiero descubrirte un lugar mágico que pertenece a este municipio en el que se ha construido parte de mi identidad. Es San Andrés de Teixido, quizá alguna vez hayas escuchado su leyenda.
Cuentan que San Andrés, plenamente dedicado a cristianizar tierras paganas, llegó en su barco a los acantilados de Teixido, era un día en que el mar bramaba desde los abismos y las inmensas olas torturaban la embarcación envolviéndola en espuma blanca. La nave volcó y los tripulantes comprobaron sorprendidos que se convirtió en una enorme piedra. Interpretaron que era una señal de que allí debían iniciar su misión. Después de escalar los enormes acantilados de más de seiscientos metros, comprobaron que en aquel lugar no había poblado ni almas que convertir, lo que sumió a Andrés en una profunda tristeza. Un día recibió la visita del mismísimo Cristo y el santo aprovechó la ocasión para formular sus quejas sobre el destino tan malo que le habían asignado. El Todopoderoso le prometió que tendría un santuario y una romería que duraría hasta el fin de los tiempos y que hasta allí peregrinaría todo el mundo, quien no lo hiciera de vivo, vendría a verle de muerto.
Los acantilados de Teixido dominan, desde la más privilegiada atalaya de Europa, el borde occidental del Atlántico, por eso los pueblos celtas veían que en los claros y largos días de verano, el sol desaparecía tras el Océano, dirigiéndose a una brumosa isla. Era el Paraíso luminoso, y morada nocturna del Sol y de la Luna, que acogía a las inmortales almas de las personas bienaventuradas que cruzaban las Puertas del Más Allá en una barca conducida por un Lar Vial.
Teixido es un sitio generador de energía donde perviven creencia y rituales mágicos de todos los tiempos, que están relacionados con el deambular del espíritu humano por el tiempo y el espacio.
Verás “Milladoiros”, montones de piedras, que tienen su origen en la ofrenda de piedras al dios del camino, para que garantizase su protección en los viajes y que, con la cristianización pasaría a ser una costumbre de quienes peregrinan. Con la particularidad de que las de Teixido hablarán el día del juicio final para atestiguar quienes cumplieron.
Encontrarás los poderes benefactores del agua en “La fuente de los tres caños”. Para pedir deseos, debes formularlo, beber de los tres chorros, y arroja al pilón un tocito de pan, si flota se realizará, si se hunde deberás intentarlo el año siguiente. Para los efectos sanadores, debes mojar un pañuelo, refrescar con el tu cuerpo enfermo y dejar el pañuelo sobre uno de los árboles próximos, cuando el pañuelo se destruya desaparecerá tu enfermedad.
Camino del santuario te ofrecerán la hierba de enamorar “namoradeira”, que sirve para solventar los males de amores y los de fertilidad .
Y también podrás adquirir unas curiosas figuras, artesanía local, realizadas con masa de pan sin levadura, endurecidas al horno y pintadas de vistosos colores, son los “sanandresiños”. La “mano” pide por el amor y la amistad; el “pez” por el trabajo y el sustento; la “barca” para los viajes, la casa y los negocios; el “santo” por la salud física y mental y la buena convivencia, y el “pensamiento” por los estudios y el buen sentido. Te aseguro que son muy eficaces contra envidias y maleficios, yo siempre los tengo cerca.
Como ves un lugar sugerente donde el rugir del viento y del mar nos hacen ver imágenes fascinantes. Conviene que vayas con vida, sino formaras parte de la enorme procesión de serpientes, lagartijas, escarabajos, hormigas o libélulas, en que se convierten quines tienen que hacerlo una vez muertos.