sábado, 9 de agosto de 2008

Wa La Galib Illa Allah.







Wa La Galib Illa Allah.
30.7.08.

Quiero hacerte una invitación para que te acerques a la historia de una relevante época de nuestra historia. Para ello tienes que ir a un bello pueblo del Marquesado del Zenete, concretamente a Ferreira. Mientras llegas disfruta del magnífico paisaje, porque aunque tengamos nuestros ojos acostumbrados a contemplar constantemente la belleza, esta zona siempre tiene detalles que nos sobrecogen por su agua, por su verde, por sus contrastes…
De esta localidad se tiene noticia escrita desde el siglo XII, gracias a un ilustre viajero, que recogió cuanto vio en el libro “Descripción de España”. Era Al Edrisí que al recorrer los caminos que unían Almería con Guadix, escribió: El viajero deja a su izquierda la cadena montañosa llamada Solayr de la Nieve, al pie de la cual se encuentran varios lugares fortificados, tales como Ferreira, fuerte conocido por sus nueces que el terreno produce en cantidad extraordinaria, abriéndose sin que se tenga necesidad de partirlas y en ninguna parte se encuentran mejores.
De gran interés es su Alcazaba, una gran torre de alquería de casi doce metros de lado por ocho y medio de altura conservada. Según José María Martín Civantos, profesor de la universidad y experto en estructuras medievales, y que por cierto es el responsable de las excavaciones de nuestra Alcazaba, la torre debía tener al menos dos plantas y una terraza superior, y se accedería a ella por una puerta de algo más de un metro de ancho realizada en arco de medio punto. En la primera planta existía un pequeño aljibe para uso exclusivo de la guarnición y un gran silo excavado en la roca, de tres metros de profundidad. La segunda planta permitiría contemplar elementos propiamente defensivos: cuatro saeteras, una en cada cara de la torre.
Tras la conquista cristiana esta torre fue integrada en una gran casona llamada “La Casa Grande”, de carácter nobiliario y estilo morisco, construida en la primera mitad del siglo XVI. Desde entonces la torre se usó para guardar grano y ganado.
Con lo que has leído, podrías pensar que te invito a ver otro montón de ruinas de las muchas que tenemos en la comarca, pero no es así, porque recientemente se ha restaurado, gracias al impulso del ayuntamiento, al frente del cual está el inagotable y muy trabajador Antonio Fornieles, hombre al que tengo en alta estima.
La participación de la Asociación de Desarrollo Rural (ADR) también ha sido fundamental para hacer que el proyecto inicial se haya convertido en un estupendo y moderno Centro de Interpretación de la Arquitectura Árabe.
En él se ofrece una completa visión de los monumentos islámicos del Marquesado del Zenete que han llegado hasta nuestros días: baños, castillos, torres vigías o aljibes.
Podrás saber más sobre la llegada de los musulmanes a Hispania y como evolucionó el poblamiento islámico en el Marquesado, gracias a una didáctica y amena proyección audiovisual que dura unos diez minutos.
Te sorprenderán las tecnologías utilizadas que van desde el tradicional audiovisual que he mencionado hasta las recreaciones virtuales, pasando por las escenografías, los hologramas (como la dama que personifica la Torre y nos explica la historia y avatares que ha sufrido desde su construcción) o los personajes corpóreos (como el abuelo y el nieto morisco que conversan, o el señor que construye flechas).
Este extraordinario Centro de Interpretación se puede visitar todos los días menos el lunes, que cierran por descanso del personal. De martes a jueves abren a la nueve de la mañana y de viernes a domingo a las once. Las tardes de verano se puede visitar desde las seis hasta las nueve.
Ahora que las tarde son largas, que no sabes como ofertar actividades diferentes a tus hijos e hijas, que viene familia a visitarte, o que invitas amigos y amigas a disfrutar de nuestra tierra, esta es un oportunidad que no debes desaprovechar. Te acercará más al conocimiento de nuestra historia y te permitirá sentir el orgullo de pertenecer a esta tierra.
Antes de abandonar las instalaciones fíjate en el pendón de guerra que hay en la sala número diez, en la que se escenifica la Torre como un espacio de refugio y defensa, en él leerás el lema de los príncipes nazaritas que da titulo a esta colaboración: Dios es el único victorioso.